Baltimore despertó en calma ayer después de pasar la primera noche de toque de queda, una medida decretada tras los disturbios en los que culminaron las manifestaciones realizadas en estos últimos días en reacción a la violencia policial contra la comunidad negra.
Pero en Detroit otro joven negro murió baleado por un policía blanco, donde se esperaban protestas, informó ayer The Detroit News. El jefe de la policía de Detroit, James Craig, confirmó que Terrance Kellom, de 20 años de edad, murió el lunes luego de ser baleado por un oficial de la fuerza y aseguró que el joven, sospechosos de un asalto, no portaba armas de fuego sino un martillo. “Mi hijo murió con los puños cerrados. No tenía un martillo ... Ellos asesinaron a mi hijo en mi cara”, aseguró el padre de Terrance, Kevin Kellom, citado por medios locales.
En tanto en Baltimore, el toque de queda, que entró en vigor el martes a las 22 hora local, se mantendrá todas las noches por una semana en esta ciudad portuaria de 620.000 habitantes en la costa este de Estados Unidos.
Unas 35 personas fueron arrestadas la noche del martes, según la Policía, siete de ellas por violar el toque de queda. Otros manifestantes que desafiaron la medida fueron dispersados con bombas de humo y gas pimienta.
Según estimaciones de la televisión local también se registró un incendio frente a una biblioteca.
Minutos antes del inicio del toque de queda, la Policía patrulló las calles portando megáfonos y hasta un helicóptero sobrevoló esta ciudad ubicada a 60 kilómetros de Washington para prevenir nuevos disturbios.
La Policía advirtió que arrestará a toda persona que se encuentre en la calle durante el toque de queda, a excepción de quienes se movilicen por razones médicas o profesionales. Tropas de la Guardia Nacional fueron desplegadas para apoyar a la Policía.
Pero nada se compara a los disturbios que comenzaron el lunes y dejaron más de 140 vehículos incendiados, 20 policías heridos, 250 sospechosos arrestados y cientos de comercios saqueados, tras el funeral de Freddie Gray, un hombre negro de 25 años que murió por severas lesiones en la columna vertebral ocho días después de haber sido detenido por la policía.
El presidente Barack Obama consideró que los disturbios en los que culminaron las manifestaciones en reacción a la muerte de Gray generan “preguntas preocupantes” sobre las relaciones entre la policía y las comunidades negras.
“Hemos visto demasiados casos de agentes teniendo contactos con personas, especialmente negros y casi siempre pobres, en formas que generan preguntas preocupantes”, dijo Obama a la prensa.
La policía de Baltimore tendrá que hacer “una reflexión”, añadió, así como las comunidades que protagonizaron los disturbios. “Pienso que todos como país debemos hacer una reflexión. Esto no es nuevo. Ha sido así durante décadas”, expresó.