Un año más se va, y la costumbre nos hace repasar el pasado. Al menos, de aquí a 365 días para atrás. Los repasos, como siempre, empiezan a verse por todas partes: películas, series, música, los mejores conciertos... y lo peor del año también, por qué no.
Ya anticipando lo que serán algunos de esos balances de la edición del próximo domingo de Estilo, apuntamos acá el panorama de lo que se vio este año en plataformas y en la tele.
TV, ¿subió en encendido?
Este 2018 empezó mal para la televisión de aire: en los primeros días de enero se supo que el encendido televisivo de 2017 había bajado, con unos 23,1 puntos de rating promedio.
Se "hundió" más que el año anterior, puesto que el mismo guarismo del 2016 daba 26,1 puntos promedio. Los máximos índices, por otra parte, los marcaban las transmisiones de partidos de fútbol. ¿Qué le quedaba a la ficción, después de la fuga de televidentes hacia el streaming?
Si bien todavía no tenemos cifras concretas (y si nos regalamos un poco de optimismo navideño) podríamos pensar que este año estuvo un poco mejor, o al menos se ha mantenido. El tanque del año ha sido, sostenemos, "100 días para enamorarse".
La tira del tándem Underground + Telefe echó por tierra convencionalismos, melodramas redundantes y jugó a ese humor simplón que es, mal que nos pese, garantía de éxito entre las masas. "100 días..." arriesgó, apostó y ganó, mostrando el amor en toda su complejidad, y sin pacatería de por medio.
En medio de una grieta y un odio social que carcome, el amor triunfó entre los televidentes, que vieron allí temas nunca antes tocados con tal honestidad en la pantalla, como la adolescencia trans.
La coyuntura, en un año especialmente convulsionado, se hizo eco allí: el caso paradigmático fue la despenalización del aborto, con sus dos protagonistas (Nancy Dupláa y Carla Peterson) militándola a capa y espada. Y fue tal la buena aceptación de la tira que TNT ya anunció que desde el 7 de enero empezará a transmitirla.
Pero hubo otra ficción más que mantuvo en alto la calidad de la televisión argentina. No solo ganó en audiencia, sino también en proyección. Nos referimos a "El marginal 2", que se planteó como una precuela de la truculenta y sanguinolenta historia de Diosito Borges. Se vio por la TV Pública y desembarcó, como la original, en Netflix, para llegar a fronteras muy lejanas.
Del lado de Pol-ka la cosa fue más previsible. "Simona" era garantía de éxito entre los más pequeños, y era sabido que los personajes y sus canciones sobrevivirían al estudio de grabación para recorrer los teatros. La fórmula es sabida y no vale la pena detenerse en ello.
"Mi hermano es un clon" quizás sea su producto más desparejo (¿hay necesidad de seguir inventando gemelos en la tele?) y "El lobista" es, sin dudas, su apuesta más notable. Sabemos que el gran Rodrigo de la Serna no se prende en cualquiera.
Fuera de la ficción, la tevé tuvo otros puntos altos. Mirtha Legrand, que este año cumplió 50 años con su programa, demostró que puede seguir estoica siendo "la diva de los almuerzos", pero que en las cenas se ha puesto en duda su supremacía.
Es que "PH, Podemos Hablar", Andy Kusnetzoff se consolidó como el dueño del rating del sábado por la noche. No solo por los invitados, elegidos con mucha inteligencia, sino también por esa descontractura y esa falta de "politesse" que Legrand le impone a sus invitados, aunque ella sea la primera en infringirla.
Susana Giménez, con sus especiales, marcó excelentes puntos de rating. Fue un formato nuevo, que le permitió poner todas sus energías en entrevistados súper estrellas y bien elegidos (como Maluma). Lo que perdió en frecuencia en la pantalla lo ganó en profundiad y expectativas.
Al margen de que fue un gesto simbólico (no perder presencia en la pantalla), la diva y sus productores tienen buen ojo. ¿Se animará a ir más allá y pisar en el futuro otros formatos, e incluso otras plataformas, como su gran amiga Verónica Castro a quien visitó en Acapulco? ¿O Susana será la eterna novia de Telefe?
Marcelo Tinelli, por su parte, continúa repitiendo su receta de bailecitos, poca ropa, peleas y treguas. Este año, sin embargo, la empezó tarde. Fue un "Bailando" light, de apenas tres meses vertiginosos y de capa caída. La final, el jueves pasado, marcó un punto menos que la edición de 2017. Pero la caída se nota más a nivel anual: 4,2 puntos en relación al año pasado.
Retrospectivamente, "Showmatch" no ha dejado de perder audiencia. Pero el "Cuervo" Tinelli no dio señales de querer hacer otra cosa. Ya anticipó que el año que viene volverá con el certamen, sazonado con festejos, porque él cumple 30 años en la tv argentina. Si bien hace pocos meses estuvieron haciendo castings en las provincias para descubrir talentos, no se sabe muy bien qué harán con ellos y cuáles son los otros detalles de su aniversario. ¿Será la última chance de repetir la fórmula?
Cuando no llegamos bien parados a los 30 años, sabemos, hay que replantearse algunas cosas.
Vemos que el horizonte del 2019 nos traerá más series biográficas (Monzón, Maradona) y una superproducción de corte histórico y título bien pomposo: "Argentina: tierra de amor y venganza". La producirá Pol-ka, con elenco estelar.
¿Las series hacen agua?
Este año hemos notado varias cosas: primero, la emergencia de otras plataformas que rivalizan con el monopolio de Netflix dentro del streaming. Al ya clásico competidor HBO se suma, ahora, por ejemplo Amazon.
Por otra parte, la sobreproducción de series ha hecho que muchos empecemos a navegar en mares de chatarra audiovisual. Y a veces, ni el algoritmo que nos recomienda qué ver puede salvarnos.
Hubo un tiempo donde el estándar de calidad de las series era bien alto, y de esa época datan esas marcas que se siguen explotando a diestra y siniestra con cuanta secuela y precuela imaginable hay: "Game of Thrones" (este año ausente), "Breaking Bad", "Black Mirror" (la última temporada fue, en términos generales, un fiasco), "The Crown", "Westworld", "Vikings", etcétera. Dos de los últimos grandes descubrimientos estuvieron ausentes este año: "Stranger Things" (produciendo su tercera temporada) y "Dark" (produciendo la segunda).
Una explicación quizás sea el hecho de que los códigos de la tele empiezan a infiltrarse en la gran plataforma de la N, que este año - por otra parte- empezó a amarrar a nuevas audiencias, especialmente en India, donde este año se diagnosticó ¡el primer caso de "adicción a Netflix"! La superpoblación de ese país, en su mayoría muy pobre, le está dando ingresos altísimos, e incluso paga una tarifa más cara que los canadienses y japoneses. Ese territorio abierto se nota en los contenidos que empiezan a ofrecerse en Netflix.
Pero ya entrando en su catálogo, este año destacan las producciones en español. "La casa de las flores", una novela emigrada del culebrón mexicano que supo plantearse con alto nivel estético, volvió a traer a Verónica Castro a boca de todos y causó furor en las audiencias latinas. Al igual, por supuesto, que la serie de Luis Miguel.
Porque si no supiste que este año hubo una serie sobre el cantante, viviste dentro de un foco. El envío fue locura furiosa y pasajera, propiciada por una serie de ambiguos toques de ficción y realidad, que supo explotar la intimidad del artista sumándole dosis de intriga (por su madre desaparecida) y algunas canciones. Su figura, que venía muy a la baja, estalló y ahora nos acordamos de que ese Sol todavía puede iluminar.
De Netflix también vino "La casa de papel", hecha en España. Algunos recordarán esa simpática comedia negra en pequeño formato, "The End of the F***ing World", que nos dio un chapuzón en enero; más acá en el tiempo, "Guardaespaldas" también marcó un buen punto este año. Sin embargo, otros recordarán que los platos fuertes de Netflix fueron, paradójicamente, sus puntos más flacos: "(Des)encanto", el insípido debut de Matt Groening en Netflix, y "Maniac", con Emma Stone.
Echando un vistazo a otras plataformas, Amazon emerge con notables títulos: "La maravillosa Señora Maisel" y "Homecoming" (donde debuta como productora y actriz de series la inoxidable Julia Roberts, quien logra mantenerse a través de los años como una de las mejor pagas de la industria).
John Landgraf, CEO de la cadena FX, estimó en una entrevista reciente que el año que viene podrían estrenarse entre 520 y 530 series, en particular por el aumento de las plataformas de streaming (se suman Disney+, Warner y Apple) y el gran monto con el que cada una de ellas cuenta para filmar.
Con tal nivel de oferta, hoy las productoras recurren a segmentar sus audiencias. Antes en un subgénero, como el de los superhéroes o la ciencia ficción, había pocas candidatas; hoy la lista aumenta y aumenta.
Pero no perdamos el norte: el año que viene, lo que más se espera es el final apoteósico de "Game of Thrones". Comparado a ese arrollador tanque, "todo el resto es literatura".