Argentina no pudo terminar con una sonrisa un certamen que le dejó un balance positivo. En Córdoba, el equipo de Sergio Hernández cayó por 81 a 76 en la final de la AmeriCup ante Estados Unidos, pese a que llegó a contar con una ventaja de 20 puntos.
El escolta Nicolás Brussino fue determinante en la primera mitad del partido para los argentinos ya que al cabo del segundo período se erigió en el jugador de más puntos (12), rebotes (5) y asistencias (4) para el bando anfitrión, que ganaba por 42 a 27. Sin embargo, en el tercer período apareció en el rectángulo del Orfeo toda la dimensión de Estados Unidos.
El pivote Jameel Warney destapó las esencias de su gran calidad y lideró la remontada de EEUU con 15 puntos hasta el tercer cuarto y los norteamericanos marcaron 23 tantos, 9 más que los argentinos. Darren Hilliard II exhibió sus capacidades y fue el otro jugador clave para el equipo norteamericano.
Entonces la ansiedad y el nerviosismo también entraron en juego contra los argentinos y su juego perdió la consistencia de la primera mitad. Estados Unidos tuvo raza para manejar la exigua ventaja hasta el final, ganó el partido por 81-76 y celebró el título de campeón, el sexto de su historial en la Copa América.