El Programa de Reconversión Vitícola, que nació por una necesidad concreta como es elevar la calidad vínica de algunos paños de tierra de la provincia, acaba de celebrar su primer año y los resultados lucen prometedores.
El plan es parte de la Secretaría de Agricultura Familiar y Desarrollo Territorial que dirige Santiago Hardie, del Ministerio de Agroindustria de la Nación, y cuenta con el apoyo financiero de fondos remanentes que habían quedado de años anteriores entre el Ministerio de Agroindustria y el gobierno de Mendoza.
“Tuvimos mucho éxito. Alcanzamos un financiamiento de $ 39 millones sólo para la zona Este. Luego, debido al éxito, se replicó en la zona Norte y Sur donde estimamos alrededor de $ 20 millones. La aceptación ha sido muy buena. Al ser un crédito con características que están fuera de mercado, la tasa es cero y solamente tiene un costo del 2% lo que lo hace prácticamente inexistente. En el mercado no se consigue y son montos máximos de $ 300 mil por productor”, detalló Roberto Burgos, de la Fundación Instituto de Desarrollo Rural (IDR).
Se establecieron 4 líneas de financiamiento: materiales y mano de obra, reposición de estructuras y/o plantas, materiales para colocación de malla antigranizo y riego por goteo y mejoras en los sistemas de riego. La primera experiencia de este Plan fue en la zona Este, donde 231 proyectos fueron precalificados: 18 en Santa Rosa, 111 en San Martín, 49 en Rivadavia, uno en La Paz y 53 en Junín.
En 2018 buscarán generar mejoras en más de 3.000 hectáreas y reconvertir unas 700 hectáreas más.
En tanto, 150 productores ya recibieron sus créditos, por un total de $ 22.254.000. Mientras, resta desembolsar 18 millones de pesos de esta etapa.
Estos proyectos suman 1.740 hectáreas a mejorar entre estructura, riego, malla y reconvertidas, de las cuales 371 serán reconvertidas. En el caso de la zona Sur y Lavalle, 173 proyectos fueron precalificados, por casi 20 millones de pesos.
En cuanto a la proyección 2018, el presupuesto para esto se elevará a $ 80 millones y se ampliará el programa a toda la provincia.
Además, se estima entregar créditos a más de 500 productores con el objetivo de realizar mejoras en más de 3.000 hectáreas de vid y reconvertir 700 hectáreas, que se sumarán a las de 2017.
En cuanto a los requisitos, hasta el momento está dirigido a productores de hasta 20 hectáreas. Sin embargo, en 2018 están evaluando elevar el número de hectáreas a 25 o 30 hectáreas.
En cuanto a otros detalles importantes de la línea de crédito, la devolución es en 5 años y el préstamo se puede enfocar a la reconversión de vides. También se incluyen las mejoras incrementales tales como postes, alambres, riego y malla antigranizo de estas vides que se están reconvirtiendo.
La hora de los balances
Para el jefe de Gabinete del Ministerio de Economía del gobierno provincial, Alfredo Aciar, el Programa de Reconversión Vitícola es parte de la triada de logros del gobierno mendocino. Los otros están en haber permitido mitigar la Lobesia botrana y detentar el seguro agrícola.
Con foco en el programa, Aciar afirmó que es un cambio estructural. “Entendemos que vamos en ese sentido de acomodar la oferta con la demanda vitícola. Es cierto que los gustos cambian pero la tendencia es clara: en el consumo de vino es hacia la calidad y hacia el tinto, sobre todo en el mercado interno y en las exportaciones, también se marca la misma tendencia”, apuntó Aciar.
Respecto del mosto, que era una salida buena hace unos años, la gente quiere consumir menos azúcar, se cuida más la salud. “Además el mercado de mostos tiene un techo y capaz que vaya declinando con el tiempo con lo cual tenemos que anticipar ese golpe. Entonces sobre esas hectáreas de pequeños productores, tratamos de ir reconvirtiéndolas a vino tinto, que es lo que tiene mercado. Por supuesto que el productor no lo va a ver inmediatamente pero dentro de 5 años van a recibir los beneficios palpables por haber colocado portainjertos, malla antigranizo o haber apostado por riego”, señaló Aciar. El funcionario recordó que al inicio de la gestión en 2016, había 10 mil hectáreas de uvas rosada que son básicamente criolla grande, cereza y moscatel las que estarían sobrando. "Descontado el año 2016 y 2017, capaz que se ha achicado a 8 mil hectáreas pero es necesario reconvertirlas", apuntó Aciar.
En total sintonía el presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura, Carlos Tizio, dejó palpable su beneplácito por el programa y su espíritu de integración. "Es una gran iniciativa que conjuga todo el apoyo de financiamiento para el sector hasta el manejo técnico científico, lo que permite formar un grupo interdisciplinario con objetivos bien definidos en el cambio estructural de la vitivinicultura, sobre todo a nivel varietal. Es importante llevar la viticultura hacia una viticultura de calidad", detalló Tizio.
“Los fondos quedaron remanentes porque respondían a la baja ejecución de los programas de años anteriores. Así entre mi cartera y una parte de colaboradores del gobernador Alfredo Cornejo, sintetizamos los proyectos y programas en esta línea de financiamiento blando a través de Mendoza Fiduciaria”, apuntó José María Mones Cazón director nacional de Programas de Desarrollo Regional del Ministerio de Agroindustria de la Nación.