Los recientes cambios en la política económica y agropecuaria generaron impactos positivos en la producción agrícola. Se mejoró el tipo de cambio real y se eliminaron los derechos de exportación para todos los productos agropecuarios a excepción de la cadena de la soja, sostiene un reporte de Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA).
La eliminación-reducción de los derechos de exportación, que pasaron del 35% al 30% para la soja, del 20% a 0% para el maíz y del 23% a 0% para el trigo, y la consiguiente mejora de precios, incrementaron la renta agrícola y redujeron la participación del Estado sobre la misma, que pasó del 94,1% en setiembre a 66,3% en diciembre de 2015.
Cabe aclarar que el valor de setiembre había sido récord desde el comienzo de esta medición en 2007. Para diciembre de 2014 el índice FADA marcó 83,4%, para el mismo mes de 2013, 73,6% y de 2007, 71,6%. Por lo que 66,3% no se aleja mucho del promedio de años anteriores, donde había mejores precios y un tipo de cambio real mayor.
Por el atraso cambiario todos los sectores exportadores venían complicados a raíz de la inflación de costos, lo que disminuyó la competitividad externa.
Pero además, la producción agropecuaria tenía derechos de exportación. Éstos se habían aplicado en un momento de precios internacionales y tipo de cambio real altos. Al bajar los precios y el tipo de cambio real, gran parte de la producción agropecuaria pampeana y de las economías regionales estaba sufriendo un grave problema de rentabilidad.
Si bien en los últimos 12 meses los precios internacionales de los commodities agrícolas disminuyeron cerca de 20% (soja 23%, maíz 18,5% y trigo 24%), la devaluación anual del 66% (el dólar pasó de 8,50 a 14,20) y la eliminación-reducción de los derechos de exportación generaron un impacto neto positivo en los precios en pesos. La soja aumentó un 49% en los últimos 3 meses, el trigo un 67% y el maíz un 125%.
El aumento del precio del maíz se explica no sólo por el efecto de los derechos de exportación, sino de las restricciones a la exportación. El maíz, al igual que el trigo, la leche y la carne, todavía están afectados por restricciones a la exportación.
Sin embargo, con el cambio de gobierno se han levantado las restricciones a pesar de persistir el sistema. Estas restricciones o cuotas generaban una depresión del precio interno cercano al 20%, igual que los derechos de exportación, por lo que la virtual eliminación generó un doble impacto en el precio.
Para analizar el efecto de estas medidas en el interior del país, tomemos como ejemplo el departamento Río Cuarto. Allí se cosecharon 2.100.000 toneladas de maíz en el 2015. El aumento de precio disponible del maíz en los últimos 3 meses genera un ingreso extra por cosecha de $ 2.400 millones de pesos, el doble del presupuesto de la Municipalidad de Río Cuarto, la ciudad más grande de la región.
El trigo recuperó su precio pero no en la magnitud del maíz, aún se encuentra a $ 500 de su precio potencial. Las razones que se pueden esbozar son dos: la estacionalidad, mayor oferta que demanda, y el no tener certeza sobre la eliminación de los ROE.
Estos nuevos ingresos hacia el interior del país dinamizan estas regiones y generan empleos.
Pero también tiene un importante efecto sobre la rotación de cultivos, un ingrediente principal para la sustentabilidad agrícola y el mantenimiento de la calidad de los suelos. Cultivos como el maíz y el trigo reponen materia orgánica al suelo, condición necesaria para mantener su productividad y mantener “vivo” al suelo, concluyeron desde FADA.