Argentina terminó en el tercer puesto en el Sudamericano jugado en Mendoza y entre sus integrantes, el equipo nacional tuvo a tres mendocinas, Singarella, Strapazzón y Zafarana.
La necesidad de buscar una sede a último momento, debido a los grandes problemas sociales que vive en estos días Chile, obligó a la Confederación Sudamericana a improvisar sobre la marcha y buscar un rumbo donde hacer una nueva escala con el Campeonato Sudamericano de cadetes de balonmano, de damas y varones. Y fue Mendoza la que, por segundo año consecutivo recibió el certamen, el que durante cinco jornadas se disputó en el polideportivo Juan Domingo Ribosqui, donde la organización y logística corrió por cuenta de la Municipalidad de Maipú. Fue un gran acierto y éxito, pese a los escasos días con los que contaron los organizadores y, alrededor de 300 chicos de los seleccionados de Argentina, Bolivia, Chile, Perú, Brasil, Uruguay, Paraguay y Perú le dieron vida al mítico estadio maipucino, en ambas ramas.
La Selección de damas terminó en el tercer lugar del podio, mejorando la quinta ubicación lograda el año pasado en el torneo que se jugó en Luján.
El equipo dirigido por María José Vázquez tuvo grandes momentos, pero los partidos claves del certamen los igualó y otro lo perdió por escasa diferencia en los últimos segundos del juego, situación que inhibió al equipo de pelear por el título.
El plantel albiceleste tuvo entre sus protagonistas a tres mendocinas: Candela Strapazzón, Giuliana Zafarana y Chiara Singarella, jugadoras de la Municipalidad de Maipú y que llevan un par de temporadas en el seleccionado argentino.
Las chicias jugaron de “locales” frente a su gente vistiendo los colores de Argentina, algo que sin lugar a dudas fue emocionante y un gran orgullo, al menos así lo comentó Giuliana Zafarana, quien charló con Ellas tras el triunfo frente a Perú por 42 a 14. “La verdad fue un orgullo jugar acá de local vistiendo con la celeste y blanca. Esperábamos algo más que salir terceras, pero hicimos lo mejor para dejar en lo más alto a la Argentina. Igual no es un mal puesto”. A lo que agregó: “La profe (entreandora) nos dijo que tuvimos mucha garra hasta el último minuto de juego de cada partido para remontarlos. El equipo tuvo mucho sacrificio y por momentos tuvimos buenos rendimientos en lo colectivo, que es lo imporante”.
En tanto que Sofía Rivadeneira, una de las figuras del plantel, elogió el torneo: “El cambió de sede y organización se dio sobre la hora y terminó siendo excelente en todos los sentidos”. Y en cuanto al equipo, aclaró: “No fueron los resultados que esperábamos, igual no fue tampoco un mal torneo el que jugamos. Los partidos que empatamos o perdimos en los últimos minutos, fue apenas por un gol de diferencia, y considero que no está mal un tercer puesto”.
Por su lado, Brisa Campot, destacó: “Mejoramos dos puestos del torneo pasado donde quedamos quintas y considero que al equipo le faltó definición en los últimos minutos, en plelotas claves que había que meter, pero eso es algo que hay que seguir trabajando”.
En tanto que la mendocina Chiara Singarella, indicó: “Jugar de local con la Selección argentina y acá en Maipú, siendo que soy jugadora de la Muni ha sido una alegría inmensa, por eso quiero agradecerle al municipio por prestar el polideportivo. En el balance, nos quedamos con un poco de bronca y alegría a la vez, porque más alla de que no se nos dieron los resultados, supimos levantarnos y lograr este tercer puesto que es muy bueno”.
Una nueva experiencia del handball nacional, que volvió a ser sede en tierras mendocinas y con buenos resultados. Mendoza estuvo representada y terminó en el podio.
