Basta de soberbia, AFA: Hourcade y Ginóbili traen el proyecto ideal

Los Pumas y la Generación Dorada crecieron desde la base en juveniles igual que otros deportes. El fútbol negó la importancia de los Sub20.

Basta de soberbia, AFA: Hourcade y Ginóbili traen el proyecto ideal

Por Fabián Galdi, editor Más Deportes Digital - fgaldi@losandes.com.ar

El deporte de alta competencia en la Argentina atraviesa una clara fase de transición en la cual asoman disciplinas que históricamente buscaron posicionarse en el tercer escalón de un podio cuyos primeros lugares fueron cooptados durante décadas por el fútbol y el boxeo en un absorbente primero y segundo lugar, respectivamente.  Hoy día, por ejemplo, las selecciones nacionales de rugby, básquet, vóleibol, hockey césped, hockey patín y balonmano, por citar las de progreso más evidente, elevan la vara año tras año gracias a que están sustentadas en proyectos que asoman como una verdadera política de Estado en el seno de cada especialidad. Ya no se trata de hechos circunstanciales o de alguna que otra performance relevante en una competición de máximo nivel, sino que se sustentan en procesos a mediano y largo plazo cuyo efecto se desparrama en sentido positivo. Crecen de manera sostenida. Y no se detienen.

En el plano netamente futbolístico, la AFA parece no haber reaccionado ante los cambios generacionales y - de hecho - los resultados en las representaciones albicelestes en certámenes juveniles a nivel sudamericano y mundial marcan de manera nítida que la lucha de egos, revanchismo y posicionamiento individual pesa más que el proyecto. Así, tras el desalojo compulsivo que sufrió el grupo que formó y consolidó José Pekerman sólo afloran algún que otro chispazo pasajero de un triunfo a nivel continental. Sin embargo, la llama se apaga rápidamente por la ausencia de una idea madre que gobierne el modelo. De los cinco títulos mundiales en esa era #Sub20 - 1995, 1997, 2001, 2005 y 2007 - se decantó en lo más cercano a la nada misma. Y la falta de una cabeza visible, en cuanto a formación y capacitación didáctica, provoca que los más capacitados para conducir no cuenten ni siquiera con la posibilidad de demostrarlo.

Aún fresco el recuerdo por el ponderable paso de Los Pumas en la Copa del Mundo 2015, bien vale evocar cómo se produjo el camino paulatino hasta volver a ocupar un sitial en la elite a escala planetaria tal como había sucedido con el tercer puesto en Francia 2007. A grandes rasgos y a modo de síntesis, se trata de ciclo que tuvo una bisagra cuatro años atrás con el ingreso al Rugby Championship y que ahora cuenta con el acceso al Súper Rugby para 2016. Desde la creación de Los Pampas XV, ya como equipo profesional, se alcanzó resonancia con el triunfo en la Vodacom Cup - el segundo certamen de Sudáfrica - y en ese emprendimiento se foguearon jugadores tales como Agustín Creevy, Leonardo Senatore, Martín Landajo, Nicolás Sánchez, Juan #Imhoff, Joaquín Tuculet, Tomás Cubelli, Mariano Galarza, Nahuel Tetaz Chaparro y Santiago González Iglesias; todos ellos, presentes en Inglaterra. Así, el entrenador Santiago Phelan contó con estos rugbiers para la Copa del Mundo Nueva Zelanda 2011 y ahora Daniel Hourcade - quien los formó - volvió a dirigirlos en suelo británico.

Si bien el gran objetivo es Japón 2019, lo cierto es que tras haber eliminado a Irlanda y llegar a las semifinales, el equipo nacional cuenta con un tremendo potencial en un pack de forwards que se acerca a un promedio de 22 años de edad y con valores significativos: Pablo Matera, Tomás Lavanini, Lucas Noguera y Julián Montoya. Las consecuencias son evidentes: consolidar la base en etapas formativas para luego aprovecharla en instancias superiores y con una experiencia que implica ni más ni menos que la continuidad de un proceso.

En el Preolímpico de básquet, en México, la Generación Dorada contó con dos líderes naturales como Luis Scola y Andrés Nocioni para encabezar un plantel cuyas cabezas eran Facundo Campazzo, Nicolás Laprovíttola, Selem Safar y Patricio Garino. Con el resonante 78-70 en la semifinal sobre el representante local, ante un estadio colmado por cerca de 22 mil espectadores, la formación conducida por Sergio "Oveja" Hernández consiguió su pasaje a Río 2016.

Tampoco fue fruto de la improvisación o del azar: "Luifa" y "Chapu" obraron como los referentes de una selección de nivel premium que en otro momento tuvo a Emanuel Ginóbili, Fabricio Oberto, Carlos Delfino, "Pepe" Sánchez y compañía, bajo la conducción de Rubén Magnano. Otro de sus integrantes, Walter Herrmann, brilla hoy en la Liga Nacional como la gran referencia del San Lorenzo de Almagro que dirige Julio Lamas. En todos los casos, se mantuvo el criterio de pasar la antorcha encendida de mano en mano y tampoco se cayó en el exceso de reemplazar un ciclo por otro de manera taxativa.

Ejemplos similares se dieron en el vóleibol, balonmano, hockey sobre césped y hockey sobre patines tanto en masculino como en femenino. Los cuatro deportes se mantienen en una fase de ascenso sostenido, más allá de la diferencia de antecedentes y de resultados a nivel top.

Simultáneamente, ésto produce un beneficio que alcanza a todas las categorías: a mayor difusión y logros, más alcance en la población de edades infantil y adolescente. La tendencia es sostenida y anima a pensar que se consolidará a largo plazo.

Julio Velasco, un extraordinario formador de juveniles, potencia al vóleibol a través de una generación joven que llegó fogueada a la Mayor y ya con conquistas de peso como el oro en los Panamericanos de Toronto. Con talentos como Facundo Conte y Sebastián Solé, la generación se formó desde la base con experiencias provechosas en el Mundial de México 2009 (3er. puesto) y luego un subcampeonato dos años más tarde en el Mundial de Brasil. Ahora, la apuesta grande será ver la evolución en los juegos olímpicos Rio 2016.

El hockey césped presenta la seguidilla de Las Leonas desde Sidney 2000 en adelante con "Cachito" Vigil y la transición actual luego de la salida de las grandes figuras; en varones, el proceso es a la inversa y el mejoramiento se viene dando progresivamente. En cambio, el fenomenal triunfo del seleccionado argentino de hockey sobre patines en el Mundial de Francia 2015, con David Páez como gran estrella, ratifica que nuestro país se mantiene en la elite y que cabe esperar que los logros se repitan debido a que la base se va reciclando con un alto nivel de recambio.

En balonmano, este año contó con dos hitos de relieve. Por un lado, la ratificación de Los Gladiadores en el Mundial de Qatar, al haberse metido en la segunda fase luego de haber atravesado el "Grupo de la Muerte". A mitad de año, el pasaporte a Río tras el cupo obtenido en Toronto. Los tres hermanos Simonet - Sebastián, Diego y Pablo - fueron los estandartes del equipo conducido por Daddy Gallardo, además de Federico Pizarro, Gonzalo Carou más Federico y Juan Pablo Fernández. En tanto, las chicas de La Garra consiguieron el pase a un juego olímpico por primera vez en la historia. Otra muestra de cómo un proceso que arranca en etapas formativas luego se afirma en mayores.

El fútbol, en cambio, sostiene su nivel de potencia gracias a la jerarquía de los futbolistas que juegan en las grandes ligas. Un Messi, un Kun Agüero, un Di María, un Mascherano o el ascendente Otamendi brillan en Europa y le solucionan problemas a cualquier entrenador. Sin embargo, la ruptura de la cadena formativa implica que desde un Sub17 o un Sub20 sólo se pueda esperar poco de jugadores con destino de nivel premium, al cual sólo podrían acceder únicamente tras haber pasado por el viejo continente. Una pena: la AFA sigue sin darse cuenta que la falta de un plan de base limita las posibilidades. Y cuando lo tuvo...lo cortó sin que aún se sepan los motivos.

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