El fiscal Martín Govetto aseguró hoy que "se trata de un homicidio" la muerte del policía Lucas Muñoz, cuyo cuerpo fue hallado ayer en Bariloche a 28 días de su desaparición, en coincidencia con las pericias que desestimaron un suicidio, mientras el gobernador Alberto Weretilneck descartó renuncias en la fuerza.
El fiscal Martín Govetto sostuvo en una conferencia de prensa que "la fiscalía no tiene dudas de que se trata de un homicidio" y expresó: "No descartamos ninguna hipótesis".
Govetto afirmó que "existen coincidencias llamativas" con el caso de Micaela Bravo, la joven de 28 años cuyo cuerpo apareció el 6 de abril en la misma zona que el cadáver de Muñoz, tras haber sido vista por última vez el 23 de marzo.
Expertos en criminalística de Gendarmería Nacional, que llegaron anoche a la ciudad rionegrina, entre ellos un forense, y especialistas en balística y entomología, realizaron pericias en el cuerpo, que fue sometido a una autopsia en el hospital local.
"La muerte se produjo hace 24 o 48 horas", afirmaron fuentes de la investigación, según datos surgidos del análisis del cuerpo, hallado ayer con un disparo en la cabeza en un descampado próximo a la ruta de Circunvalación de Bariloche, con el uniforme policial y el arma reglamentaria.
Los peritos manifestaron a medios locales que se descarta la hipótesis de un suicidio de Muñoz, de 29 años, quien permanecía desparecido desde el 14 de julio, y afirmaron que aún deben realizar otros estudios en el cuerpo.
El gobernador de Río Negro dijo en declaraciones a la prensa local que "no hay razón" para que renuncien el ministro de Seguridad, Gastón Pérez Estevan, y el feje de la Policía, Mario Altuna, pero advirtió que "lo que sí va a haber es un cambio profundo en la conducción" de la fuerza en Bariloche.
Weretilneck manifestó que los cambios llegarán hasta los jefes de turno y manifestó que se busca conformar un equipo "con los mejores oficiales de la provincia". El intendente de Bariloche, Gustavo Gennuso, dijo estar "consternado por todo esto que pasó" y afirmó que "no nos debemos arrodillar ante los violentos".
Muñoz había sido visto por última vez el 14 de julio y desde octubre cumplía funciones en la comisaría 42, del Barrio 2 de Abril de Bariloche.
Los abogados querellantes Alejandro Pschunder y Karina Chueri estimaron que los homicidas "plantaron el cuerpo" en el lugar donde fue hallado, debido a que la zona ya había sido rastrillada.
En el marco de la investigación por la muerte de Muñoz hay dos policías detenidos, acusados de entorpecer la investigación, y cuatro jefes desplazados.
El 14 de julio a la noche los oficiales Luis Daniel Irusta y Maximiliano Morales entraron, sin orden judicial, en la pensión adonde vivía Muñoz, en Moreno y Frey, donde revisaron sus pertenencias y la computadora del policía.
Al día siguiente, el sargento Néstor Meyreles compró en una agencia de Catriel una línea de teléfono, con el chip a nombre de Muñoz, y dio su número de documento. Esa compra fue hecha sin orden judicial, por lo que el oficial fue arrestado, mientras que el otro preso es Irusta, por ausentarse de Bariloche sin autorización.