Bélgica renace gracias a los “Diablillos rojos”

Son los herederos de aquel equipo que llegó a semifinales en el ‘86, pero tienen a su favor que el promedio de edad es bajo, pero no así la experiencia.

Bélgica renace gracias a los “Diablillos rojos”
Bélgica renace gracias a los “Diablillos rojos”

Lo que murió hace 28 años ante Diego Maradona puede nacer ahora ante Leo Messi: el fútbol belga ha renacido de la mano de una joven generación de futbolistas que vale oro en las principales ligas de Europa y que amenaza sin complejos a Argentina en cuartos de final del Mundial de Brasil.

Sólo seis de los 23 jugadores belgas en Brasil habían nacido cuando Maradona anotó los dos goles en el triunfo en semifinales de México 86, la última vez que Bélgica superó los octavos antes de ahora. Y sólo quizás Daniel van Buyten, de 36 años y de seis entonces, tenga un vago recuerdo.

Van Buyten es el jugador que eleva la edad media de un equipo que es el segundo más joven del Mundial (25,6 años), sólo por detrás de Ghana, y el más entre los ocho supervivientes. Apenas recuerdan la última presencia mundialista, en 2002.

Aquella derrota ante la Argentina de Maradona que fue luego campeona supuso el punto culminante de una generación liderada por Enzo Scifo, Jan Ceulemans, Franky van der Elst, Eric Gerets y Jean-Marie Pfaff. Desde entonces y hasta ahora, casi nada en el fútbol belga. A partir de ahora, mucho. Los nuevos “Diablos rojos” son “Diablillos rojos”.

“Algunos dicen que no tenemos experiencia, pero mira los jugadores que tenemos, dónde juegan y los partidos importantes que han disputado en su carrera”, dice Thibaut Courtois, el arquero de 22 años, el binomio que suele unir juventud con inmadurez.

Courtois cambia del francés al flamenco y del inglés al español con acento de Madrid con naturalidad. En las entrevistas con los periodistas también se escucha el alemán y el italiano. Los belgas, muchos de ellos imberbes y comenzando la veintena, tienen mundo.

Además de Courtois, sobresalen Romelu Lukaku (21 años, Everton), Eden Hazard (23, Chelsea), Kevin de Bruyne (22, Wolfsburgo), Dries Mertens (27, Napoli), Marouane Fellaini (26, Manchester United), Axel Witsel (25, Zenit San Petersburgo), Divock Origi (19, Lille) y Adnan Januzaj (19, Manchester United). Y aún falta el lesionado Christian Benteke, de 23 años y del Aston Villa.

Juventud, fuerza, energía, velocidad, clase y resistencia física contra una Argentina mucho más curtida.

Courtois, heredero de Pfaff y de Michel Preud'homme, es el símbolo de un equipo triunfal con futuro y presente: ha jugado 21 partidos con la selección y no sabe lo que es perder. El sábado en Brasilia será el gran obstáculo para Messi como lo fue la pasada temporada con un Atlético de Madrid siempre superior al Barcelona.

“Somos un equipo joven y queremos demostrar algo”, afirma Courtois, arquero de moda en el fútbol europeo tras sus exitosas temporadas en el Atlético.

No es el único. El poderoso mercado futbolístico europeo parece regirse ahora por la máxima de "Ponga un belga en su equipo". La generación dorada ha generado una fiebre del oro.

El Chelsea pagó por Hazard 40 millones de euros (54,7 millones de dólares), lo mismo que el Zenit San Petersburg por Witsel. El Manchester United extendió un cheque de 35 millones por Fellaini; el Tottenham, uno de 20 por Moussa Dembélé; De Bruyne pasó del Genk al Chelsea y luego al Wolfsburgo por un total de 30 millones.

Pfaff calificó al joven equipo que dirige Marc Wilmots como “la mayor promesa del fútbol europeo”.

De momento, le están dando la razón, pero no piensan en éxitos futuros. Con la impaciencia de la juventud, los quieren ya. “Una generación buena, buena tiene que ganar algo”, pide Courtois, que desea que nazca ante Messi lo que murió frente a Maradona hace 28 años.

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