Organizaciones ciudadanas de la región oriental de Santa Cruz, bastión opositor en Bolivia, preparaban el martes una huelga para desconocer un posible triunfo del presidente Evo Morales y denunciar un presunto fraude en las elecciones, tras los disturbios de la víspera en varias ciudades.
"Vamos a parar el país en forma indefinida", dijo el martes el líder cívico Luis Fernando Camacho en Santa Cruz, donde se darán cita representantes de organizaciones ciudadanas y opositoras de todo el país para "definir medidas contra el fraude".
En las ciudades sureñas de Potosí y Tarija fueron quemadas las oficinas del tribunal electoral. En Sucre, también al sur, las oficinas electorales fueron saqueadas. La turba incendió la sede del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales. La policía no pudo contener a la turba. También La Paz vivió una noche de protestas.
Todo comenzó cuando, 24 horas después de interrumpir la transmisión de conteos rápidos, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) reanudó sus conteos el lunes en la noche y "presentó datos con un cambio inexplicable de tendencia que modifica drásticamente el destino de la elección y genera pérdida de confianza en el proceso electoral", denunció poco después el jefe de la misión de observadores de la Organización de los Estados Americanos, Manuel González.
Gonzales dijo que la misión de la OEA “dará recomendaciones de cara a una segunda vuelta”, en el informe final que presentará. “Llamamos a la autoridad electoral a que defienda la voluntad de la ciudadanía boliviana” y llamó a la calma.
El domingo, el TSE difundió resultados de conteos preliminares según los cuales Morales aventajaba a su principal contendor, el expresidente Carlos Mesa con una estrecha diferencia que anticipaba segunda vuelta con más del 80% de las actas contabilizadas.
La interrupción de la transmisión motivo fuertes críticas y 24 horas después la transmisión se reanudó con resultados que proyectan a Morales como posible ganador en primera vuelta con el 93% de las actas contabilizadas en conteos rápidos preliminares.
Esos datos gatillaron protestas en todo el país que se prolongaron hasta la medianoche del lunes. Las protestas “en defensa del voto” _como decían los manifestantes_ derivaron en vandalismo en varias ciudades.
En la capital, La Paz, la policía evitó el choque entre opositores y seguidores a Morales en puertas del tribunal electoral donde se hacía el recuento.
Ricardo Centellas, vocero de la Conferencia Episcopal de Bolivia, leyó el martes un comunicado en el que “exhorta al TSE a cumplir el papel de árbitro imparcial ante indicios de fraude”.
El lunes grupos de ciudadanos denunciaron haber encontrado actas electorales y ánforas con votos en casas particulares de La Paz y Potosí, lo que aumentó las sospechas y el malestar.
El ministro de Gobierno, Carlos Romero, responsabilizó a Mesa por la violencia, después que éste denunciara un presunto fraude y llamara a desconocer los resultados.