En una nueva conferencia de prensa, el vocero de la Armada Argentina Enrique Balbi desmintió la cadena de Whatsapp que aseguraba que el sumbarino Ara San Juan fue atacado en el mar argentino. Balbi puntualizó que las condiciones de búsqueda para hoy y mañana se complican por el estado del tiempo, aunque no da por muertos a los marinos.
"El submarino no pudo haber explotado por armamento", repitió, aunque dijo que sí hubo una explosión.
La cadena que circula por los celulares dice: "Fuentes de la marina indicaron a TV Mundus que el submarino no aparece porque buscan la forma de disimular que el accidente se produjo por un misil que "por error" habría disparado una nave norteamericana que estaría operando en el Atlántico Sur. Versiones encontradas sostienen que se estaban realizando maniobras de entrenamiento conjunto secreto con el régimen de Washington sin la autorización del Congreso Nacional.
En el marco de las sospechas está lo presuroso de la ayuda de los estadounidenses que fueron los primeros en prestar servicio “desinteresado”. También hay naves y helicópteros de Gran Bretaña que estaban en una zona de conflicto con la Argentina. Aparentemente el régimen argentino acordó con los mencionados dejarles el Mar Argentino para que jueguen a la guerra, cosa que accidentalmente habrían hecho con el submarino argentino fabricado en Alemania en 1982 en los astilleros Thyssen”
En tanto la armada repite que hace "lo imposible" por encontrar al submarino, doce días después de su desaparición en el océano, y mantiene la esperanza de encontrar con vida a sus 44 tripulantes, que pueden encontrarse en una situación de "supervivencia extrema".
En este momento, un total de 14 buques y tres aeronaves de 13 países de todo el mundo participan en el operativo de búsqueda, que se realiza entre los 200 y los 1.000 metros de profundidad en la zona en la que se comunicó el submarino por última vez, en el Golfo San Jorge, a 432 kilómetros de la costa patagónica argentina.
Además, este domingo zarpó el buque noruego Sophie Siem, cuya cubierta ha sido modificada para llevar a bordo un minisubmarino de Estados Unidos que puede descender hasta los 600 metros de profundidad y que tardará un día en llegar a dicha área.
Las condiciones meteorológicas comenzaron a empeorar a última hora del sábado y, ahora, el elevado oleaje y los vientos de hasta 60 kilómetros por hora complican el rastreo, algo que ya se evidenció con el retraso de la partida del Sophie Siem y el hecho de que la corbeta argentina Robinson haya llegado a puerto pero no haya podido amarrar aún.
Desde el puerto de Comodoro Rivadavia esperan que pueda hacerlo en las próximas horas para embarcar uno de los dos vehículos sumergibles controlados remotamente que ha enviado Rusia con alta tecnología subacuática.
"Se está haciendo un gran trabajo de búsqueda: lo dicen los americanos y los ingleses, no tiene precedente un acontecimiento tecnológico como el que está pasando en el Atlántico sur en la Argentina", destacó este domingo el ministro de Defensa argentino, Oscar Aguad, durante su visita a la base naval Puerto Belgrano, la principal de la Armada, ubicada en la provincia de Buenos Aires.
En la que fue su primera comparecencia pública tras la desaparición del submarino, el pasado 15 de noviembre, hizo especial hincapié en que "nunca las potencias" mundiales pusieron en marcha un operativo de este calibre y destacó la llegada de "tecnología extraordinaria" desde Rusia.
De hecho, además del avión más grande del mundo y otros recursos materiales y humanos, se espera que a principios de diciembre llegue desde ese país el barco de exploración científica "Yantar", que cuenta con equipamientos de alta tecnología de inspección subacuática y puede operar a profundidades de hasta 6.000 metros.
"Hemos hecho y vamos a seguir haciendo lo imposible por encontrar el submarino, y el compromiso es que hasta que no lo encontremos no vamos a dejar de buscar", afirmó el funcionario.
Tanto Balbi como Aguad fueron consultados por la investigación iniciada por el Gobierno en la cúpula de la Armada para discernir responsabilidades en torno al operativo.
El primero destacó que la propia fuerza naval ha recopilado desde el primer día la información necesaria del procedimiento para presentarla ante la Justicia, mientras que el segundo instó a evitar "especulaciones" y afirmó que todo esto "vendrá después".
El ministro desmintió además que, como habían comunicado inicialmente fuentes del Ejecutivo, se hubiesen abierto 40 expedientes en el seno de la Armada y apuntó que, por el momento, sólo está en marcha "un sumario administrativo" para saber qué pasó.