Barbie Vélez fue a Intrusos y habló de todo. No se guardó nada ante la mirada atenta de Jorge Rial. Aseguró que los golpes de Fede Bal comenzaron en junio del año pasado. Incluso dijo que Bal le fue infiel.
"La defino como una relación enferma, es el hombre que más amé, sentí que era el amor de mi vida, que iba a tener hijos con él. Eso es lo que más me duele y me decepcionó... Yo viví una pesadilla, viví cosas horribles. Acepto mi culpa, me enfermé, me tenía que haber ido desde un principio de esa relación, y seguí, y oculté, y apañé, y se hizo un círculo vicioso y una enfermedad enorme".
¿Cómo empezó todo? "El primer acto de violencia fue el empezar a revisar, no poder tener privacidad. Hoy en día lo veo, antes pensaba ‘me cela, me debe amar’. Ese primer hecho violento fue más allá de una agarrada. Para mí era todo normal, creía que para que hubiera violencia tenías que terminar en un hospital. Sentía que estaba enamorada, que las cosas iban a cambiar, sentía que con amor todo se podía cambiar", aseguró ella.
¿Cuál fue la verdad con el hecho que denunció José María Muscari? Cabe recordar que una vecina denunció una supuesta violencia y le llamó al productor. "Ella escuchó amenazas que me había hecho Fede. Me decía que nunca le había levantado la mano a una mujer. Yo terminaba pidiéndole perdón a él, sentía en verdad que sacaba lo peor de él. Estaba ciega, lo amaba con locura". Y remarcó: "Muscari me vio los moretones y yo dije que eran por los ensayos del Bailando. O que me había pegado mi hermano Thiago".
"No volvería nunca más en mi vida con él", aclaró. "Yo debería haber terminado esta relación en junio del año pasado. Mi culpa fue estar inmersa en una relación enferma. Desde junio empezaron los golpes. Cuando digo golpes es que me haya agarrado del brazo fuerte, son empujones, son caídas al piso, son agarrarme del cuello, son que él le pegara a la pared para no pegarme. No estoy hablando de piñas o cachetazos", aclaró.
Luego enfatizó: "Él no es un monstruo, yo lo veía llorando y le creía, era mi cabeza. No sentía que era violencia eso, sentía que era una forma de que yo no gritara. Sentía que era algo mío, que yo se lo provocaba, que quizá yo tenía que ser más sumisa".
"No es que yo llegaba y me ponía a gritar o a romper cosas. Rompí su celular, sí, porque descubrí su infidelidad. Sí, es verdad, pero no le rompí toda la casa, ni lo amenacé con un cuchillo, ni le quise prender fuego la casa. Yo admito mis culpas y él cuenta la historia adornada. No soy una psicópata que anda rompiendo cosas, me enteré de una infidelidad. Me caí sobre un monitor porque estábamos forcejeando, pero no se rompió", aseguró.
La última crisis fue por una supuesta infidelidad de Bal. "Yo ya venía sospechando de una infidelidad. No quiero ponerle nombre porque hay otra gente involucrada. Me venían diciendo algunas cosas, pero nunca terminás de creerlo hasta que no lo ves. Se va al baño y yo le reviso el celular, me voy a una escalera de servicio para que no me viera y veo algunos mensajes. Habían varios mensajes entre la chica y él. Me lo niega todo, tiro el celular y le dije que iba a llamar al novio de esa chica para contarle. Ahí, él me tiró contra un armario, me agarra del cuello y empieza a pegarle a la pared. Yo estaba llorando en el piso, él también lloraba. Me decía que me había amado como a nadie. Él no quería que yo me fuera para que yo no llamara al novio de la chica, no era por amor. Me acosté con él porque no sabía cómo irme. Fue lo más lejos de un hecho romántico, a él no le interesaba arreglar las cosas", comentó.
"No es la primera vez que hago fotos con moretones", dijo al final y remarcó: "Es la primera vez que me ponen un moretón".