“Lo que hacemos en una ruta afecta a lo que hacemos en las demás. El tiempo es una construcción. La gente cree que no puedes volver a cambiar las cosas, pero sí puedes. Esos son los flashbacks. Son invitaciones para volver atrás y tomar una decisión diferente. Cuando tomas una decisión crees que eres tú el que la toma, pero no es así”.
Con ese discurso, Colin Ritman (Will Poulter) pone en palabras lo que la película propone, aunque ese juego de explicitar lo implícito no es de mucha ayuda. El espectador de “Black Mirror” está acostumbrado a deshilachar los relatos, pero en esta nueva entrega la serie sigue separándose del tradicional estilo post-apocalíptico reflexivo al que nos tuvo acostumbrados en las primeras temporadas, para adentrarnos en lo que buscaríamos en otra sección del catálogo de Netflix: el tradicional sci-fi. El sistema es sencillo: “Bandersnatch” es la adaptación en formato audiovisual de los clásicos libros (y más tarde videojuegos) basados en el formato de “elige tu propia aventura”. La historia narra la vida de un diseñador de juegos de video que quiere lanzar su propio producto al mercado. Nuestra tarea es ir eligiendo entre las dos opciones que nos proponen en pantalla para transformarnos en los hacedores de nuestra propia trama. Y no es que en la gran N hayan descubierto el fuego, sino que supieron colocarlo en nuevas antorchas, para iluminar un nuevo camino en el consumo por streaming.
Nuevamente, un “episodio” de Black Mirror es ambientado en la década de los ochenta: un contexto recurrente, que suele funcionar, pero que ya está agotando sus posibilidades. De igual manera, este recurso sostiene el interés en la película más que otros componentes. La trama es insulsa. Tanto que, de no ser por la innovadora forma de verla, probablemente sería un capítulo más de la serie. Lo que sí vale reconocer es el logro de la compañía con respecto al consumo pirata: el filme solo puede verse en determinados dispositivos que permitan la interacción del espectador. Pero salvemos algo: Charlie Brooker no deja pasar la oportunidad de introducirnos algunos cuestionamientos existenciales. Ciertamente somos quienes dirigen el curso de las cosas a lo largo de la producción del videojuego de Stefan, hasta el punto que nuestro personaje toma conciencia que las decisiones tan suyas no son. Esta reflexión la vemos reflejada en el avanzado uso que tenemos con los dispositivos tecnológicos: ¿Somos quienes verdaderamente controlamos su uso, o los roles se han invertido? ¿Podemos decidir voluntariamente cuándo usarlos y cuándo no? A lo largo de la película, el productor nos va tirando algunos indicios.
La ficha
Black Mirror: Bandersnatch
En: Netflix.
Director: David Slade.
Con: Fionn Whitehead, Will Poulter.
Calificación: Buena