Banco Central vacío, país endeudado

Como un estigma indeleble, la administración de nuestro país, a través de una minuciosa tarea por parte del Gobierno, coloca nuestra economía otra vez en el abismo, mucho más profundo que el que debimos sufrir a fines de 2001.

Banco Central vacío, país endeudado

Si algo caracteriza al kirchnerismo gobernante es su capacidad para tratar de demostrar que las palabras y los hechos significan y son lo opuesto de lo que entiende el común de los mortales. Los ejemplos sobran: no hay inflación, el programa de Precios Cuidados es un éxito, aunque la inflación se acerque al 40% anual.

Hemos tenido el período de mayor crecimiento de la historia, aunque los especialistas en estos temas acumulen trabajos que muestran que tal afirmación se sostiene en una grosera manipulación de las estadísticas. También obviamente, el Gobierno sostiene que el Indec funciona muy bien y sus datos son irreprochables, aunque a diario se demuestre lo contrario con mayor cantidad y variedad de ellos.

Hay dos casos antológicos en esta metodología de simulación en la lucha por la acumulación de poder y la desesperación por conservarlo. Una es la situación del Banco Central y las reservas; y el otro, el mentado desendeudamiento del país, producido durante este gobierno.

El gobierno nacional, siguiendo la tradición iniciada en el primer gobierno peronista, va camino a vaciar las reservas del Banco Central. La historia dice que al asumir Perón la primera presidencia en 1946 hasta los pasillos de las bóvedas del banco estaban atiborrados de oro, acumulado en años anteriores y durante la Guerra Mundial. Al final del gobierno no quedaba nada.

Hoy el Banco Central está siendo usado a destajo para financiar un gasto público que resulta imposible de solventar con recursos genuinos. Unido a ello, el desquicio que ha hecho en materia energética y tipo de cambio ha llevado a que el Central lleve varios años de continua pérdida de reservas. Éstas han disminuido de 52 mil millones de dólares que había hacia 2011 a unos 30 mil millones actuales.

Pero en esa suma se computan los encajes de los depósitos en dólares que tienen los bancos y que, por lo tanto, no son del Central sino de quienes los depositan en los bancos. El Central también computa como reserva los Derechos Especiales de Giro que provee el FMI y que son una especie de préstamo que se computa en dólares pero no lo son.

En las últimas semanas ha ido incorporando como reservas el swap obtenido de China, que también es un préstamo en moneda de ese país y que el Banco computa en dólares. Además, el Central sigue contabilizando en sus reservas los dólares que depositó para pagar los bonos y que los acreedores no han podido cobrar por el Fallo Griesa. Pues hechas estas cuentas, las “reservas líquidas”, las verdaderas no llegarían a 11.000 millones de dólares. Apenas unos dos meses de importaciones con el racionamiento actual.

Si la situación se analiza desde el punto de vista patrimonial del Central la situación es aún más preocupante, ya que 65% de su activo está compuesto por Letras (nominadas en dólares) intransferibles emitidas por el Tesoro contra los dólares que le entregó el Banco y por los “adelantos transitorios” para financiar el gasto público.

Por cierto los adelantos, como pasó antes, no van a ser devueltos nunca y las Letras valen cero. Conclusión: las reservas -sean las que dice el Banco o las que surgen de un análisis serio- son un ínfima parte del activo del Banco.

En el tema del desendeudamiento la manipulación es aún más grosera. Como hemos dicho más arriba, el Gobierno pagó deuda externa tomando reservas del Central y dándole a cambio “papelitos de colores”. Pero son deuda pública, aunque no se pague nunca, y computándola como tal sumada a otras deudas en moneda extranjera, ésta asciende a 147.000 millones de dólares y es mayor a la que existía cuando se decretó el default.

Si a ello se agrega la deuda en pesos tanto con el Central como el saqueo a la Anses, la deuda con los jubilados y otros organismos públicos y traducida a dólares la deuda pública asciende hoy en día a 253.000 millones de dólares. Un 50% mayor que la existente en el 2001. Otra vez un Banco Central vacío y un país endeudado.

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