La polémica estalló con la resolución 2.087 de la Dirección General de Escuelas (DGE), que les permitía a los repetidores de la primaria la posibilidad de acceder a la bandera y se calmó cuando el gobernador de la Provincia, Francisco Pérez, aseguró que se daría marcha atrás.
Sin embargo, a muchos padres de niños de sexto grado les sorprendió el hecho de que a pesar del anuncio oficial se tomara en cuenta a aquellos que habían repetido algún año en el listado de los posibles candidatos a ser abanderados.
Lo que sucedió, según explicaron directivos de distintas escuelas del Gran Mendoza, fue que la DGE rectificó parcialmente el primer documento, lo que dio lugar a la nueva resolución 2.172. Allí se explicita, en el artículo 14: “Para los alumnos que por razones de tratamiento prolongado de salud mental o física hayan tenido que recursar algún grado, se considerarán las notas del año en que aprobó ese grado”.
Sin embargo, para muchos educadores se trata de una medida difícil de cumplir porque no se cuenta con información suficiente para determinar en cada situación en particular el motivo de repitencia del niño. Ante la duda, en la mayoría de los casos se decidió incluir a todos en la elección, salvo aquellos que obtuvieron regular en conducta en sexto grado y los que no acreditaron ese último año.
“El espíritu de la resolución es la inclusión, ya que cada uno tiene una trayectoria escolar diferente a la del otro y va a su ritmo según el contexto”, expuso Norma, directora de la escuela Reyes Católicos, de Godoy Cruz. En esa institución se decidió incluir a todos los niños en la tabulación para la bandera.
“Se les ha respetado el derecho a la educación y el derecho a haber tenido una problemática y ha sido más el beneficio que el perjuicio”, subrayó.
Para ella, averiguar el historial de cada niño para determinar si tuvo alguna enfermedad que lo forzó a repetir implicaría un proceso muy largo de indagación.
“A veces los legajos no vienen completos porque vienen de otras escuelas, hasta de otras provincias”, detalló. En el establecimiento que ella dirige resultaron electos en los primeros puestos aquellos chicos que habían tenido una trayectoria “impecable”, tal como relató la mujer. “Se le ha dado el espacio a todos y no se ha perjudicado nadie”, aseguró.
En la escuela Cerro Aconcagua de ese mismo departamento la situación fue similar. “Si bien se determinó que pueden participar solamente aquellos que han repetido por alguna dificultad de salud, nosotros no somos profesionales para decidir quién está justificado o no, por lo que se los hizo participar a todos”, explicó la directora Lucía Bernal y aclaró que la única excepción fueron los que tuvieron regular en sexto y los que no llegaron a la acreditación en ese último año.
Según la visión de la directiva, se trata de una forma de inclusión, pero está mal plasmado en la resolución porque no detalla si hay que pedirles un certificado o algún documento del estilo.
“Nos carga a nosotros con esa responsabilidad y no somos profesionales para acreditar si el niño tuvo un problema de salud, familiar o psicológico”, apuntó la mujer. En la institución donde trabaja ningún repetidor sobrepasó a aquellos alumnos con buen desempeño académico. “Los que son buenos alumnos siempre van a estar adelante, salvo en aquellas escuelas donde hay pocos alumnos”, señaló.
Caso por caso
Para determinar a quiénes incluían en la lista de abanderados y escoltas, en la primaria Vicente Zapata de Capital realizaron un trabajo personalizado con los papás y los maestros.
“La verdad que fue muy difícil definirlo, pero finalmente la mayoría participó. Ante la duda, los teníamos que incluir porque no podíamos discriminar”, reconoció Elizabeth, vicedirectora del establecimiento. Del total, sólo se quedaron afuera dos chicos por la conducta o porque deben recuperar sexto.
Para la docente, la resolución de la DGE no era del todo clara. “Por suerte no tuvimos quejas de los padres, sólo algunos comentarios entre ellos y finalmente salieron los que no habían repetido”, informó.
En la escuela Padre José Andrés Manzano, de Guaymallén, tuvieron dos casos de estudiantes repetidores que compitieron por el máximo estandarte.
“Uno de los niños sabíamos que había estado enfermo y el otro no teníamos la certeza, pero el papá nos trajo el certificado”, relató Claudia, directora del establecimiento. “No tuvimos ningún problema, los alumnos quedaron en último lugar, pero los padres se quedaron contentos porque los chicos pudieron participar”, manifestó. Para la docente, se trata de un tema delicado que debería someterse a un debate más profundo.
Por su parte, los directivos de la escuela Mariano Necochea, de Las Heras, contabilizaron aproximadamente ocho repetidores. “Se analizaron todos los casos de repitencia y por lo general fueron por problemas graves de salud o de separación de los padres por lo que se los incluyó a todos”, precisó la vicedirectora Sandra Soria. Para poder incorporarlos en la lista se labraron las actas correspondientes.
“Se respetó lo que el gobierno escolar decidió y los otros padres lo tomaron bien”, afirmó. Si bien ninguno de los repetidores logró obtener un promedio alto, sí estuvieron satisfechos de haber competido.
Quejas de los padres
Cuando Belén, mamá de una nena de sexto grado, se enteró que su hija competiría con los repetidores por la bandera estalló indignada.
“Me dio mucha bronca porque me sentí engañada ya que el Gobernador había dicho que no iba a ser así”, aseguró. Por esta razón fueron más de 60 chicos los que entraron en la lista. “Incluso ingresaron los que habían tenido regular de primero a quinto grado y sólo se excluyó los que tuvieron regular en sexto”, especificó. “Me molesta que te digan una cosa y hagan otra”, cerró.
Renzo, papá de un nene del mismo grado compartió su visión. “No es justo que puedan ser electos abanderados los repetidores porque se está dando un mensaje erróneo a los que se esforzaron”, manifestó el hombre. En el caso de la institución donde va su hijo se incluyó a todos los repetidores, previa presentación de un certificado. “Sabemos que hay casos de niños que sí tuvieron inconvenientes, pero hay otros chicos cuyos padres se inventaron excusas para que no quedaran afuera”, denunció.
En tanto, desde la DGE remarcaron que la resolución especifica qué casos incluir. “Las situaciones que nosotros hemos relevado son las excepciones que estaban previstas”, afirmó Walter Berenguel, subsecretario de Gestión Educativa de la DGE. De todas maneras, desconocen cómo actuó cada escuela en particular.
“En algunos casos pueden haber incluido a todos por facilismo, pero en otras para preservar las causas de la repitencia, sobre todo cuando se trata situaciones complicadas e íntimas”, señaló.
Hasta el momento el gobierno escolar ha detectado cinco casos de alumnos que por diversos problemas repitieron y que luego se sobrepusieron a esa situación. “Son chicos que con mucho esfuerzo han llegado a obtener algún cargo (sic) de la bandera nacional o provincial”, destacó.
Cambios en la resolución de la DGE
La primera resolución de la DGE fue la 2.087 con fecha 19 de noviembre. La misma reza en su artículo 14: “Para los alumnos que hubieran repetido algún grado, se considerarán las notas del año en que aprobó ese grado”.
La segunda resolución es la 2.172 que modifica la anterior y tiene fecha 27 de noviembre. En este caso se modificó el párrafo anterior y se colocó: “Para los alumnos que por razones de tratamiento prolongado de salud mental o física hayan tenido que recursar algún grado, se considerarán las notas del año en que aprobó ese grado”.
