En el caso de los bebés hasta 3 años aproximadamente, hay que tener presentes algunos aspectos esenciales, como por ejemplo, la exposición al sol o la hidratación. En el caso de los cuidados del sol hay que aplicarles pantallas solares, que pueden usarse a partir de los 3 meses. A pesar de usar la pantalla no tienen que estar expuestos al sol. Deben estar en lugares frescos y ventilados.
En cuanto a la hidratación, a los bebés hay que ofrecerles agua a partir de los 6 meses. Antes de ese tiempo no es necesario agregar nada, ellos se mantienen hidratados con lo que consumen, independientemente de si toman teta o no. No hay que darles gaseosas o cualquier bebida azucarada. En todo caso, después de los 6 meses, hay que estar atentos y ofrecerles agua con frecuencia.
También hay que tener presente la vestimenta: debemos ponerles ropa clara y liviana, con gorro si es que van a estar al aire libre. En lo posible, que tengan el cuerpo cubierto.
Es característico de esta estación la mayor presencia de insectos, en estos casos se pueden prevenir las picaduras aplicando citronella en loción, evitando productos repelentes. Éstos pueden usarse a partir de los 2 años. Si hay picaduras, hay que consultar con el pediatra, ya que es quien debe indicar la crema adecuada.
Los menores de un año no deben ir a natatorios públicos por cuestiones infectológicas. Con respecto al mar, si va a ingresar al agua, debe ser bajo supervisión de un adulto, con las medidas de seguridad fundamentales. El tema a prestar atención en el mar es la exposición solar.
Una patalogía de esta época es la diarrea. Es importante controlar la fiebre y la tolerancia oral, es decir si hay vómitos o no. Si se dan las dos cosas (diarrea y vómitos) hay que llevarlo a la guardia para controlar el nivel de hidratación y ofrecer agua en pequeños volúmenes para asegurarse de que tolere la ingesta. Es importante la consulta al médico, en esos casos.
Embarazadas
En cuanto a los cuidados del sol, la embarazada debe extremarlos antes de exponerse, utilizando protectores solares con un índice de protección mayor a 30. Éstos ayudan a disminuir la aparición de manchas en la piel que suelen producirse durante la gestación (melasma/cloasma, hiperpigmentación que se ubica más frecuentemente en pómulos, labio superior y frente). Debemos tener en cuenta que el sol tomado con moderación favorece la síntesis de vitamina D, que facilita la absorción de calcio y contribuye a mejorar el estado de ánimo.
Muchas veces pueden sufrir golpes de calor, que es una alteración de la regulación térmica. Se trata de una respuesta del cuerpo a una excesiva pérdida de agua y sal como consecuencia de una prolongada exposición al sol sin una hidratación adecuada y sin protección solar. Las embarazadas deben estar atentas, siempre mantenerse hidratadas, evitar comer comidas pesadas y la exposición solar y estar en zonas frescas y de sombra.
En cuanto a la hidratación es vital una correcta hidratación al menos 2 litros de agua/día, jugos de frutas, etc. Es muy importante ingerir verduras y frutas, lácteos y derivados, preservando correctamente la cadena de frío.
Es fundamental en esta etapa del año que la embarazada se hidrate correctamente, cuide su piel de la acción de los rayos UVA, e ingiera alimentos saludables (frutas y verduras).