Benjamín Kiersch: "El problema de Mendoza es el agua”

Benjamín Kiersch, oficial de Recursos Naturales de la FAO, asegura que la minería y la sobre explotación del uso del suelo, son problemas políticos.

Benjamín Kiersch: "El  problema de Mendoza es el agua”
Benjamín Kiersch: "El problema de Mendoza es el agua”

Es oficial de Recursos Naturales y Tenencia de Tierra de la Oficina Regional para América Latina y El Caribe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Visitó Mendoza esta semana, para participar de las jornadas de capacitación de operadores de municipios y de organismos provinciales y nacionales, que trabajarán junto a la comunidad en la definición de los planes municipales de ordenamiento territorial de los departamentos del Valle de Uco.

Al dialogar con Fincas sobre los temas de su especialidad, Benjamín Kiersch habló de los factores que presionan sobre los recursos naturales, entre ellos, la progresiva concentración del uso de tierras agrícolas, el rol del Estado y de las comunidades para activas iniciativas de desarrollo local.

-¿Cómo está la salud de los recursos naturales en el Cono Sur de América?

-Los recursos naturales están bajo mucha presión, sobre todo por el crecimiento demográfico de las áreas urbanas. Hay una clara expansión de la urbanización y donde crece la población se vuelven más escasos los recursos de suelo y agua; no sólo dentro de las ciudades sino también en las áreas periurbanas porque es donde se producen las verduras, hortalizas, frutas y, para eso, se necesitan suelos de buena calidad y agua suficiente.

-La expansión de la producción agrícola tendrá también su impacto.   

-América Latina es uno de los graneros del mundo, con su producción de soja, de maíz y de trigo, por mencionar tres de los "cinco grandes" que son básicos para la seguridad alimentaria a nivel mundial. Hubo muchos cambios en la manera de producir a partir del ingreso de capitales extranjeros (incluidos los intrarregionales) y eso se ha hecho sentir.

-¿Cómo se manifiesta esa presión de los capitales extranjeros?

-Muchas empresas saben que, para producir bien, también en el largo plazo, hay que cuidar los recursos, en especial, el suelo. Pero también hay inversionistas de otros lados a quienes no les interesa dejar el suelo en buenas condiciones después del período de inversión, que muchas veces es bastante corto, de 3 ó 5 años. Les interesa sacar el máximo provecho con la mínima inversión posible. No hay una idea de sustentabilidad.

-¿Cómo ven desde la FAO la competencia entre distintas actividades por el uso del agua?

-Precisamente, otro de los factores de presión sobre los recursos es el avance de la actividad minera. Lo vemos en esta región, a ambos lados de la cordillera. Es muy fuerte el impacto, tanto por la demanda de un recurso que es escaso, como por la contaminación de los acuíferos.
Sobre este punto, por otra parte, hay que señalar la necesidad de cambiar el criterio de manejo del agua. La subterránea siempre se ha manejado de forma aislada de la superficial, cuando hidrológicamente no tiene sentido porque si uno saca de un lado, queda faltando en otro debido a que los sistemas están conectados. Pero sobre esto, últimamente, hay mucha más conciencia.

-¿Cómo impacta en los recursos naturales el problema de la propiedad o de la tenencia y el uso de la tierra?

-Hay casos extremos donde, por ejemplo, chinos o coreanos compran tierras en otros países o hacen contratos a largo plazo con los gobiernos, a 99 años por ejemplo, para asegurarse la producción de lo que necesitan y exportarlo. Eso preocupa, porque no se trata de un comodato sobre un pedazo de tierra sino que "chupan mucha agua", y la gente de los alrededores se queda sin los recursos que necesita para su agricultura de subsistencia. 

-Este panorama ¿se da también en los países de esta región?

-Yo observo no tanto la extranjerización sino inversiones regionales en países de la propia región (chilenos y brasileños invirtiendo en la Argentina, por ejemplo). Pero se ve más un proceso de concentración del uso de la tierra, a través de estos pools de siembra. Ellos no compran tierras; alquilan. Y como no es su tierra, no se sienten responsables.

-¿Cómo resolver esto?

-En el fondo, la concentración del uso de la tierra es un problema político. El Gobierno debe poner ciertas reglas sobre el uso del suelo porque, en esos casos, el inversor no necesariamente va a cuidar la tierra debido a que no son los productores familiares de antes que la cuidaban para sus hijos o sus nietos. Se necesita una gestión política que permita, también, atender el desarrollo local. Junto con eso, es necesario el empoderamiento de la gente de esos proyectos de desarrollo local. Que la gente que vive en la ciudad y en el campo se apodere del proyecto.

- Sería pensar en el futuro.

- Sí, qué queremos para el futuro. Algunas veces el interés particular puede estar alejado del común y ahí tiene que estar el Gobierno para señalar los límites de la renta personal. En Mendoza, el problema tiene que ver con el agua. Suelos hay pero el agua es escasa. Si hubiera más, habría más posibilidades de desarrollo local. El factor limitante que veo es el agua.

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