El Banco Central prevé que la política monetaria excepcionalmente expansiva, orientada a satisfacer las necesidades de liquidez del sector privado, acompañada de una volatilidad cambiaria acotada en el marco de las regulaciones vigentes, no se traducirá en una aceleración de la inflación.
“A medida que se levanten las restricciones a la movilidad de las personas y se reactive la economía, la expansión monetaria se irá absorbiendo. El BCRA actuará con todos sus instrumentos disponibles para absorber los excesos de liquidez y mantener la inflación acotada”, destacó en el informe de Política Monetaria.
El Central advierte que la gestión de la política monetaria en la emergencia requerirá de una importante expansión de la liquidez: “Una vez superada la pandemia, el crecimiento de la demanda de dinero que trae aparejada la recuperación económica contribuirá a absorber una importante porción de los recursos volcados al mercado.
“En este sentido, la monetización de la economía argentina se encontraba al inicio de este proceso en niveles históricamente bajos, y este Banco Central cuenta con una amplia gama de herramientas para esterilizar los excesos de liquidez que pudieran emerger una vez superada la crisis”, agregan.
En paralelo, el compromiso asumido junto al Ministerio de Economía de la Nación, en vistas de desarrollar un potente mercado de deuda en moneda local, dicen que favorecerá la canalización de los excesos de liquidez hacia las necesidades de financiamiento latentes en nuestra economía.
En otro orden, aseguran que el Banco Central resguardó el ahorro en pesos de personas humanas y jurídicas estableciendo una tasa de interés mínima para los plazos fijos, en un nivel de 70% de la tasa de Leliq.
De este modo, en la actualidad la tasa de interés nominal anual se ubica en 26,6% (30,1% en términos efectivos anuales): “Este instrumento, junto con los plazos fijos UVA precancelables, garantizan que el pequeño ahorrista tenga una tasa de remuneración positiva en términos reales”.
Sin embargo, en el relevamiento de expectativas de mercado que realiza el propio BCRA, a fines de abril los analistas del mercado proyectaron que la inflación minorista para diciembre de 2020 se ubicará en 44,4% interanual, elevando en 4,4% el nivel estimado en los pronósticos provistos a fines del mes de marzo.
“Por lo tanto, si se mira a futuro la tasa no es positiva, sino que será negativa, ya que lo que le debe importar al plazofijista no es el rendimiento que haya tenido en el pasado, sino el proyectado para los próximos meses”, recalca la economista Romina Diez. “Hay que entender que la inflación actual no está reflejando la inflación que podemos llegar a tener en los próximos meses.
Toda la emisión y sobrante de pesos impactará en los precios por lo menos seis meses después”, indica Mariano Otálora, director de la Escuela Argentina de Finanzas Personales.
Andrés Méndez, titular de AMF Economía, va en la misma línea: “Hay una preferencia por los fondos transaccionales y total falta de interés por el peso como moneda de ahorro. Si se considerara los inicios del aislamiento, en la actualidad los pequeños depositantes poseen menos fondos depositados a plazo que hace dos meses atrás, a pesar de que la fijación de un piso a la tasa de interés evitó que continuara deteriorándose el stock”.
La pregunta que se hace es si una TNA del 26,6% es retributiva frente a expectativas de inflación que pueden llegar a promediar el 45% (y hasta superarlo) en los próximos doce meses: “Estas tasas pueden resultar marcadamente negativas de acuerdo a las expectativas existentes, abstrayéndonos además de la evolución de los tipo de cambio no regulados, un elemento central al considerar la rentabilidad de una tasa de interés”, completa