“Las denominadas big techs están en condiciones de ofrecer varios servicios financieros. Este grupo está compuesto por Google, Amazon, Facebook y Apple, entre las norteamericanas, y por el gigante chino Alibaba. En el mercado regional, Mercado Libre es una big tech. Este tipo de fintech se caracteriza por poseer una base de clientes, con información propia y relevante, que podría ser y es utilizada para la provisión de servicios financieros, no estando disponible para el resto del mercado”, esto dice en el documento realizado por FIEL que el presidente de Adeba, Javier Bolzico, le presentó a Guido Sandleris y al Poder Ejecutivo.
Adicionalmente, a diferencia del resto de las fintechs, en particular las plataformas de marketplace, éstas pueden ofrecer servicios financieros tales como préstamos y también cuentas (virtuales) de depósitos al mismo tiempo. El paper señala que las jurisdicciones más avanzadas en materia regulatoria (por ejemplo, Reino Unido y Australia) han diseñado esquemas ad-hoc para las fintechs, a través de distintos instrumentos. Estos instrumentos son los areneros regulatorios (“sandboxes”), los “hubs” de innovación, los aceleradores y el desarrollo de un modelo de Banca Abierta (“Open Banking”).
Los areneros regulatorios otorgan permisos a bajo costo a los innovadores para proveer nuevos servicios, en un contexto controlado de riesgos. Los “hubs” de innovación buscan facilitar la inserción en la actual regulación de las nuevas firmas, a través del diálogo y el conocimiento de las nuevas tecnologías por parte del regulador. Los aceleradores intentan premiar las innovaciones, incluso con ayuda financiera, para incentivar la aparición de nuevos servicios. Finalmente, el modelo de Banca Abierta busca hacer competir a todos los oferentes, bancos y fintechs, a través del intercambio digital de información de cuentas de los clientes, minimizando los costos de transacción o “switching costs” para la migración de los clientes hacia diversas instituciones.
“Cabe señalar que estos esquemas son mecanismos de transición, con lo que la regulación podría cambiar con el tiempo y en particular respecto de empresas u oferentes que dejan de cumplir con condiciones donde se les otorga cierto carácter experimental. En la Argentina, el BCRA ha avanzado en forma importante en la creación de un “hub” de innovación y en un modelo de acelerador. En cambio, no existen reglas que determinen cómo deben introducirse nuevos productos al mercado ni mediciones del impacto en términos de riesgos. Es decir, no se aplica el concepto de arenero que hoy la mayoría de los reguladores bancarios del mundo están adoptando o intentando adoptar.
Tampoco se aplica un modelo de Banca Abierta en la Argentina, aunque debe reconocerse que el desarrollo de este sistema puede ser muy costoso y que podría recurrirse a un sustituto como la portabilidad de datos en forma estandarizada. En términos generales, debería tenerse presente que, aunque las fintechs no son una parte significativa del mercado financiero, los organismos internacionales recomiendan a los reguladores del sistema financiero, en vista a su rápida evolución, tener en consideración a estas firmas en sus evaluaciones de riesgo y en los marcos regulatorios”, sugiere el estudio.