Los seleccionados argentinos de menores de balonmano lograron, en el último Sudamericano disputado en Villa María, Córdoba, el pentacampeonato en el caso del equipo masculino y el subcampeonato en el femenino. Y cinco mendocinos fueron parte de estas nuevas consagraciones nacionales.
Araceli Andrades (Regatas), Natasha Riep (Godoy Cruz), Agustina Cuello (Municipalidad de Maipú), Juan Pablo Bunader (M. Maipú) y Jerónimo Elst (Etiec) volvieron con sus respectivas medallas llenas de recuerdos, experiencias y amigos, y otras huellas que los marcaron en el camino hacia futuras convocatorias.
Inteligentes, espontáneos y por sobre todas las cosas, humildes. Así se mostraron ellos durante la entrevista con Más Deportes, cuando contaron sus respectivas vivencias en este campeonato, de lo valioso que fue y de los aportes que significó entrenarse con la Selección Argentina y jugar un torneo internacional. Con sus 14 años, dieron un paso inicial en sus carreras deportivas. Principalmente porque los adolescentes dejaron atrás colores y rivalidades del balonmano doméstico para consolidar una complicidad basada en el significado de equipo.
“En lo personal, fue mejor torneo que el anterior, porque el año pasado era una de las más chicas y no la pasé muy bien. No obtuve compañerismo de aquel plantel. Y este año fue distinto, porque además jugué en casi todos los partidos como titular y tuve mayor efectividad”, confió Andrades en el diálogo con los jóvenes.
En tanto que Elst aseguró que “fue muy linda la experiencia y me sirvió pese a no ser titular. Fue un lindo grupo y nos llevamos todos muy bien”. A su vez, Bunader agregó: “Hubo un buen entendimiento entre todo el equipo fuera y dentro del campo de juego”.
-¿Cómo fue el debut?
-Elst: Tuve muchos nervios. Pero luego se fue disipando. Jugué de extremo y me tuve que adaptar (en Etiec soy lateral).
-Bunader: Cuando dio la lista y estaba de titular, me puse muy nervioso. Entré a jugar, me pasaron la pelota y se me cayó. Defendimos, ganamos la pelota, me la pasaron de nuevo y se me volvió a caer. Entonces me llamó el técnico y me alentó para entrar con más tranquilidad y seguridad. Todo cambió tanto que me empezaron a salir las cosas y en la final salí goleador del partido.
-Riep: El año pasado fui a los entrenamientos del seleccionado pero no viajé al Sudamericano porque me esguincé. Quedé muy enojada por eso. Por lo que esta edición significó una revancha para mí y lo disfruté mucho.
-Cuello: Hubo muchos nervios pero porque la camiseta argentina pesa. Representar a tu país, a tu provincia y la responsabilidad que significa llevarla. Eso es lo que te obliga a tener que hacer bien las cosas. Pero aprendimos que si no te salen bien, hay un equipo que te apoya.
En el elenco femenino, Argentina quedó muy cerca del festejo, pero Paraguay dejó en claro que llegó a nuestro país a defender su título y superó a la albiceleste por 17-13 en la final. Las chicas no podrán tener su revancha en menores, pero aspiran a seguir trabajando y conseguirla en cadetes.
En el masculino, Argentina fue el equipo que hizo la defensa y por quinta vez se subió a lo alto del podio. Ellos pasarán a la siguiente categoría pensando en Brasil, el rival ausente de este Sudamericano y equipo a vencer en todo certamen internacional.
-¿Cómo vivieron la final?
-Andrades: Ellas tenían dos jugadoras imparables. Buenas tiradoras y efectivas. Tal vez nos faltó fortalecer la defensa en el medio, por momentos. Pero fue mérito del equipo paraguayo.
-Cuello: En la final nos pusimos 4 arriba en el primer tiempo y después se puso a 1. En el complemento todo dependió de la fuerza y resistencia física, algo que Paraguay mantuvo todo el partido y nosotras no.
-¿Y en varones?
-Elst: Ganar en la final fue pura felicidad. Nos teníamos fe, queríamos ganarles y defender el título. Lo vivimos como una revancha porque no sentimos cordialidad de parte de los paraguayos como con otros equipos. Te insultaban en guaraní y sumamos bronca.
-¿Qué sacaron de positivo?
-Andrades: Estar en una concentración, por más que no quedés seleccionada, te sirve mucho. Es una muy buena experiencia, te suma muchos entrenamientos y jugás diferente con las mejores.
-Elst: Lo positivo es que aprendés mucho. El técnico te corrige en lanzamiento y cuando llegás acá lo practicás.
-Bunader: El aporte. El técnico nos remarcó la concentración y el control, que no nos apuráramos a jugar. Y lo más curioso fue uno de los métodos que usaron para darnos confianza. (Nos llevaron atrás de los quinchos y nos taparon las caras con las camperas para no ver. Ellos nos iban guiando y llevando hasta las habitaciones para consolidar la confianza con el cuerpo técnico y entre los compañeros de equipo. Nos sirvió muchísimo.
-¿Qué consejos les pueden dar a los futuros convocados?
-Riep: Que como es una experiencia hermosa y única, aprovechen cada momento.
-Cuello: Que ante todo mantengan la humildad. No porque te convoquen sos el mejor. En menores estamos empezando, es el principio de todo proceso.
-Andrades: que no cambien la personalidad para encajar en el grupo, hay que ser una misma. Varones y mujeres fueron testigo del torneo de la otra rama. Y jugadores y jugadoras hicieron sus correspondientes críticas constructivas.
Estos mendocinos dignos de elogiar, no sólo desde lo deportivo sino por la madurez que encararon este proceso, lograron afianzarse en sus seleccionados. De ahí que sus aportes en número fueron los siguientes: seleccionado argentino femenino, Agustina Cuello marcó 16 goles a lo largo del torneo, Araceli Andrades 16, Natasha Riep, 6. En tanto que en el elenco masculino, Juan Pablo Bunader hizo 13 y Jerónimo Elst, 3.