Antiguo, pequeño y con mucha historia. Así se sintetizan las características del barrio Pouget, pegado al espacio verde Luis Menotti Pescarmona y a metros de la plaza departamental de Godoy Cruz y el edificio municipal.
La introducción a la historia barrial la brindaron Marta Moricci (70), ex presidenta de la unión vecinal; la ex docente Mercedes Bravo (70) y José Carlos "Bocha" Moiso (74).
Son 6 manzanas, donde residen aproximadamente 360 familias, encerradas por 2 hitos determinados: el canal Cacique Guaymallén al este y el complejo Menotti, donde estaban las antiguas instalaciones ferroviarias desde principios del siglo XX.
Precisamente el ferrocarril, que con diferentes instalaciones funcionaba en el lugar, debe vincularse a la radicación de los primeros habitantes y casas, a principios de la centuria pasada.
El nombre del conglomerado está relacionado con el hecho de que terrenos del área y un molino harinero pertenecían a la familia Pouget, emparentada con el agricultor francés Miguel Amado Pouget, quien fue el primer director de la legendaria Quinta Agronómica, en el actual Centro Cívico de Mendoza.
Del tren no queda nada, por supuesto. Miguel Drake (64), titular de la actual entidad vecinal, recordó que los depósitos ferroviarios eran muy importantes y que inclusive había una vía que llegaba hasta la ex bodega Antonio Tomba, a retirar las cargas de vino de ese establecimiento. La que operaba allí era la línea General San Martín.
Las características históricas del lugar se refuerzan con un dato "duro" que proporciona "Bocha" Moiso: lo que hoy es un lugar de encuentros festivos y reuniones artísticas, el área verde Pescarmona, fue antaño sepulcro en tierra de muchas de las víctimas que cobró la epidemia de cólera que asoló Mendoza en 1886.
Emporio de trabajo
El pasado también fue el ya citado molino Pouget, que estaba al final de la calle Monteagudo, junto al canal zanjón Guaymallén.
Pero, una referencia insustituible del sector fue la fábrica de conservas Arcanco, que se instaló en esa locación en 1936 y que funcionó hasta aproximadamente 2001, aunque en el devenir del tiempo fue conducida por otros grupos empresariales.
Enfrente de la ex industria vive Mercedes Bravo, una maestra que ejerció la docencia tardíamente, ya que llegó a las aulas con 60 años. "Mi papá, Manuel Jesús, fue uno de los primeros en levantar el techo en la segunda etapa del barrio, en los años '40, cuando ya estaba la conservera".
Los recuerdos del establecimiento fabril, cuyos terrenos cubrían 26.000 m2, están frescos en otros residentes. Rodolfo Cáceres contó que pertenece a una familia que aportó 3 generaciones en la fábrica: su padre Isaac, él mismo, y sus hijos, Martín, David y Matías.
Por la cantidad de productos que se procesaban, de octubre a marzo la actividad era intensa, llegando a ocuparse a 1.500 personas. Norma Rosales (60) trabajó en el complejo 3 décadas, en la oficina de personal, y fue una de las empleadas que "apagó" la luz cuando el enorme complejo cesó su labor. Tras Arcanco tomó posesión la Compañía Envasadora Argentina (CEA); luego ingresó el grupo Precursor y el cierre se gestó hacia los primeros años de la década pasada, cuando la firma que estaba a cargo era Cipal.
El transitar de operarios, especialmente de mujeres, terminó para siempre, lo mismo que el ir y venir de camiones transportando una producción variada, que incluía el envasado de vegetales (chauchas, espinaca, la "jardinera", choclo desgranado. corazón de alcauciles y tomate). En el ramo de la fruta eran solicitadas las latas de damasco, ananá, durazno, pera, cóctel de fruta (que incluía granos de uva sin semilla) y ensalada de frutas.
Hoy quedan como testimonio de ese pasado industrial, una gran chimenea y las cisternas de agua.
El lugar de la fábrica está subdividido y en el predio están ubicadas varias firmas: un depósito de contenedores de gran porte que administra Logística del Oeste, un gimnasio, una distribuidora de zapatillas, un negocio de membranas, una firma de materiales de construcción, una fábrica de materiales descartables y hasta tiene sede allí una renombrada empresa de publicidad.
Una casa señorial
En la esquina de Mitre y Monteagudo tiene sede la Asociación Mendocina de Sordomudos de Mendoza, entidad creada en 1940. El solar fue sede de una antigua casona, que perteneció a María Pulenta. Todavía se conservan algunos vestigios del pasado esplendor de la propiedad.
Los interlocutores para esta descripción citaron a diversas familias tradicionales de la zona, aunque temiendo olvidarse de otras. No puede negarse la importancia de los Moricci, cuatro generaciones dedicadas a fabricar carruajes y modernamente a carrozar camiones y furgones, y también al rubro de carpintería. Otros nombres conocidos en ese rincón godoicruceño son los Suraci, y Antonio Lemme e Irma Pelliza, ambos ya fallecidos.
Mercedes y Marta se permitieron evocar a una persona muy simpática, doña Pierina Canone, antigua vecina, mamá de José Moiso, locuaz y solidaria. Tampoco puede dejar de citarse a 2 inquietos lugareños, Ricardo Firpo y Roberto Goudaillez, que comenzaron a gestionar los servicios que faltaban, como las cloacas. Mario Chaves, Moiso y Marta Moricci gestionaron y concretaron el gas, y más adelante el alumbrado público (en 1994).