Las aguas del río Hudson, ese que separa Nueva York de Nueva Jersey, reflejaron este atardecer de ayer como nunca antes otros colores celestes y blancos que no son los del cielo, sino los de medio millar de camisetas y decenas de banderas argentinas que portaban hinchas de la selección "de Lionel Messi" para alentar a los jugadores que hoy afrontarán la final de la Copa América Centenario frente a Chile.
Se fueron juntando de a poco, autoconvocados por internet o simplemente por el boca a boca, y ante los ojos asombrados de los estadounidenses que se recreaban a la orilla del río, de golpe se armó un carnaval bien argentino en plena Nueva Jersey, con la estatua de la Libertad como mudo testigo de un banderazo bien a la criolla.
A los carteles que pedían por la presencia de Messi o simplemente reflejaban la veneración de los niños americanos por él, con inscripciones en inglés y su nombre arriba, se le sumaron banderas identificatorias de distintos puntos del país, camisetas argentinas por doquier, alguna que otra de Boca Juniors y Vélez Sarsfield, y los infaltables disfraces del Papa Francisco.
También hubo cánticos alusivos a Chile, el rival de turno, y Brasil, el adversario de siempre, al ritmo del bombo del infatigable Tula, siempre presente y síntoma de buen augurio para las grandes gestas deportivas argentinas de la historia.
Sin desbordes y con la policía local mirando de reojo desde prudente distancia, los hinchas disfrutaron de la soleada y cálida tarde de
Nueva Jersey a orillas del río, alentando a los futbolistas cuando salían con el micro rumbo al último entrenamiento en los Estados Unidos, quienes respondían con alegría desde su interior, como para asociarse a un carnaval veraniego fuera de época, aunque no para los argentinos.