Tocó fondo. Paseó su presente futbolístico por el subsuelo. El Expreso entró en un tobogán y parece que su caída no tiene fin.
El equipo deambula por la cancha sin un líder que lo identifique, y Gabriel Heinze está muy lejos de encontrar respuestas para salir del mal momento. ¿Las encontrará en alguna parte del campeonato?
Cuando parecía que el triunfo frente a San Martín de San Juan le daba aire y oxígeno, la pésima tarea con derrota ante Rosario Central despertó nuevamente a los fantasmas que sobrevuelan al entrenador desde que desembarcó en Godoy Cruz.
La imagen de un DT reprobado por la gente a la salida del banco, y abatido en la conferencia de prensa, marca que la historia del DT en la Bodega puede cerrarse de un momento a otro.
Como pocas veces se lo vio al entrerriano tan golpeado como en la tarde del sábado. Toda un señal pensando en su continuidad como adiestrador. “Cuando tenga que anunciar algo, lo haré”, explicó frente a los periodistas, dejando en claro que cualquier decisión primero la conocerá el presidente de la institución.
Heinze siempre se había manifestado muy firme con sus convicciones y con fuerzas para seguir adelante con su tarea, pero ahora ni la posibilidad de entrar al campo de juego le da tranquilidad.
Está claro que los reproches están a la orden del día. No hay piel entre el Gringo y los hinchas. La relación no tiene vuelta atrás. Y esto a la larga tiene un peso muy importante.
Aunque el discurso del “gran trabajo en la semana” se mantiene inalterable y se repite en cada declaración, lo que expresa su conjunto cada fin de semana no le termina dando la razón. “Esto es partido a partido. Tiene que haber una conjunción entre el trabajo y los resultados”, manifestó José Mansur días atrás, previo al derby sanjuanino. Y sí. Fue todo un mensaje.
La campaña del ex Newell's con el Tomba es mala y los números no admiten ningún tipo de discusión.
Se viene una semana clave. Y la pregunta es si la dirigencia estará en condiciones de bancar el proceso hasta diciembre.
Veremos...