Basta de San Valentín: seis películas para ver el amor con una mirada diferente

Más allá del romanticismo, estos films nos acercan a las relaciones desde puntos de vista nuevos y diferentes entre sí.

Basta de San Valentín: seis películas para ver el amor con una mirada diferente

Son solo 24 horas, aunque para muchos "haters"  sean verdaderamente insufribles: San Valentín está aquí, otra vez más. Pero sí, es un hecho: si la mitad del mundo está feliz, metido en una burbuja edulcorada, la otra mitad del mundo no, y no hay por qué disimularlo.

Pero para pasar este 14 de febrero, en lugar de sumarse a la euforia romántica, quizás sea más útil derribarla; o, al menos, entender que no hay nada que envidiarles a quienes presumen de estar enamorados. El amor romántico es un mito, dicen, y estas películas vienen a demostrarlo. 

Es que no hay una sola clase de amor: ya sea en el plano de lo distópico o lo anómalo, de las diferentes maneras de vivir la sexualidad, o en el hecho de que el amor no dura toda la vida y que, de sobrevivir largo tiempo, siempre será un hecho complejo (como lo demuestra la última película de Haneke), es mejor ser realistas respecto al tema.

Estas seis películas enfocan el tema desde perspectivas muy diferentes. Eso sí, nada de pochoclo ni de brotes lacrimógenos: mucho café, para estar bien despierto.

Ese retorcido amor...

The lobster (Yorgos Lanthimos, 2015)

Seis años después de “Canino”, un enfermizo drama intrafamiliar que le valió una nominación al Oscar como Mejor Película de Habla no Inglesa, el director griego redobló la apuesta, para romper cabezas y corazones al mismo tiempo: en un futuro distópico (palabra que está muy de moda, pero que no significa otra cosa que futuro-peor-que-el-presente), Lanthimos nos sumerge en una ciudad que se rige por reglas muy específicas: todas las personas se ven obligadas a encontrar pareja.

Son llevadas al “Hotel” en el que deberán encontrarla en un plazo de cuarenta y cinco días. Si no lo hacen, la barbarie: son convertidas en animales y desterrados en el bosque. Dentro del Hotel, se someten constantemente a una propaganda que intenta convencerlos de lo importante que es tener una pareja (¿alguna semejanza con la vida real?), mientras que la masturbación está, en principio, prohibida.

Un detalle más: si quieren extender su estadía en el Hotel, tienen la opción de salir al bosque y cazar a los solteros desterrados. Si el escenario de por sí es inquietante, esperen a ver la historia que se desarrolla en él...

Her (Spike Jonze, 2013)

Los Ángeles, en un futuro cercano. Theodore es un hombre solitario al que le encanta escribir cartas. ¿Qué pasará el día en que, con el corazón roto, luego de una larga relación, conozca a Samantha?

Pero ojo: Samantha es un sistema operativo que permite un contacto personalizado e intuitivo con cada usuario. Mientras vayan conociéndose mutuamente, los tecleos y los clicks empezarán a dar forma a una extraña relación amorosa. ¿Cómo no sucumbir, si la voz sensual es la de la propia Scarlett Johansson?

Mente abierta, corazón contento

Las canciones de amor (Christophe Honoré, 2007)

Este exquisito musical francés abre una puerta a la cotidianidad de un triángulo amoroso: Ismael, Julie y Alice experimentan en esa línea, hasta que el fatal desenlace de una de ellas vira por completo la historia. Desde ahí, la vida amorosa de Ismael (Louis Garrel, el fetiche de la belleza apolínea francesa) pasará por la tristeza, la confusión y, finalmente, se animará a concretar una tierna relación que nunca antes habría pensado.

Laurence Anyways (Xavier Dolan, 2012)

Se trata de uno de los dramas más intensos de este cineasta precoz, verdadero “enfant terrible”, que le valió el premio a Mejor Película Canadiense en el Toronto International Film Festival.

Laurence Alia es un profesor de literatura francesa que tiene una relación no solo estable, sino mágica, con Fred, una productora audiovisual. Cierto día decide dejar de mentir y reconocer frente al mundo su identidad de género: confiesa que se siente mujer. Sin embargo, y aquí está el nudo del drama, él (ahora ella) no ha dejado de amar a Fred: ese sentimiento está intacto, y sí, se siente atraído (atraída) sexualmente hacia ella.

¿Hasta dónde llegará esta aparente contradicción entre ambos? ¿Es un amor imposible? Mientras pasen los años, los caminos entre ellos se bifurcarán y se encontrarán reiteradas veces...

La tristeza irremontable

Blue Valentine (Derek Cianfrance, 2010)

Cuando el matrimonio de Dean y Cindy (siete años, una hija) empiece a perder la magia del romanticismo y la monotonía empiece a erosionar el tacto entre ellos, el marido buscará reavivar la pasión perdida de su esposa llevándola a un motel temático.

Lejos de encender las brasas que podrían quedar, en ese cuarto descubren con toda claridad lo que queda realmente entre ellos: cenizas, cenizas y más cenizas. Con reiterados flashbacks repasan la historia que los unió algún día, y el precipicio en el que fueron cayendo lentamente, casi sin darse cuenta.

Amour (Michael Haneke, 2012)

A menudo se califica a Haneke como un “maestro del pesimismo”: en sus películas la realidad, en su aparente simplicidad, puede volverse paulatinamente en un inquietante infierno. En esta sintonía va esta conmovedora película, que le valió el único Oscar de su carrera.

Anne (la eterna Emmanuelle Riva, recientemente fallecida) y Georges son una pareja de músicos ancianos. La cotidianeidad extremadamente tranquila y parsimoniosa de ambos se quiebra el día en que ella sufre una pequeña trombosis, que irá complicándose paulatinamente ante la mirada impotente de su compañero de toda la vida.

El amor es un hecho complejo, y probablemente este filme lleve hasta el máximo el planteo sobre qué es el amor. El desenlace de esta historia es, probablemente, uno de los momentos más estremecedores del cine contemporáneo, donde brota la sinceridad, la compasión y, en su forma más extraña, el amor más auténtico. Parece decirnos que, si el amor existe, no puede convivir con el infierno terrenal.

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