Habitantes del barrio Cooperativa Fray Luis Beltrán, de 600 casas, en el distrito maipucino homónimo, vienen denunciando desde hace tiempo reiterados robos en sus viviendas o en los vehículos.
Como no encuentran solución, desde 2013 solicitan el cierre perimetral de la barriada, un conjunto de viviendas ubicadas al norte de la ruta nacional 7, y a pocas cuadras del centro del pueblo.
Los moradores, representados por la unión vecinal, afirman que la experiencia de sufrir periódicas sustracciones, se vería parcialmente neutralizada con la colocación de aproximadamente 1.200 metros de alambrado olímpico.
Claudia Ferrer, secretaria de la vecinal, y otros habitantes, como Andrés Torres y Andrea Funes, señalaron que los pedidos al respecto acreditan tiempo de formulados, y que inclusive en julio de 2013 recibieron la visita del intendente, Alejandro Bermejo, quien -según interpretaron- apoyaba la iniciativa.
En el acta de esa reunión quedó asentado que el municipio contribuiría con un subsidio de 20.000 pesos y la Cooperativa Fray Luis Beltrán, que construyó el barrio, haría un aporte de otros 7.000 pesos, con destino al cercamiento.
El resto del valor de la obra -cubrir el perímetro con una malla de 4,2 pulgadas-, sería aportado por los adjudicatarios, quienes estaban dispuestos a hacer rifas y otras actividades para conseguir la plata. Cálculos no oficiales estimarían en 100.000 pesos la inversión.
Las zonas que más preocupan a los residentes son la norte, donde hay fincas, descampados, y la calle Agustín Aura, y la sur, que da con frente abierto al Acceso Este.
En los otros puntos cardinales, el este, por ejemplo, el riesgo disminuye en parte. Por allí está la importante calle Los Álamos, que conduce a Lavalle, y donde se ubica uno de los accesos oficiales al barrio.
Por el oeste, hay también un poco más de control porque el deambular de sospechosos se ve neutralizado por una fábrica que elabora productos de aceitunas, que dispone de un paredón de concreto. Un poco más al norte, se encuentran las instalaciones del polideportivo barrial, que de mañana se usa como colonia de vacaciones, y por la tarde es frecuentado por las familias del lugar.
En la propuesta de los particulares está concebido respetar el paso y no alambrar a la altura de la pasarela que atraviesa la ruta nacional 7, y que permite que muchos niños y jóvenes vayan a las escuelas ubicadas en el centro de Beltrán.
No se puede
Sin pretender entrar en colisión con las aspiraciones de los residentes, que considera atendibles en lo que concierne a vivir tranquilos, el secretario de Obras Públicas municipal, Eduardo Mezzabotta, explicó que la condición de barrio abierto, según las normas de la Ley de Loteos y otras disposiciones, no permite el cercado solicitado.
“Deben mantenerse la trama urbana, la conectividad de las calles y las entradas y salidas que tiene el conjunto habitacional, como cualquier otro barrio del departamento porque no es privado”, definió el profesional.
“Lo que nosotros decimos -agregó el secretario- es que el tendido que está colocado ahora, puede quedar, pero no se puede hacer un cerramiento de la magnitud que desea la unión vecinal, la ley lo prohibe”, apuntó el funcionario municipal.
En su planteo, los particulares sostienen que el cerco dejaría expeditos una entrada por la lateral del Acceso Este, y la principal, por la calle 10, que conduce a la plaza en construcción.
Otra cosa que dijo Mezzabotta es que el barrio todavía tiene pendiente la conclusión de su urbanización, ya que aún hay casas por entregar y por levantarse. “Lo que está, se dejará, pero no se puede implementar un cerco del tipo que solicita la gente”, repitió.
Los vecinos barajaban la posibilidad de que fuese negada la solicitud de cierre. En tal sentido, la dirigente barrial Claudia Ferrer opinó que “en subsidio, la Municipalidad, que no puede darnos la seguridad porque es un resorte de un Ministerio provincial, por lo menos debería ayudarnos a gestionar medidas que disminuyan los ilícitos que soportamos”.
La progresión de hechos delictivos denunciados van desde el desvalijamiento de alguna casa, cuando sus moradores están de viaje o con salidas transitorias, a robos rápidos de bicicletas, ruedas de vehículos y todo lo que se encuentre a la mano de los oportunistas.
Como el lugar tiene un Centro Integrador Comunitario (CIC), y se está construyendo la nueva estructura del hospital Metraux, algunos piensan que todo ese equipamiento podría completarse con un destacamento policial. También en el futuro está previsto construir una escuela, en un predio donado por la cooperativa.
La cooperativa tiene el mismo criterio que la comuna, en cuanto a la condición del conglomerado. Uno de los proyectistas, el arquitecto Aníbal Savelli, explicó que ya hay trabas para restringir el acceso vehicular en el área norte, donde se colocaron tramos de guardrail. Y añadió que en la parte que da a calle Los Álamos, se dispone de un cierre parcial. “Más de eso, no está permitido”, resumió el profesional.
Aspiraciones de la barriada
El barrio, que no está concluido porque todavía hay iniciativas para sumar 200 unidades habitacionales más, tendrá plaza este año.
El paseo está en construcción, y fue ganado por los vecinos por aplicación del programa PAR. Aguardan que se termine pronto la obra.
La condición de sector con deseo de progresar lo demuestra la instalación de una pantalla de publicidad en un espacio verde, con una cámara de seguridad, equipamiento que realizó el vecindario. También el aporte particular permitió colocar una pista de salud.
Además del planteo en seguridad, al municipio el vecindario le requiere que asegure con más periodicidad la recolección de basura.
