“Al subir la tasa pasiva, va a encarecer claramente a la activa. Al obligarnos a pagar 26,6% por depósitos, vamos a ser mucho más reticente a la tasa de 24% para las pymes, al Ahora 12 y a todo lo que está con tasa baja”, se sincera un banquero, a propósito de las nuevas medidas del Banco Central (BCRA).
“De todos modos, con una economía cayendo, habrá que ver cuánto te tira la tasa de préstamos personales, pero si el costo del fondeo nos sube seis puntos, no creo que podamos subir seis porque la demanda está muerta por el escaso nivel de actividad, pero al menos tres o cuatro puntos debería subir”, estima el CFO de otra entidad.
Por otra parte, la tasa del 26,6% tampoco es tentador, porque según el relevamiento de expectativas de inflación da 44,4% para los próximos 12 meses. “El que tiene un plazo fijo no ve la inflación pasada, sino la futura, y en ese sentido la tasa que ofrecen es negativa, por lo que la medida no tendrá ningún impacto”, estima el economista Manuel Adorni.
Para Norberto Sosa, director de InvertirEnBolsa, las medidas tienen la buena intención de morigerar la presión sobre el tipo de cambio. “Podría también ayudar a sacarle al menos un poco de presión a la compra de dólares”, advierte el analista Matías Cartier. A su juicio, “es un freno a la baja de en la tasa de interés y un incentivo a colocar pesos de corto plazo a tasas reales positivas”.
Las estadísticas sobre depósitos del sector privado revelan que, mientras se han expandido significativamente las definiciones más líquidas (cuenta corriente, cajas de ahorros), se advierte un estancamiento nominal de los depósitos a plazo. “Hay una preferencia por los fondos transaccionales y total falta de interés por el peso como moneda de ahorro.
Si se considerara los inicios del aislamiento, en la actualidad los pequeños depositantes poseen menos fondos depositados a plazo que hace dos meses atrás, a pesar de que la fijación de un piso a la tasa de interés evitó que continuara deteriorándose el stock”, interpreta Andrés Méndez, titular de AMF Economía.
La pregunta que se hace es si una TNA del 26,6% es retributiva frente a expectativas de inflación que pueden llegar a promediar el 45% (y hasta superarlo) en los próximos doce meses: “Estas tasas pueden resultar marcadamente negativas de acuerdo a las expectativas existentes, abstrayéndonos además de la evolución de los tipo de cambio no regulados, un elemento central al considerar la rentabilidad de una tasa de interés”. Con respecto al incentivo a los bancos para que salgan a capturar depósitos DIVA (Depósito Interés Variable) ligados a la cotización de cereales y oleaginosas, Guillermo Barbero, de First, señala que seguramente atraerá a empresas del rubro que podrán invertir en pesos, manteniendo el valor de su capital en términos de valor producto.
De todas formas, en la City subrayan que los sojeros tienen casi todo guardado en silobolsas y lo van vendiendo en cuentagotas a medida de las necesidades, ya que el dólar soja es de $ 45, ya que es el tipo de cambio comprador oficial menos las retenciones. El director financiero de un banco admite que las coberturas en esos instrumentos tienen poca profundidad, ya que el mercado no tiene volumen en sí mismo, ya que el precio de la exportación está regulado por las retenciones.