Los derivados de la harina y el maíz son el resorte que disparó la inflación de mayo en Mendoza que, con un 4,4% de variación en la Canasta Básica Alimentaria, desnudó una vez más la escasa eficiencia del pretendido congelamiento de precios. El relevamiento que realiza el Isepci (Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana), deja expuesto -además- que vivir en Mendoza cuesta, como mínimo, 15% más que en diciembre pasado.
El análisis del último mes, a partir de la recorrida que efectúan voluntarios de la organización Barrios de Pie, señala que la polenta, con una variación del 40,9%, seguida por la harina de trigo (38,8%), el pan (28,5%) y los fideos guiseros por 1/2 kilo (25%), integran el lote líder de productos inflacionarios respecto de abril.
Más atrás aparecen el puré de tomate en tetra de 520 gramos, con una trepada del 19,5%; la gaseosa de 2,25 litros (17,7%); sal fina (16,6%); la yerba por medio kilo (15,8%); las arvejas en lata (15,3%), el arroz por kilo (14,2%), y la leche en sachet (13,3%). Entre las verduras y frutas, tomate, zapallo y mandarina se reparten el podio.
A falta de mediciones oficiales, que el Gobierno suspendió hace más de un año, el estudio, que toma los mismos 50 productos del Indec, se convierte en el termómetro más fiel de cómo siente el bolsillo de los mendocinos que pasan frente a las góndolas.
Cabe señalar que la metodología del Isepci pondera 3.387 precios en 59 barrios del Gran Mendoza, y contrapone la realidad con el dato del organismo estadístico nacional que, paradójicamente, no sólo no registró subas sino que aseguró que los precios cayeron 0,17% en mayo.
Así las cosas, en la provincia el relevamiento señala que en lo que va de 2013, mientras la CBA (indicador del ingreso mínimo necesario para que una familia no sea considerada indigente) acumula 13,5%de incremento, la Canasta Total (que incluye bienes y servicios no alimentarios, y determina la línea de pobreza) subió 15,1%.
Indudablemente el pan es el modelo inflacionario de la semana y del mes. Luego del último ajuste, en algunas panaderías se vende por encima de los $ 16 el kilo, pero tras un nuevo aumento de la bolsa de harina en ciertos puntos ayer había trepado a los $ 20.
La presión constante de la materia prima (140% desde diciembre), hace que en la Asociación de Panaderos, si bien prometen mantener los valores sugeridos al público, se mantengan a la expectativa de trasladarlo al mostrador a la espera de cómo impacte el paro agropecuario esta semana. "Tenemos que ser coherentes. Pero es preocupante lo que pasa, porque los molinos entregan siempre menos de lo que pedimos: si queremos 200 bolsas, nos dan 100", dijeron en la entidad.
El precio de la bolsa de 50 kilos, que hoy llega a $ 260, se incrementó tres veces en lo que va del año.
La politización del problema
Con todo, a criterio de Isepci, una familia tipo de Mendoza que necesitaba algo más de $ 1.823 para alimentarse en abril, debió gastar $ 1.904 en mayo. Mientras, el límite de la pobreza que marca la CBT pasó de $ 4.157,05 a $ 4.341,6.
Al comparar con lo que se gastaba hasta diciembre, el estudio indica que la canasta básica hoy exige desembolsar $ 222 más y $ 575 más para la Canasta Total.
"Son los mismos vecinos los que hacen el relevamiento en almacenes y supermercados. Y lo más serio es que los productos básicos son los que más aumentaron; de hecho, en la comparativa de abril ya quedó expuesto que no hubo congelamiento en Mendoza", remarcó Karina Ferraris, directora del Isepci en Mendoza.
A partir del panorama actual, Ferraris proyecta una inflación anual arriba del 25% y pone en tela de juicio la eficacia del acuerdo con las cadenas, que las compromete a mantener inamovibles 500 artículos hasta setiembre (ver aparte).
Por su parte, algunas entidades de defensa del consumidor cuestionan el rol oficial en la materia. "El precio final depende del medio de pago y del día que a una cadena se le ocurre ofrecer descuentos con los bancos: si un kilo de carne al contado puede costarme unos $ 40, en 2 cuotas con tarjetas llegaré a $ 52 o más. La ley de Abastecimiento habilita al Gobierno a controlar a formadores de precios de la cadena, pero se ve que no lo quiere hacer", señala Eduardo Femenías, de Consumidores Libres, que lidera Héctor Polino en Buenos Aires y fue inhibida por la Secretaría de Comercio Interior para medir precios.
Según Femenías, el traslado en Mendoza de la Dirección de Fiscalización y Defensa del Consumidor de la órbita del ministerio de Agroindustria a la de Trabajo, Justicia y Gobierno "habla de que el de los precios es un tema político, al igual que el acuerdo. Está claro que la ley es la herramienta necesaria y suficiente para resolver el tema de la inflación".