Aunque las agujas del reloj se muevan sin parar y las horas transcurran con normalidad, la temperatura parece estática. Los 30° y la alta humedad, algo inusual para esta parte del año en Barranquilla, podrían ser determinantes cuando esta tarde, desde las 15.30 (17.30 de nuestro país) jueguen Colombia y la Albiceleste. El estadio Metropolitano promete ser una verdadera caldera y todo parece indicar que así será.
“Y esto no es tanto, estamos en la época más tranquila, noviembre y diciembre”, cuenta Marcos Gutiérrez, un taxista colombiano que, no tan extrañamente, se confiesa un apasionado de la Argentina. Y son varios los que simpatizan con el equipo de Martino por estos lados. En el hotel un centenar hicieron guardia casi las 24 hs del día para ver a sus ídolos prestados.
“Bienvenidos a la casa de la Selección Colombia”, reza un cartel gigante en el aeropuerto local y de ello no hay dudas. La ciudad se transforma cada vez que el selecionado cafetero se presenta aquí. Las calles se tiñen con los colores de la bandera nacional, y las camisetas, banderas, gorras y otros suvenires, parecen brotar de la tierra misma.
Este martes Barranquilla volverá a paralizarse. Los empleados trabajarán hasta el mediodía y la soledad ganará una vez más las calles. Como ayer, cuando mucha gente dejó la ciudad para ir a las fiestas de Cartagena de Indias (anoche se elegía las Miss Colombia) y aprovechar al máximo el día festivo por la Independencia de dicha ciudad. Como en Argentina, aquí también se pasan los días feriados.
“La Selección es nuestra máxima fiesta después del carnaval. Es nuestro orgullo, un ícono, un símbolo nacional”, relata Julio Rivera, administrador del estadio Roberto Meléndez, a Más Deportes. Y de eso, no hay dudas, al menos en la previa. Todo indica que hoy habrá fiesta en la ciudad.
Desde las eliminatorias de Italia 1990 el ‘Metro’ es la sede de los partidos de Colombia. Francisco Maturana, entrenador por aquellos tiempos de la Tricolor, fue quien tomó la decisión. Las dos veces que salieron de Barranquilla, el equipo no llegó al Mundial.
En esta sede, en cambio clasificó para cuatro Copas del Mundo (‘90, ‘94, ‘98 y 2014) y solamente resignó la chance en una oportunidad (‘06). De todas formas y a pesar de los factores que en cierto modo benefician al equipo local, ésta es una sede especial para Argentina. Aquí, en la eliminatorias pasadas, el por entonces equipo de Alejandro Sabella logró un triunfo que muchos marcaron como el bisagara de aquella exitosa era, que terminó con la final del Mundial.
“Todo empezó en Barranquilla”, confesó Mascherano tiempo después. Pero tuvo otro antecedente similar. Antes de México 1986, la Albiceleste igualó 0-0 ante Junior, en el segundo partido disputado en ese estadio. Según dijo Bilardo, aquél fue un encuentro importante en el proceso que se coronó con el título mundial.