El DT de San Lorenzo, Edgardo Bauza, quiso escapar de cualquier exceso de confianza y alertó sobre el Auckland, su rival de hoy en semifinales, pese a tratarse de una formación semiprofesional.
“No me puse a analizar si hay jugadores profesionales o no. A mí me toca analizarlo como equipo de fútbol y el Auckland será un rival muy difícil. Vimos tres partidos suyos y sabemos cómo juegan, cuáles son puntos fuertes. Los hemos analizado bien”, explicó el Patón.
“Una semifinal siempre es intensa y difícil. Estamos realmente felices por estar acá, orgullosos. Ha sido muy duro el camino que hemos tenido que recorrer, pero estamos muy contentos.
Esperamos hacer un buen papel porque la historia de este club y la historia del fútbol argentino lo exige. Esto es un juego y el fútbol tiene estas cosas. Sabemos cuáles son nuestras posibilidades y trataremos que esas posibilidades nos lleven a ganar el partido. Al rival se le analiza como lo que es, un semifinalista. Nadie les regaló nada. Es un equipo con hambre y muchas ganas, los jugadores lo sienten así también”, aseveró.
El último vergudo 'argentino'
Argentina, de la mano de San Lorenzo, regresa al Mundial de Clubes cinco años después de su última participación, cuando Estudiantes de La Plata rozó el título, pero terminó cayendo ante el Barcelona por un gol de Lionel Messi.
Fue precisamente la gran estrella de la Albiceleste el que hundió a sus compatriotas en esa edición de 2009, que se jugó en Abu Dabi, capital de Emiratos Árabes Unidos, y en la que el Pincha estaba dirigido por Alejandro Sabella.
Estudiantes había conquistado en aquel año su cuarta Libertadores y se había ganado el derecho a jugar el Mundial de Clubes. Era el segundo equipo argentino en conseguirlo, después de que Boca estuviera en la cita de 2007 y perdiera en la final de Yokohama (Japón) ante el Milan (4-2), con el equipo de Carlo Ancelotti, ahora DT del Real Madrid.
Como campeón de Sudamérica, Estudiantes empezó en el torneo en semifinales y allí se impuso por 2-1 al Pohang Steelers surcoreano, gracias a un doblete de Leandro Benítez. En la final esperaba el FC Barcelona, que se había deshecho del Atlante mexicano (3-1) y que llegaba tras un año espectacular.
Era la segunda temporada de Pe Guardiola como DT del equipo, el Barça había conquistado cinco títulos en ese 2009: Liga de Campeones, Liga española, Copa del Rey y las supercopas de España y de Europa.
Faltaba el Mundial de Clubes para hacer historia. Estudiantes no se dejó intimidar y llegó a ponerse en ventaja en el marcador, con un tanto de Mauro Boselli en el minuto 36.
El Pincha resistió hasta el final y parecía que el Barça, que tres años antes había perdido la final ante el Inter de Brasil (1-0), iba a repetir decepción. Pero apareció Pedro Rodríguez en el 89 para igualar el partido y enviarlo a suplementario, donde Messi, que acababa de ganar el Balón de Oro, puso el 2-1 definitivo.