En un contexto en el que las ventas minoristas muestran casi un año y medio de caída consecutiva, y este descenso se nota incluso en los supermercados, donde se compran artículos de primera necesidad, los negocios de belleza se sostienen. Los empresarios y emprendedores de este rubro lo atribuyen a que los mendocinos se han sumando al "boom" mundial de la estética y que disponen de menos tiempo para hacerse ellos mismos ciertos tratamientos, a la par de que lo consideran un espacio para dedicarse a sí mismos.
La Federación Económica de Mendoza difundió que las ventas minoristas en abril cayeron un 17% con respecto al mismo mes del año pasado (previo a la fuerte devaluación). También, que el promedio de baja en el primer cuatrimestre de 2019 fue de 14%.
En tanto la Confederación Argentina de la Mediana Empresa planteó que las ventas pymes en todo el país acumulan 17 meses consecutivos de declive. Tampoco es favorable el panorama en los supermercados, en donde a la merma de consumo se suman otras estrategias por parte de los consumidores, como la elección de segundas y terceras marcas.
En cambio, Emiliano Masseroni, de Depi 4 ever, una franquicia que está por cumplir un año en Mendoza, cuenta que no han notado una baja en los últimos meses y que, como llevan poco tiempo en la provincia, están en una etapa de crecimiento, asociado a la recomendación de los clientes.
Aunque reconoce que no tienen una base de comparación en el mercado local, comentó que en las sucursales en Buenos Aires tampoco notaron mucho la crisis y, si bien estima que podría haber crecido más, crecieron, aunque a un ritmo menor del que traían hasta ahora.
Masseroni atribuye este comportamiento a lo novedoso del sistema -que combina la luz pulsada con el láser y no solo elimina el vello sino que también quita manchas y arañitas-, y a que cuando se paga un tratamiento en tres cuotas, los valores son accesibles. De todos modos, agrega que la gente se hace menos zonas o más pequeñas, pero no deja de elegir este método de depilación.
En cuanto a los clientes de la marca, que resalta certificó ISO 9001 recientemente, 70% son mujeres y 30% hombres, que lograron captar con una promo deportista, apuntada a que ellos dejaran de lado el pudor. Masseroni sostiene que las personas llegan al local por el servicio directo, la depilación definitiva, pero también porque buscan mimarse en un ambiente agradable y no renuncian a eso.
El tiempo: la clave
Giovanna Antonelli fue hace seis años a hacerse las uñas y se enteró de que en ese lugar daban cursos. Se inscribió y, mientras se capacitaba, empezó a practicar en su casa con amigas y familiares. Después completó un segundo nivel y trabajó en el mismo centro de estética hasta que se dedicó a hacerlo en su propia casa. Pero en los últimos meses el espacio le quedó chico por la cantidad de personas y alquiló un local con su hermana y otra chica.
Así, a Gio Nail Art, dedicado al esmaltado de uñas de manos y pies, incorporaron depilación definitiva, tratamientos corporales y faciales, permanente de pestañas, y cursos de uñas, desde manicuría básica hasta el perfeccionamiento de esculpidas y en gel.
"Hay un montón de rubros que bajan porque la situación está difícil, pero acá no se ve eso", plantea Antonelli, quien lo atribuye, en su caso, al boca en boca, la presencia en las redes sociales y a que ahora cuentan con un espacio con vista a la calle; además de la prolijidad del servicio.
"Todo lo que es estética, las mujeres lo tenemos muy en cuenta. Y cuando a una persona le gusta estar arreglada diariamente, se ahorra tiempo. Viene una vez al mes y el mantenimiento es accesible. Les resulta práctico", detalla.
Verse mejor
Que en el mundo actual predominan los modelos de eterna juventud es innegable, pero también que las personas se mantienen activas en el mundo laboral y profesional por más tiempo, y que en muchos ámbitos se valora el cuidado de la apariencia personal. De ahí que la oferta de unos pocos tratamientos clásicos se haya ampliado considerablemente.
Marcela Pérez, de Vos Tu espacio de belleza, ha vivenciado esto en los 18 años que lleva en el rubro. En este sentido, comentó que las mujeres siempre han buscado tratamientos para la adiposidad, la flaccidez y la celulitis, independientemente de la edad. En particular, cuando se aproxima el momento del año de usar vestidos y mallas. Pero que en los últimos años, muchas se inclinan, a partir de los 35, por el cuidado de la piel con algo que no implique una intervención, pero que resulte más efectivo que un producto cosmético.
"El cuidado de la piel ha tomado un gran protagonismo. Hay más conciencia del daño solar y del envejecimiento. También hay mucho tratamiento de las sobrepigmentaciones, las manchitas y los problemas de hidratación que hacen que la piel se vea opaca y deslucida, aunque no sean personas mayores", ilustró. Y contó que los clientes no quieren llegar a un botox pero sí les interesan resultados más visibles que con una crema.
Así, detalló que hay opciones, como la mesoterapia virtual o la radiofrecuencia resistiva, que trabajan en las capas profundas y regeneran las fibras de colágeno y elastina, con lo que la piel se ve más tersa y tonificada. "Las mujeres se sienten lindas pero quieren verse mejor", acota.
Pérez señaló que hoy ellas son mucho más independientes y deciden no depilarse en casa ni sufrir con un procedimiento cuando, en media hora, en un centro de belleza, están listas. Pero que los hombres se van sumando de a poco a la tendencia.
Seguirá creciendo
La cadena de salones de belleza de manos y pies Umara nació hace 10 años en Mendoza y hoy cuenta con 35 locales en la provincia, San Luis, Córdoba, Tucumán, Buenos Aires y Neuquén, y en Santiago de Chile, con el modelo de franquicias. Con el tiempo sumaron servicios anexos como depilación y pestañas, y generaron una línea de cosméticos propia, para que sus servicios perduraran en el tiempo. Aquí también fueron incorporando a los esmaltes, otros productos como maquillaje, cremas, fragancias, accesorios de uñas y tarjetas de regalo (gift cards).
Federico Ríos reconoce que el negocio ha tenido un crecimiento importante, pese a los altibajos de la economía, y que si bien han percibido la crisis en los últimos meses, ser la primera cadena de salones de su tipo en el país y la más grande en la actualidad, les ha permitido sostenerse.
En particular, han notado que se ha frenado la venta de productos y que el consumo de servicios se ha espaciado en el tiempo, de modo que la mujer que iba dos veces al mes, tal vez ahora lo hace solo una. Pero indicó que cuando se ha acostumbrado a tener las manos arregladas en forma permanente, y ya no para una situación especial como era antes, sigue acudiendo.
Ríos plantea que el consumo de belleza ha ido creciendo en todo el mundo y que se puede ver salones especializados en un tipo de tratamiento, con un abanico grande de servicios, que duran más en el tiempo. Y que cada vez hay más locales específicos como supermercados de cosméticos. En esto, resaltó, la Argentina recién se ha subido a la "ola de la revolución de la estética", pero aún está atrasada, por lo que es de esperar que siga creciendo, con lo que también habrá más competencia y se deberá apostar al profesionalismo para destacar.