La piscina en el centro acuático Maria Lenk, en Río de Janeiro, estaba cerrada hoy para las prácticas de clavados para tener más tiempo para limpiar el agua.
El agua se tornó verde el martes, a mitad de la competencia de clavados sincronizados.
Los encargados insistieron que el agua era segura para los clavadistas, incluso después que una piscina aledaña utilizada para waterpolo y nado sincronizado también empezó a teñirse de verde.
La fosa de clavados estaba cerrada cuando los deportistas llegaron para los entrenamientos del viernes por la mañana, aunque abrió a las 13, unas dos horas y media antes del inicio de las preliminares del trampolín de mujeres.
La clavadista estadounidense Abby Johnston, quien compite en el trampolín, dijo que no les avisaron que la piscina estaría cerrada para las prácticas. Tuiteó que el hashtag "(hash)Limpienelpantano" debería ser tendencia.
El británico Tom Daley, quien ganó el bronce en la plataforma sincronizada, también comentó sobre la condición de la piscina. “Ojalá eso signifique no hemos estado tirándonos en algo tan malo en los últimos días'', tuiteó.
Mario Andrada, vocero del comité organizador, enfatizó que la piscina es segura para los competidores, y dijo que las pruebas se realizarán sin contratiempo. Admitió que algunos competidores estaban molestos por la condición del agua.
Simon Langford, portavoz del centro acuático, dijo que la piscina fue cerrada para tener más tiempo para limpiarla. Señaló que la federación internacional de natación aprobó la medida.
“El motivo es que el agua tiene que estar quieta para que la piscina recupere su color azul lo antes posible”, indicó Langford.