Bastias, una promesa mendocina que sueña con llegar a lo más alto del tenis nacional

Francisco, de 16 años, repasó junto a MÁS Deportes sus vivencias, esperanzas y aspiraciones en el deporte de la raqueta.

Bastias, una promesa mendocina que sueña con llegar a lo más alto del tenis nacional

“Siempre lo intentaste. Siempre fallaste. No importa. Inténtalo otra vez. Falla de nuevo. Falla mejor”.

La frase que abre esta entrevista es lo que refleja la esencia pura del tenis. Sin duda alguna, el deporte más individualista de todos, donde el jugador puede pasar del fracaso al éxito en cuestión de segundos. Sólo él y nadie más que él, conoce toda la vorágine de cosas que pueden pasar por su mente si gana un torneo de gran calibre o bien, quedar eliminado…

En Mendoza, el tenis también se respira con pasión. Miles de chicos sueñan con llegar a la gloria. Francisco Bastías es uno de ellos, alguien que lucha por lo que quiere. Con 16 años, residente en El Challao y quien entrena en el Barrio Dalvian, estuvo con MÁS Deportes y nos contó acerca de sus ganas de triunfar en el deporte que ama.

- ¿Cómo fueron tus inicios en el tenis?

- Tengo dos hermanos, Luciano y Martín y estábamos en mi casa y no hacíamos nada. Un día, mi mamá se cansó y nos llevó al club Murialdo. Ahí empezamos a jugar los tres. En realidad, empezamos a practicar todos los deportes y ninguno nos gustaba, hasta que elegimos tenis y quedamos.

- ¿Cuáles son tus virtudes en el juego?

- Considero cambiar permanentemente los ritmos. Físicamente me encuentro en una buena posición y en lo técnico más o menos (risas).  Mi golpe favorito siempre ha sido el revés, por lo que lo considero mi gran arma de ataque.

- ¿Qué aspectos considerás que debés mejorar?

- Principalmente la cabeza, lo cual creo que me falla. Soy de enojarme bastante, por lo que con mi profesor Alejandro Posca, trabajamos el control del temperamento. Voy mejorando de a poco, pero me cuesta. Otro tema para desarrollar son los desplazamientos, para llegar bien apoyado.

- ¿Tuviste la oportunidad de jugar con chicos de categoría mayor a la tuya?  ¿Qué diferencias has observado cuando los enfrentaste?

- Sí, fue en los torneos Futures, el año pasado. Lo que noto es que en el tema de la fuerza no me sentí tan superado. Caso contrario es cuando en los momentos importantes, no se confunden mucho.

- ¿Cuáles han sido tus victorias más especiales?

- Lo que más recuerdo es que en el 2013, llegué a la final del COSAT (Confederación Sudamericana de Tenis), en el Grado 1, realizada en el Mendoza Tenis Club. El año pasado hice toda la gira por la región sur del continente y perdí cinco semifinales, hasta que gané un torneo en Córdoba. También logré estar en el partido decisivo del Masters, que lo disputan los ocho primeros jugadores del país. Cuando gané los campeonatos, estaba motivado en lo que estaba haciendo. Era un torneo por semana y se otorgaba una gira europea a los mejores cuatro. Sabía que si perdía un partido, me podía quedar afuera del tour.

- ¿Es duro ser jugador de tenis?

- Así es, debido a que tenés que dejar muchas cosas de lado a la edad que tenés, como la escuela, privarte de salidas porque tenés que ir a entrenar o porque participás en torneos.

- Es todo un tema la escuela…

- Sí, es complicado dejarla. No sé si para un chico normal es tan fácil la cuestión. En mi caso, hago el colegio por internet en SEADEA, que es un sistema de educación del ejército a distancia de Buenos Aires.

- ¿Cómo ves el nivel del tenis argentino?

- En los mayores, ahora se han integrado jugadores que tienen entre 25 y 26 años, que están en el Top 100 y la están luchando. Es bueno, pero no como en otras épocas, cuando estaban David Nalbandian, Guillermo Coria o Gastón Gaudio. En Juniors, se da una situación idéntica. En Mendoza, hay muchos chicos que tienen un juego interesante como “Panchito” Bahamonde, “Manu” Peña, Facundo Juárez, “Facu” Jufré, mi hermano, Martín Capdevila y Franco De Simone. Máximo Lucentini, que fue número 1 en el Sub 12, es otro que puede llegar lejos.

- ¿Cómo tratás el tema de la presión y la mente?

- No soy de poner nervioso. Trato de que cuando llega la hora de jugar, no pensar en nada. Hacer todo automático y que me salgan bien los aspectos que entreno. Cuando te desconcentrás, es peor, porque empezás a fallar en cosas que antes no. La cabeza es el enemigo principal para todo tenista.

- ¿Cuáles son tus aspiraciones en este deporte?

- A largo plazo, ser jugador profesional, estar entre los mejores 100 y en el corto período, entrar a los Grand Slams Juniors para el año que viene. Esto consiste en jugar torneos llamados ITF y hay varios grados que son desde el 5, que es el nivel más bajo, hasta el 1, el mejor. El objetivo es sumar puntos para subir en el ranking y luego llegar a los campeonatos grandes. Si estás 50 del mundo ITF, lográs este propósito.

- ¿Qué torneos te gustaría ganar en especial?

- Wimbledon es un sueño, porque en pasto no se juega regularmente y lo hace único y distinto a los demás. Además de ser el torneo grande más antiguo.

- ¿Por qué creés que existe la famosa rivalidad "Grand Slam vs Juegos Olímpicos"?

- Creo que si sos fanático de tu país o bien, sentís la camiseta argentina, cambiás un título personal por uno que le dejás a tu nación. Creo que la mayoría diría: "Prefiero un Grand Slam”.

- ¿Aceptarías una oferta de jugar en otro país?

- La verdad, lo pensaría, porque en Argentina no hay mucho apoyo y sin él es difícil. Es un deporte caro.

- Contame tu experiencia en los Juegos Binacionales…

- El primero se dio en Valparaíso 2014. Fui con mi hermano Luciano y Franco De Simone, que son un año más grande que yo. La verdad, con ellos nos llevamos excelente como grupo. El nivel fue parejo, me acuerdo que Córdoba llevó un gran equipo. En mi caso, tenía cero presión en ese momento y gané todos mis partidos de single 1, ya que se jugó el sistema de Copa Davis. Por lo que logramos el oro para Mendoza. El año pasado, el equipo lo integré junto a Joaquín Hernández y Farid Juri, con los cuales salimos terceros.

- ¿A quiénes tenés de referentes en el tenis y en la vida?

- Me gusta el escocés Andy Murray. Veo que entiende todo el juego, sabe dónde disputar cada pelota, a qué velocidad. También admiro al francés Richard Gasquet, por su revés, al suizo Stan Wawrinka y obviamente a Roger Federer, ¿a quién no le puede gustar? Por otro lado, mis papás son mi guía. Esto es debido a todo el esfuerzo que hacen, para que mis hermanos y yo hagamos lo que nos gusta.

- ¿Has podido charlar con emblemas del deporte? ¿Qué consejos te han dado?

- Charlar, no. Sin embargo, en los torneos en que participo invitan a jugadores como Nalbandian, Coria y Gaudio. En la final del Masters del año pasado estuvo Guillermo Vilas, quien me entregó el premio. Me dijo que jugaba muy bien. Eso para mí fue un orgullo, porque él es gran parte de la historia del tenis argentino.

- Por último ¿quién es Francisco Bastías?

- Como persona, trato de tener buena onda siempre con todos. Trato de ser simpático, porque no me gusta la gente que es negativa o que tiene mal humor, de ellos me alejo. El Francisco tenista es aquel que si lo ves jugar, quizás te rías por las cosas que digo. Hay veces que, cuando estoy enojado, digo cualquier cosa... (risas)

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