Los alumnos de la escuela 1-193 Juan Bautista Silva, en el distrito Barrancas (Maipú), no están asistiendo a clases porque no cuentan con el transporte que habitualmente los traslada a las aulas.
La situación afecta a los 56 cursantes de la primaria y a unos 26 infantes del jardín maternal Querubines, con edades comprendidas entre 0 y 3 años, que funciona en el mismo local escolar como servicio educativo de origen social.
La escuela Silva está ubicada dentro de la gran finca Toso, a 3,5 kilómetros del carril a Barrancas o ruta provincial 14.
Los escolares de ese establecimiento viven en fincas o chacras dispersas en esa jurisdicción, y para llegar a las aulas, si no tienen movilidad, deberían caminar distancias entre 5 y 20 kilómetros, acompañados por sus madres, en la mayoría de los casos.
Debido a la lejanía de la escuela Silva -creada merced a una donación de terreno del pionero de la industria vitivinícola Pascual Toso-, los escolares han sido transportados siempre en colectivo.
Este servicio venía prestándose hasta el año pasado por el municipio de Maipú, que solidariamente se hacía cargo de los costos por esa transportación, inversión que sale de su presupuesto.
Pero, los padres de los alumnos se enteraron a principio del ciclo y luego de varios días de paro, que el transporte no iba a pasar hasta que se definiera a quién le correspondía abonar esa prestación.
La directora escolar desde 2012, Marita Moreno, se hizo cargo del problema y cursó notas y avisos a las inspecciones Técnica Seccional 15 y Regional Centro, donde están sus superiores en la estructura de la Dirección General de Escuelas. También se comunicó con las autoridades de la Municipalidad de Maipú, como anterior prestador del servicio, pero sin obtener una solución por lo menos en lo inmediato.
Así las cosas, es un hecho que hoy tampoco habrá actividad plena en la alejada escuela, salvo la atención de los pocos chicos que lleguen por sus propios medios.
En la Supervisión Escolar N° 15, con competencia sobre el caso, se indicó que en las próximas horas se iba a solucionar el tema.
Pero, fuentes oficiosas del municipio maipucino indicaron que lo que se espera del gobierno escolar es compartir los gastos que demande el traslado de los estudiantes, y no había tanta seguridad de que la prestación se reanudara en las próximas horas, como muchos piensan y esperan que ocurra.
Por el momento, el lunes habría una reunión entre el intendente de Maipú, Alejandro Bermejo, y la directora de la escuela Silva, Marita Moreno.
Malestar
Algunos de los padres estaban un poco malhumorados porque señalaron que a la comuna no se le puede pedir más, y que la DGE debió enfrentar la coyuntura, alquilando una movilidad hasta que el municipio pudiera reponer la prestación de los traslados.
Varios fueron los testimonios brindados por madres que no ocultan su preocupación por los días de clase que están perdiendo sus hijos.
Romina Escudero manda 4 chicos a la escuela Silva. "Nosotros venimos del sur y debemos cruzar brazos secos del río Mendoza y atravesar zanjones...es muy lejos, sin un colectivo, mis niños no podrán asistir a clase", sostiene apesadumbrada.
Algo parecido les pasa a los demás. Griselda Avaca habita cerca de la bodega Domiziano, a 500 metros de la ruta 14, y tiene 3 niños en la primaria, de 4, 6 y 7 años.
Por su parte, Carina Gómez (36), de no contar con el transporte debería marchar a campo traviesa unos 6 kilómetros llevando de la mano a sus 3 retoños. "Algo problemático y riesgoso en verano y en invierno", resumió la madre acongojada.
En tanto, una de las situaciones más difíciles la enfrenta el pequeño productor Gildo Martínez, boliviano, al igual que su prole. El hombre y los suyos viven sobre el carril a Barrancas, a bastante distancia de la escuela. Está recién operado y no puede caminar con una "escalerita" de descendientes, también nacidos en el altiplano, de 2, 5, 7, 9 y 11 años. Hacerlo es casi un suicidio por el tráfico que tiene el camino, especialmente por los camiones que trasladan áridos.
Por otra parte, si no hay clase, como efectivamente está pasando, los cursantes más humildes de la nómina no tienen oportunidad de recibir la merienda y el almuerzo, que brinda la institución escolar en atención a la jornada extendida que ofrece.
El colectivo que viene alquilando desde hace unos años la administración municipal, tiene un recorrido muy extenso y pasa a buscar a los alumnos más alejados cerca de las 6 de la mañana. Luego los retira alrededor de las 15 y los regresa a sus hogares. "Ya en micro es un tiempo prudencial el que se ocupa en el viaje, así que imagínese si hay que venir a pie lo que demandaría", comentó otra vecina que aporta 3 vástagos a las filas escolares.
Según indicó la directora de Educación de Maipú, Natalia Molina, el servicio gratuito municipal, no solo se presta en la escuela Silva. También el mismo cometido se lleva a cabo con el plantel de la escuela María Badin de Badin, de San Roque, y de la Remedios Escalada de San Martín, de Rodeo del Medio.
"Es un problema de dinero -dijo esta funcionaria-. Estamos analizando las diferentes salidas y la pronta solución del caso, ya que los valores de la licitación correspondiente han subido mucho".
Un temor compartido por padres y educadores es que por falta de alumnos, la escuela Silva corra el riesgo de cierre, y se traslade su plantel a las otras escuelas de la zona, que son Antonio Luis Berutti, Toso y Valle de las Barrancas, aunque sus matrículas están bastante completas. Las 2 primeras escuelas se ubican prácticamente sobre la cinta asfáltica, y la restante está separada de la ruta, pero dispone de medio de transporte público que lleva a los educandos a destino.
