Barcelona, con Lionel Messi como titular, igualó 0 a 0 con Espanyol en el estadio Cornellà-El Prat, en un partido correspondiente a la 18ª fecha de la liga española, y quedó transitoriamente como líder solitario del torneo, aunque puede perder esta condición si Atlético de Madrid derrota a Levante.
La historia aparecía como un buen respaldo para el Barsa, que hasta este duelo había ganado 93 de los 162 encuentros ante el rival de la ciudad, ante el que no había perdido en los últimos 12 enfrentamientos. El presente también le hacía un guiño al puntero, que llegaba con 12 triunfos en 16 encuentros en la liga y el recuerdo fresco del título en el Mundial de Clubes, mientras que su adversario, que deambula por la mitad de la tabla, sumaba solo 20 puntos.
Pese a esas diferencias, el primer tiempo resultó muy parejo, en buena medida por la decisión del local de no refugiarse, dar pelea en mitad de cancha y explotar la explosividad de Marco Asensio en ataque. Como de costumbre, Barcelona controló el balón, lo hizo circular con paciencia y buscó sacar ventaja por las bandas.
El primer aviso de la visita llegó a los 19 minutos, con una gran maniobra colectiva del conjunto blaugrana que terminó con una pared entre Neymar y Messi en el área. El brasileño quedó en buena posición para definir de zurda, pero optó por tirar un centro que Luis Suárez no consiguió conectar con precisión.
El local contestó a los 25 con un córner muy cerrado desde la izquierda que Claudio Bravo alcanzó a detener con dificultad y que obligó a una rápida reacción de Gerard Piqué para rechazar el balón, que había quedado muerto a centímetros de la línea de sentencia.