La menor cantidad de hacienda a nivel nacional, las lluvias y la inflación, han resultado un cóctel explosivo para el sector ganadero. Es que si bien, al menos en Mendoza, esta actividad ha comenzado a tener rentabilidad, la baja en la demanda de carne incide directamente en los productores y ha afectado el consumo per cápita.
Datos de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra) indican que en marzo, y por segundo mes consecutivo, el precio promedio de la carne vacuna en el mostrador se movió en forma inversa al de la hacienda en pie.
Así las cosas, mientras que en febrero había caído 1,4% mensual frente a un alza de 3,9% de la hacienda, en marzo subió 1,5% frente a la baja de 0,7% del kilo vivo.
"Sin embargo, al medir la variación entre puntas del año la situación se empareja más (marzo '16 vs diciembre '15), ya que la carne vacuna registró una caída de 1,8% y el precio promedio de la hacienda verificó un descenso de 2,7%. En tanto, entre marzo de 2015 y marzo de 2016 el precio promedio de la carne para el consumidor final exhibió un aumento de 44%”, destaca el reporte.
Frente a estos aumentos el consumidor restringió fuertemente su compra. En el primer trimestre de 2016 el consumo por habitante de carne vacuna se ubicó, en promedio, en 55,9 kilogramos/año lo que implica una caída de 5,9% interanual.
“La carne aumenta por dos situaciones: hoy podemos decir que las lluvias están complicando la salida del campo de los animales en la pampa Húmeda, al tiempo que la apertura de las exportaciones a terceros, no sólo UE -cuota Hilton-, hace que el abastecimiento sea complicado”, sostuvo Andrés Martorell, gerente de Carnes de mi Campo.
Para graficar la situación Martorell indicó que “nosotros hacemos compras grandes de diferentes cortes. Por ejemplo: si hoy pido 3 mil kilos de paleta, en el mercado no lo consigo. Eso hace que el precio también se modifique”. Para el empresario, la compra por parte de los consumidores en el primer semestre se ha reducido 10% en nuestra provincia.
La situación de Mendoza
A diferencia de otras actividades, donde el agua fue perjudicial para el desarrollo de diferentes materias primas, las lluvias que trajo El Niño dotaron de muy buen pasto a los campos locales, que lograron hacer una diferencia.
Sin embargo, con esto no alcanza. Según datos del Observatorio Económico del Cluster Ganadero Bovino de Mendoza la participación del engorde local en el consumo total de carne vacuna de la provincia pasó de aproximadamente 8% en 2011, con poco menos de 27.000 cabezas, a 11,5% en 2014. Por lo tanto, para sostener la demanda es necesario comprar en otras provincias.
“Hace años que los campos no estaban como ahora. La verdad es que eso ha ayudado mucho, pero el precio de la tonelada de maíz para alimentar a los animales pasó de 600 pesos el año pasado a 1.500 pesos este año. Nosotros hemos tomado la decisión de no vender novillo liviano sino que esperamos que esté en los 400 kilos para faenar. La calidad de la carne no se afecta y nos permite cuidar un poco más los precios finales”, indicó Edgardo Zanetti quien, además de ser productor ganadero, tiene sus propias carnicerías.
Para Zanetti, la situación es muy compleja. “La venta en mostrador, comparando 2015 con 2016, se ha caído 40%. Lo que pasa es que la gente va sólo por las ofertas o por la carne molida, que ayuda para acompañar otros platos”, señaló.
Es que al igual que en toda Argentina, en Mendoza repercute la falta de hacienda para mantener el consumo interno lo que, de alguna manera, recalienta los precios.
Según Ccira, en marzo el nivel de actividad de la industria frigorífica vacuna superó levemente el millón de cabezas faenadas. Pero en términos 'históricos' se mantuvo en niveles bajos. Marzo de 2016 ocupó el 27º entre los últimos 37 marzos, al igual que ocurrió el mes anterior. En comparación con el nivel de actividad promedio histórico (1980-2015) del mes, el último marzo resultó 7,5% menor.
Matteo Videla, de Frigorífico Videla, indicó que “estamos faenando menos novillo, porque estamos haciendo un poco más de fiambre, en el que se utiliza carne de cerdo, de vaca y de toro”.
El empresario también coincidió en que la gente está cuidando mucho su bolsillo. “Se llevan cortes económicos o carne molida, que es el producto que más creció en los mostradores”.
Aumentos: cuánto más
Todavía nadie sabe cuánto más puede aceptar de aumento la demanda. Es que si bien el argentino tiene incorporada la carne como base de la dieta, la inflación ha restringido fuertemente el poder adquisitivo de los consumidores.
El pollo, una de las alternativas, también ha llegado con incrementos: entre diciembre de 2015 y marzo de 2016 el precio del kilo de pollo pasó a acumular un aumento de 3,4%.
Continúan con el plan de mejoramiento genético
Con el objetivo de mejorar la producción de carne bovina, la Dirección de Ganadería extiende el Programa de Mejoramiento Genético a toda la provincia. La iniciativa ha tenido continuidad en los últimos cuatro años con resultados importantes. La distinción de las prestaciones para los distintos tipos de productores es uno de los puntos fuertes del programa. En el caso de la inseminación artificial, por ejemplo, el servicio es gratuito hasta 20 vacas.
“El programa ha entregado cambios importantes: se ha mejorado muchísimo la genética en los campos de Mendoza y, lo principal, es que hemos podido llegar a los pequeños y medianos productores. En Lavalle hemos trabajado con puesteros que tienen dos o tres animales”, describió Gastón Álvarez, técnico del programa.
La inseminación artificial a tiempo fijo no sólo contribuye a la incorporación de una genética superior, sino que también permite a los productores tomar más decisiones sobre el rodeo como la sincronización de las pariciones, del destete, las vacunaciones, el control de las madres. Los mercados de consumo exigen buena calidad genética y homogeneidad en los rodeos. Es por eso que desde Ganadería se trabaja con programas que apuntan en ese sentido: Plan Vaca, Plan Toro y programas sanitarios.