Barry Seal: Tom Cruise en buena forma

En esta cinta se puede apreciar una de las mejores actuaciones del actor, gracias a la historia de un piloto que se entrega al narcotráfico.

Barry Seal: Tom Cruise en buena forma
Barry Seal: Tom Cruise en buena forma

A Tom Cruise, dicen los críticos afilados, se le pueden conocer dos tipos básicos de actuación. En ambos se lo ve con anteojos de sol, corriendo a toda velocidad y sonriendo.

Las actuaciones más interesantes de Cruise (Magnolia, Jerry Maguire Collateral, Eyes Wide Shut) han permitido alguna falla en su cuerpo musculoso, algún toque de oscuridad debajo del elegante boyscout.

La más reciente cinta de Tom Cruise es la inteligente y alegre Barry Seal (American Made, que se estrena hoy en Mendoza), que se parece bastante a las películas de gran presupuesto de Cruise, antes de trastocar todo y dejar paso para la cinta menos seria de Cruise que nos había faltado.

Si tenemos en cuenta esto, resulta ser un vehículo muy bueno para el actor, con el que regresa a una cabina de avión 31 años después de Top Gun, y nos recuerda su carisma natural de actor de cine al tiempo que lo deconstruye sutilmente.

Doug Liman, el director, ha demostrado tener talento para unir a actores súper famosos. Lo hizo con Brad Pitt y Angelina Jolie en Sr. & Sra. Smith, con Matt Damon en Identidad desconocida y en su más reciente película con Cruise, Al filo del mañana, una historia de ciencia ficción de comprobó esta máxima: "No se puede matar a Cruise".

En Barry Seal, una historia vagamente basada en un hecho real que sucede a fines de los 70 y comienzos de los 80, Cruise interpreta al piloto del título, miembro de la ex aerolínea TWA cuyo contrabando de cigarros cubanos llama la atención de la CIA.

Un policía llamado Shafer (Domhnall Gleeson) se acerca a él y le ofrece un trabajo en el que tomará fotos para inteligencia y hará pagos a personas como el dictador panameño Manuel Noriega. “Estamos construyendo países ahí abajo”, dice Shafer.

Seal, viendo su avión y dispuesto a apagar para siempre el botón de “piloto automático”, aprovecha la oportunidad y no deja de tentar su buena suerte.

Despreocupado, casi encantadoramente ignorante de los peligros y del terreno de cuestionable ética en el que se está metiendo, Seal empieza pronto a traficar enormes cantidades de cocaína de regreso a Arkansas para el Cartel de Medellín encabezado por Pablo Escobar.

Las cosas se ponen difíciles rápidamente a ambos lados de la ley. Seal y su familia (incluyendo a su esposa interpretada por Sarah Wright Olsen), tienen más dinero del que pueden gastar. Se quedan sin armarios o agujeros en el jardín para esconder el dinero que les llega.

Las misiones de la CIA se vuelven más audaces también. Seal se convierte en exportador clandestino de AK-47 para los Contras nicaragüenses, mismos que transporta a Arkansas para que reciban entrenamiento en una base militar. Seal los saluda relajado: "¡Hola, amigos!"

Todo se convierte en un ciclo cada vez más absurdo de drogas, armas y dinero supuestamente para luchar contra “los enemigos de la democracia”.

Las ironías también son grandes, y llegan a su máximo cuando Nancy Reagan impulsa la guerra contra las drogas y pide a la gente decir “no”, mientras los esfuerzos de su esposo para armar en secreto a guerrilleros impulsan a uno de los carteles más poderosos del mundo.

Al igual que en varias películas recientes como War Dogs y War Machine, Barry Seal es una farsa a las ambiciones internacionales de Estados Unidos. Aquí se presentan los resultados cómicos y a menor escala de políticas mal ideadas desde la parte más alta del comando.

Por cierto que presidentes como Jimmy Carter y el gobernador de Arkansas Bill Clinton tienen cameos en Barry Seal. 

La cinta es un homenaje y una burla al oportunismo estadounidense ante las decisiones despreocupadas de políticos, que tan fácil y tan apabullantemente benefician (hasta cierto punto) a un piloto que busca emociones extremas y no puede decir que no.

El punto álgido llega cuando Seal, que escapa de la DEA, aterriza de emergencia en un suburbio y escapa en la bicicleta de un niño, todo mientras está bañado en cocaína. Por fin un método raro de escape para Cruise.

Barry Seal, escrita por Gary Spinelli, ha embellecido la historia, por supuesto. La vida de Seal no fue tan brillante como la interpreta Cruise. Pero de todas formas ¿cuál vida lo es?.

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El informante

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Jigsaw: el juego continúa

La nueva entrega de la saga El juego del miedo comienza con varios cuerpos que comienzan a aparecer por distintas partes de la ciudad.

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