La idea es encauzar su carrera como una actriz de carácter; que se la tome en serio. Eso es lo que pretende la joven Barbie Vélez, quien asegura preferir un camino que la conduzca hacia el teatro o el cine y no seguir una trayectoria como la de su madre, la mediática Nazarena Vélez.
“No me veo arriba del escenario semidesnuda y con plumas”, dijo recientemente, reafirmando esta idea y marcando cuáles son sus prioridades a la hora de trazar un camino profesional.
La misma Nazarena Vélez suele bromear sobre Barbie y decir que “parece hija de Teté Coustarot y no mía”, en referencia al perfil bajo, a las formas elegantes y poco estridentes de la joven de 20 años que en 2014 trabajó en la tira “Somos familia”, de Telefé.
Bárbara aclara que ama y admira a su madre, pero también señala que “no es que me propongo hacer algo diferente a lo de mi vieja, yo soy muy diferente, soy su antítesis, no me bancaria tener la carrera que ella tuvo, no me gustan los escándalos, la paso mal cuando me peleo con alguien”.
“Agradezco tener a mamá como ejemplo, porque está claro que en la vida aprendés más equivocándote, y mi vieja se equivocó, sufrió, luchó y se repuso a todo. Es una guerrera y por eso la admiro. Además siempre nos cuido”, continuó la jovencita.
“Reconozco que al vivir de cerca el sufrimiento de mi madre y sus crisis que se mediatizaban me di cuenta de que no las quería para mi vida ni para mi carrera”, destacó Barbie.
“Viendo a mi madre equivocarse, creo que me sirvió para ahorrarme muchas equivocaciones yo misma, he aprendido de sus errores y, además, muchos los viví en carne propia”, añadió.
En este punto, la joven aseguró que prefiere “tener una carrera de actriz, trabajando en teatro, en cine o en tiras y novelas en la televisión; no me considero vedette, no va conmigo, soy muy pudorosa, no me saco fotos en bolas ni aparezco en producciones de revistas para hombres”.
Aunque no es su rubro, Barbie admitió su respeto por las vedettes, “admiro como bailan y cantan, lo hermosas que son. Pero no me veo ni de cerca en un teatro con bikini con incrustaciones, haciendo un topless, con plumas. Admiro cómo las chicas se la bancan y pueden estar así arriba, es muy valiente, pero no es para mí”.
La rebeldía liberador
Sobre el papel de la idealista y posesiva Adela, que interpreta en "La casa de Bernarda Alba", Barbie dijo que siente que "tiene un espíritu muy libre, tiene una intensidad de amor muy grande, que es lo que la lleva al final trágico, y yo también soy muy intensa, me juego mucho por lo que creo y Adela se juega por lo que cree. Eso me gustó de Adela, es un personaje que ama con mucha fuerza, es intensa, es celosa de su hermana".
“Lorca me dejó impactada en la secundaria cuando nos dieron a leer ‘Bodas de sangre’, luego leí ‘La casa de Bernarda Alba’ y nunca imaginé que con 20 años iba a llegar a ser parte de esta obra, con este elenco excepcional”, que integran María Rosa Fugazot, Silvia Kutika, Adriana Aizemberg, Julia Calvo, Mimí Ardú y Andrea Frigerio, entre otras.
Barbie recordó que en la puesta de Muscari, quien primero representó a Adela fue Florencia Torrente, la hija de Araceli González, que “lo hizo en forma excelente, fue muy elogiada”.
“Yo tenía mucha presión, sabía que iba a haber un antes y un después en mi carrera, que tenía que aprovechar este momento. Por suerte todas las chicas del elenco fueron muy contenedoras, me cuidaron mucho, me aconsejaron muy bien”, remarcó.
Admiraciones
Sobre figuras que admira, remarcó a Natalia Oreiro, Carla Peterson e Isabel Macedo, pero especialmente a la primera de ellas "por la forma como se maneja, cómo poner su carrera en un impasse para tener un hijo y amamantarlo, me gusta eso, de preservar y ocuparte de tu familia. Para mí también lo más trascendente es la familia".
Proyectos
Para este año Vélez tiene programada una gira nacional con "La casa de Bernarda Alba", luego de finalizar la temporada de verano en Mar del Plata.
También hará una telenovela y estrenará su primera participación en cine con el thriller "Cartas de mi padre", dirigida por Pablo Yotich, donde actúa junto a Roberto Peña, Raúl Rizzo, Adriana Salonia y su madre, Nazarena Vélez.
La obra
“La casa de Bernarda Alba” fue la última obra escrita por Federico García Lorca, en 1936, dos meses antes de su fallecimiento, y fue estrenada por primera vez a nivel mundial en 1945 precisamente en Buenos Aires.
La puesta que lleva adelante José María Muscari, que pasó por Mendoza en setiembre pasado, toma el asfixiante universo femenino de la obra original (una madre tiránica que obliga a sus cinco hijas a vivir encerradas, junto a una abuela loca y dos criadas) para hablar de temas actuales como la represión de la mujer, la sexualidad femenina, los convencionalismos sociales y los valores patriarcales en un mundo cambiante.