Fue como volver en el tiempo. La sensación de volver al Feliciano Gambarte a realizar una cobertura periodística hizo que los recuerdos volvieran, como pasó a muchos hinchas de Godoy Cruz.
Ayer el pueblo tombino se transformó en el barrio tombino y volvieron para pedir, y colaborar, con el sueño de volver a jugar en el “patio de su casa”, como dicen todos.
Así nació la movida, que tuvo como cabeza mediática a Juan Suraci pero que tiene a mucha gente atrás que organiza, trabaja, delega y, sobre todo, sueña.
Para la fiesta había que tener invitados y qué mejor que invitar a los que hicieron grande al Tomba, a los que libraron verdaderas batallas en el Gambarte y a los que nunca tuvieron la oportunidad de jugar en él, ya que llegaron en épocas del Malvinas Argentinas.
Los primeros invitados fueron los héroes que dieron uno de los pasos más importantes como los Manchado, Iglesias, Abaurre, Almeida, Villalobos, Vargas, Oldrá (representado por su hijo Alexander), entre los que estuvieron presentes.
Pero no había que dejar sin fiesta a los que tuvieron el gran paso: el ascenso a Primera División. Allí fueron ovacionados jugadores como Silvio Duarte, Mariano Torresi, Cristian Aracena, Gastón Martina y, sobre todo, el “Tanque” Giménez, autor de esos goles inolvidables ante Nueva Chicago.
También estuvieron los protagonistas que devolvieron al Expreso a primera después del descenso con Huracán y allí apareció el más ovacionado de la tarde: Nicolás Olmedo quien, junto con Leandro Caruso, también fueron parte importante del logro. Juan, el “Chiqui” Solana, Guille Franco, el “Puma” Garipe, entre otros.
También estuvieron muchos chicos surgidos de las divisiones inferiores y que por cosas del fútbol terminaron brillando en otro lado como Enzo Imbesi, símbolo e ídolo en el Deportivo Maipú o Diego Pozo, que junto a Enzo Pérez, son los tombinos que disputaron un Mundial y dejaron el nombre del club en lo más alto.
No fue un partido; fue una excusa para que los hinchas pudieran ver a sus ídolos jugando en el Gambarte, con todo lo que eso significa.
Los goles, pisadas y atajadas (hasta Carranza tiró un escorpión) de estas estrellas hicieron delirar a los 3 mil tombinos que acompañaron el sueño de unos pocos y cantaron y bailaron gracias a otros tombinos que vinieron a dar una mano, como los Karamelo Santo.
Fue una tarde inolvidable, en la que el espíritu del “Gato” Lentz se dio una vuelta e intentó tirar una pared con varios de sus compañeros del 94, pero también se dio el lujo de ver a los que le dieron la alegría de llevar a su Godoy Cruz a Primera y mantenerlo entre los mejores del país.
Y sí: un día el barrio se puso de pie y empezó a caminar sin mirar atrás.