Lo hacen a través del recupero de comida y contribuyen a evitar su desperdicio. El caso de la Red en Argentina y la presencia en Mendoza.
Un tercio de los alimentos que se producen alrededor del mundo terminan en la basura. Es decir, un 30% de la producción global. La cifra fue dada a conocer por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) en 2011 y comenzó a despertar una alarma a nivel global. ¿Cómo es posible tirar comida mientras más de 820 millones de personas aún sufren hambre en el mundo?.
A mediados de este mes, la FAO publicó el reporte “El Estado de la Alimentación y la Agricultura 2019”, centrado en el problema global de las pérdidas y los desperdicios de alimentos. Allí destacaron la necesidad de contar con métricas más específicas que permitan conocer la magnitud del problema y, así, contribuir a la promoción de acciones entre los diferentes actores involucrados. Por ello, comenzaron a elaborar dos nuevos índices. Por un lado, el Índice de Pérdida de Alimentos que reveló que se pierde un 14% a nivel global. Los más destacados en el ranking: raíces, cultivos, frutas y verduras. Por otro lado, el Índice de Desperdicios de Alimentos, que aún está en proceso de elaboración.
¿Por qué esa distinción en la medición?. Porque cuando se habla de la problemática del "food waste" o "comida que se tira" hay que distinguir entre las pérdidas y los desperdicios. Conforme FAO, las pérdidas son los alimentos que se arrojan a lo largo del proceso productivo, desde la cosecha hasta el nivel minorista, pero sin incluir a éste último. Las prácticas agrícolas, las condiciones climáticas, la ineficiencia de almacenamiento o inconvenientes en el transporte explican las causas de este tipo de "comida que se tira". En cambio, los desperdicios corresponden a los alimentos que se arrojan en las etapas posteriores: los puntos de venta, como supermercados, y los niveles de consumo, como los hogares. ¿Sus causas?: vida útil limitada, estándares de estética según estrategias de marketing, variabilidad de demanda, mala planificación de compra y cocina, confusión sobre etiquetado y mal almacenamiento en el hogar.
El impacto de las pérdidas y los desperdicios no es sólo económico (pues hay dinero invertido que, al tirarse, termina perdiéndose) ni solo social (ante las personas que aún padecen hambre o se encuentran bajo inseguridad alimentaria), sino que también es ambiental. Dos de sus impactos negativos en esta materia: pérdida e ineficiencia en el uso de recursos, como tierra y agua; y emisión de gases de efecto invernadero, contribuyentes al cambio climático.
La clasificación de conceptos refleja la multiplicidad de actores involucrados en el problema y, por lo tanto, en la búsqueda de soluciones. Mejores prácticas agrícolas, educación y concientización de los trabajadores, estrategias de venta de productos próximos a vencer a menor precio, y cambios de hábitos en la cocina del hogar son apenas algunas. Ante esta realidad, los Bancos de Alimentos han aparecido como un actor fundamental que busca conectar aquellos alimentos que se van a tirar con las personas que necesitan un plato de comida.
La Red en Argentina
Argentina no es ajena a la problemática global. Se desechan 16 millones de toneladas de alimentos al año, es decir, un 12,5% de la producción nacional. Ante ello, desde 2003 la Red Bancos de Alimentos Argentina busca potenciar el trabajo conjunto de los 16 bancos de alimentos distribuidos en 14 provincias. Los Bancos de Alimentos son organizaciones sin fines de lucro que rescatan alimentos aún aptos para el consumo humano (por ejemplo procedentes de donaciones de empresas) antes de que sean desechados; para almacenarlos, clasificarlos y distribuirlos a entidades de ayuda comunitaria, como hogares y comedores.
Solo en 2018 han recuperado y distribuido la cifra histórica de más de 12 millones de kilos de alimentos, entregado más de 36 millones de platos, y beneficiado a 2.670 entidades y 377.318 personas.
La presencia en Mendoza
De esos 16 Bancos de Alimentos en territorio argentino, hay dos que se ubican en la provincia de Mendoza. Por un lado, la Fundación Banco de Alimentos Mendoza que, ubicada en Godoy Cruz, en 2018 entregó 681.000 kilos de alimentos a 88 entidades, beneficiando a 29.000 personas.
Por otro lado, el Banco de Alimentos Valle de Uco funciona desde fines de 2005 en el valle que lleva su nombre. El año pasado entregaron 36.466 kilos de alimentos a 39 entidades, beneficiando a 2.867 personas.
¿Cómo evitar desperdicios en el hogar?
- Hacer una lista previamente y comprar lo necesario
- Cocinar cantidades justas
- Aprovechar todo el alimento
- Conservar las sobras en envases herméticos
- Freezar para conservar en el tiempo
- Reutilizar los sobrantes en nuevas comidas
- Hacer compost con, por ejemplo, cáscaras de frutas y restos de café o sacos de té
Más información:
- Sitio web en español de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en Inglés) http://www.fao.org/home/es/
- Sitio web de la Red de Bancos de Alimentos Argentina http://www.redbda.org.ar
- Sitio web de la Fundación Banco de Alimentos Mendoza http://www.bdamendoza.org.ar
- Sitio web del Banco de Alimentos Valle de Uco http://www.bda-valledeuco.org
Fotos: Gentileza Fundación Banco de Alimentos Mendoza.