Lo que más le gusta: su vida social de calle, de bares, de barrio, su dolce vita. También su historia, su arquitectura, su cultura y su clima privilegiado.
Lo que menos le gusta: la especulación inmobiliaria, que encarece los alquileres de forma exagerada en comparación a los salarios.
La mejor época para visitarla: Barcelona tiene un clima siempre generoso y agradable, pero para poder disfrutar plenamente de sus playas, sus terrazas y sus calles, lo mejor es la primavera y el verano.
Sobre Barcelona: es una ciudad moderna, turística y actual, pero muy orgullosa de sus tradiciones, cultura y catalanismo. Tan polifacética que cada uno puede encontrar su propia Barcelona.
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Paseo de Gracia. Si tengo que describir una zona o sitio significativo de Barcelona, sería el Paseo de Gracia. Después de haber trabajado ahí, puedo confirmar que es una zona en perpetuo movimiento. Aquí se codean tanto los VIPs como la gente de a pie. La calle recibe su nombre porque era, antiguamente, el camino que llevaba al pueblo de Gracia, ahora un barrio de la ciudad.
Hoy, el Paseo de Gracia es una avenida donde se mezclan las tiendas de lujo y las que no lo son, monumentos del genial arquitecto modernista Gaudí, restaurantes, bares. Cuando uno visita Barcelona, darse un paseo por esta calle es algo obvio, pero también obligatorio.
Caminar por Poblenou. Barcelona, sin embargo, no es sólo tiendas y turismo en masa. La ciudad ofrece además momentos más genuinos, como pasearse por sus barrios menos conocidos, pero igual (o más) de encantadores. Tal es el caso de Poblenou. Aquí se conserva una porción del antiguo barrio industrial que, si bien ya no cuenta con fábricas, aún muestra las viejas chimeneas que -con más 150 años- dan cuenta todavía de aquella época. El barrio tiene también su costado pesquero, aquél que da al mar y cuenta con un casco antiguo y por supuesto, la playa.
Darse un paseo por sus calles es olvidarse del estrés, mientras se camina por un pueblo. Se puede hacer una pausa sentándose en una terraza, tomar un café o un aperitivo para seguir luego hasta la playa y darse un baño en el Mediterráneo. Aquí se palpita la vida de barrio; escenas del día a día, como las abuelitas que hablan entre ellas en la frutería, los amigos que se saludan por la calle y los niños que juegan a la pelota en alguna de sus plazas. Caminar el Poblenou es sentir cómo vive la "gente real" de Barcelona, no los turistas.
Es conocer otra Barcelona, alegre y familiar, sin maquillaje. En definitiva, más auténtica.
Algo de fútbol. Hablar de Barcelona a los argentinos sin hablar de fútbol es algo imposible. En especial, cuando ídolos como Maradona y Messi -entre otros- han jugado o juegan en el FC Barcelona. Por esta razón, visitar un monumento del fútbol como el Camp Nou es obligatorio para todo argentino. Si, además, pueden vivir la experiencia de un partido, sentir la atmósfera y el aliento de este estadio con el fútbol de un Lionel Messi y compañía, sobran calificativos o comentarios para definir ese gran momento.
