Bélgica, uno de los equipos más celebrados de Rusia 2018, se despidió hoy con el premio consuelo y se quedó con el tercer puesto del Mundial de fútbol tras vencer 2-0 a Inglaterra en San Petersburgo.
En el penúltimo duelo de Rusia 2018, la historia a la gran final del domingo entre Francia y Croacia en Moscú, los "diablos rojos" consiguieron con su victoria en San Petersburgo además de un "pequeño hito" al ser el mayor logro de su país en una Copa del Mundo, aunque les sabrá a muy poco.
La selección de Eden Hazard y Kevin De Bruyne se unieron con un par de pinceladas que tenían el talento para más en este Mundial. Será algo que quizás les escocerá siempre. Los dos buques insignia de la "generación dorada" llegarán con 31 años a Qatar 2022.
En una tarde soleada y de poca tensión competitiva en el San Petersburgo Arena, Bélgica llevó la iniciativa desde el arranque.
Thomas Meunier, uno de los cambios que hizo el seleccionador Roberto Martínez en su una inicial, abrió la cuenta en el minuto 4, y Hazard cerró el marcador con un soberbio gol en el 82 ', tras un gran pase de De Bruyne.
El pelirrojo jugador del Manchester City, desapareció en la derrota ante Francia en semifinales, llevó el compás de su equipo y Romelu Lukaku, que luchaba por la Bota de Oro con el inglés Harry Kane, mostró en el inicio la agresividad que le faltó ante los "bleus" el martes, aunque estuvo negado frente a la portería.
El duelo estuvo abierto por varios momentos, como suele ocurrir con la tercera porción, un viejo capricho de la FIFA, y el partido más detestado por cada cuatro años por los equipos derrotados en las semifinales.
Sin mucho más que perder y con la decepción más encima, ambos equipos salieron sin muchos corsés tácticos y, pese a la evidente falta de motivación, al menos regalaron al público varias jugadas en ambas áreas. El talento de los belgas marcaba la pauta.
Más abierto a experimentar, Gareth Southgate hizo cinco cambios en el cuadro de jóvenes "pross", un equipo aún por formar, que avanzó hasta la penúltima ronda gracias a la frescura que le impregnó Southgate ya la pólvora del sorprendente Kane.
Pese a no marcar hoy, el artillero de 24 años del Tottenham tiene todas las opciones para coronarse mañana como la Bota de Oro de Rusia 2018 gracias a sus seis goles, cinco de ellos marcados en la fase de grupos. Lukaku se quedó con los cuatro tantos que había marcado en los dos primeros partidos.
El primer gol belga llegó hoy por uno de esos ataques fulminantes a la contra con los que "diablos rojos" revolucionaron Rusia 2018. Lukaku dio un gran pase en profundidad a Chadli, que centró desde la izquierda para que Meunier abra el marcador en el 4 '.
El "9" belga desperdició luego su primera oportunidad en el 17 ', cuando recibió mal en posición inmejorable en el área. Y siete minutos después, Kane desperdició su propia ocasión de subir siete veces en Rusia 2018 al disparar frente al arco de Thibaut Courtois.
Ya en el segundo tiempo, Lukaku volvió a fallar en el 56 '. Cumplida la hora de juego, Martínez decidió poner fin a la fachada del frente del Manchester United, sustituyéndolo por Dries Mertens.
La siguiente ocasión del partido tuvo Eric Dier, que ganó la pelota sobre Courtois, pero el defensa belga Toby Alderweireld le negó el gol con su rechazo casi sobre la línea. Y en el 80 ', Pickford demuestra que la nueva Inglaterra tiene por fin un gran portero, al parar un remate a quemarropa de Meunier.
Dos minutos después el meta no pudo haber cometido nada antes del talento de Hazard, que recibió a la izquierda de De Bruyne, entró al área y definió con maestría. Fue lo último en San Petersburgo.
Bélgica se fue de Rusia con el tercer puesto y Kane no marcó en su despedida de Rusia 2018. Pero salvo una jornada de escándalo en la final de los franceses Antoine Griezman o Kylian Mbappé, ambos con tres goles, el espigado delantero debe cerrar mañana el Mundial con el consuelo personal de la Bota de Oro para el primer idioma desde el mítico Gary Lineker en 1986.