Los 142 operadores comunitarios de agua potable que se encuentran diseminados a lo largo y ancho de Mendoza -y que prestan servicio en zonas donde los organismos oficiales no llegan- podrán "actualizar" sus tarifas en los próximos meses, siempre y cuando cumplan con los requisitos generales que fija el EPAS y obtengan el visto bueno del ente gubernamental para hacer efectiva la suba.
Según explicaron desde el Ente provincial de agua y saneamiento, quienes más aumenten podrán hacerlo en 44,8% y el principal requisito será que no hayan actualizado sus tarifas desde el 2005. En tanto, quienes hayan aumentado después de julio del 2013 no estará facultados a aplicar subas (ver aparte).
En toda la provincia son más de 250 mil los mendocinos que son provistos de agua por estos operadores (que tienen entre 50 y 2.000 conexiones) y, dependiendo de la ubicación, de la cercanía de las redes y de las complicaciones para realizar las perforaciones y extraerlas, es la tarifa que pagan.
Según lo constatado por Los Andes con algunos de los prestadores de distintos departamentos, cada uno tiene sus complicaciones y necesidades bien marcadas, por lo que resulta imposible unificar la situación de todos los operadores. No obstante, todos se refirieron a la "necesidad" de aumentar la tarifa.
Distintos contextos, distintas problemáticas
Laura Banoli es la presidenta de la Unión Vecinal Barrio Jardín El Sauce (Guaymallén). Desde hace cerca de 30 años, la entidad es la encargada de proveer con agua a 160 viviendas y familias del lugar.
"Uno de los principales problemas que tenemos es que los caños son de cuando se comenzó a abastecer con agua el lugar y, al tener 30 años, se rompen muy seguido. La Municipalidad y el EPAS nos ayuda con las obras, pero no alcanza", destacó la mujer.
En la cisterna ubicada en el lugar cuentan con un depurador y el mantenimiento con cloro se hace de forma manual.
"Para poder abastecer con agua a las familias del lugar, se requiere un mantenimiento constante y estar atento permanentemente. El 25 de diciembre del año pasado hubo una tormenta muy fuerte, se nos cortó la luz y estuvimos dos días sin agua. Muchas veces los números no nos dan, porque el mantenimiento de las bombas nos corresponde a nosotros", manifestó la mujer, quien preside la unión vecinal que lleva agua a los vecinos.
Otro situación que se repite en la mayoría de los lugares donde actúan estos operadores es la inconstancia en el pago por parte de los usuarios.
"Todavía no podemos habilitar un sistema de facturación que vaya cobrando casa por casa, por lo que la gente sabe que los sábados de 18:30 a 20:30 hacemos la cobranza en la sede de la unión vecinal y tienen que venir acá a pagar. Es muy difícil que se ponga al día la gente, porque al no tener el puerta a puerta, no se hacen el hábito de venir a pagar. Estamos buscando poder concretar el casa por casa", continuó Banoli, quien resaltó que mucha gente recién paga un mes cuando pasan cuatro y tras hacer una intimación.
En 2012 aumentaron por última vez en esa zona guaymallina y de 12 pesos mensuales que se cobraba a cada familia, pasaron a 35 pesos. Esa es la tarifa actual.
"Hemos pedido al EPAS que nos permita llevarla a 50 pesos por mes, porque todo ha subido y es difícil seguir de esta manera", sentenció la mujer.
En El Algarrobal y El Borbollón (ambos distritos de Las Heras), la situación no difiere mucho.
Roberto Mezzabotta es el encargado de lo que se refiere a agua potable dentro de la Cooperativa de Servicios Públicos Barrio San Pablo. Entre las familias a las que abastecen en ambos distritos suman cerca de mil viviendas.
"Actualmente estamos con poca agua, pero a la espera de que la Municipalidad (de Las Heras) habilite uno nuevo. Al ser más de mil familias las que dependen, implica una atención permanente. Y el dinero que hay no es suficiente, los insumos aumentan en todo momento", destacó Mezzabotta.
Este operador dispone de 30 mil litros que reparte entre las familias del lugar, teniendo que pagar cada una de ellas 22 pesos mensuales.
"Hace más de un año estamos con la misma tarifa y la verdad es que la cooperativa sigue en pie y 'camina' porque nadie cobra un sueldo. Todo se hace muy a pulmón", destacó el hombre, quien resaltó que aún no definen de cuánto será el aumento que le solicitarán al EPAS.
En Lavalle, si de agua se trata, todo suele costar el doble. O el triple. Bien lo sabe Fabián Zalazar, presidente de la Asociación Agua Potable Gustavo André, que abastece precisamente a los vecinos de ese distrito y de otras zonas de Lavalle.
"La provisión de agua se está empezando a calmar ahora, ya que como baja la temperatura, hay más agua. Pero hemos estado teniendo problemas muy graves. Y no sólo en lo que se refiere a la cantidad, sino también en la inconsciencia en lo que se refiere al derroche", destacó Zalazar, quien fue más que contundente con su veredicto: "Falta agua".
Para el responsable, por el uso indiscriminado, las perforaciones toman más tiempo y las bombas se usan más.
"La gente tiene que tomar conciencia. Los operadores no somos los enemigos de ellos porque no los dejamos usar la manguera. Lavalle y el Este provincial son zonas muy duras y llevar agua a estos lugares es muy difícil. Necesitamos más cañerías y redes más complejas", indicó, además de resaltar que en el lugar hay 498 usuarios conectados a la red y que se extiende por 52 kilómetros.
"Es todo mucho más difícil que en la Ciudad y un trabajo que se hace a pulmón. Si te ponés a pensar que en el secano hay 270 kilómetros para 500 familias, es la mismo extensión que tiene Aysam en todo el Gran Mendoza para su tendido. Necesitamos un aumento, no podemos seguir así".
Los usuarios de esta red abonan 45 pesos mensuales (por familia) y el pedido de la asociación es que esa cuota llegue a 65 pesos por mes.
"Tampoco podemos pedir más. Son dos pesos diarios de aumento lo que estamos solicitando. De las 500 familias no pagan todas cada mes. Algunas, recién cada cuatro meses, pagan uno. Sabemos que no podemos pedir más. Encima se nos ha roto una bomba de 100 mil pesos", indicó Zalazar, quien manifestó que presentará el informe al EPAS pidiendo que se autorice el aumento.
"El mes récord de recaudación que hemos tenido ha llegado a 14.000 pesos", agregó.
En Ciudad, en tanto, hay un único operador comunitario de agua. Se trata del Barrio Residencial Champagnat, que abastece a 302 familias desde hace 40 años. Según destacó la presidenta del consorcio, Yolanda Corvalán, están en una "situación especial" ya que tienen la promesa de que serán conectados al sistema de Aysam.
"En noviembre del año pasado estuvimos todo el mes sin agua debido al bajo nivel del acuífero. Esto hizo que se nos quemen dos bombas de agua, por lo que tuvimos reuniones con gente del EPAS y de la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza. Allí se votó y salió el compromiso de que íbamos a pasarnos a Aysam, ya que el pozo de donde sacamos agua no aguanta un año más". No obstante, hasta el momento no han tenido novedades.
"El pozo tiene más de 40 años y ya se empezó a desgranar y a destruir. Por ahora podemos seguir así, pero no llegamos a un año más con esta agua", indicó Corvalán.
A los vecinos del lugar se les cobra una cuota mensual de 149 pesos que, al tratarse de un consorcio, incluye agua, luz y limpieza.