En el fútbol no se pueden separar las cuestiones defensivas de las ofensivas. Ambas van de la mano. Esa es la esencia del juego. Atacar y defender.
Defender y atacar. “Se gana haciendo más goles que el otro”, dice un viejo axioma futbolero. Y sin intentar retrucar esta máxima, nos animamos a agregar que también se gana “defendiendo mejor”.
Gimnasia puede dar fe de ello. Ayer jugó un gran partido desde lo ofensivo, generando una gran cantidad de situaciones de gol, con buena circulación de balón, con mucha movilidad de sus volantes y con una correcta interpretación sobre donde debía ser vertiginoso y donde poner la pausa. Sin embargo se olvidó de cuidar sus espaldas y lo pagó carísimo.
En su última línea tuvo fallos individuales y colectivos que le impidieron un resultado que hubiera sido valorado. La dura derrota ante Deportivo Madryn, 4-2, lo deja expuesto para el duelo de vuelta y ahora deberá hacer tres goles para evitar la definición por penales. Una situación impensada para un Gimnasia que tenía todo para llevarse el primer ascenso y ahora deberá jugarse la piel para seguir en carrera por el segundo boleto.
Buenas sensaciones..
Luego del duro cachetazo frente a Estudiantes de Río Cuarto, con la ida de Marcelo Fuentes incluida, quedaba por ver como reaccionaria el plantel en este partido.
Y las modificaciones implementadas por la nueva dupla técnica fueron positivas. Gimnasia se hizo del balón, lo hizo correr con precisión, con Becerra muy activo y Cucchi siempre picante por los costados.
Así generó claras opciones de cara a la valla de Pablo Lencina. Sin embargo, falló en la definición y de repente se encontró 2-0 abajo a partir de insólitos errores defensivos.
El descuento de Palacios Alvarenga encendió la esperanza y ni hablar cuando llegó el empate, sobre los 15’ del complemento.
...Y un mal final
Gimnasia estaba de pie luego del 0-2 en contra y se animaba a ir por más. Los cambios llegados desde el banco marcaban que la intención pasaba por seguir atacando.
Por eso el ingreso de Neri Espinosa por Fernández. Había una vocación ofensiva y un intento por encontrar más vértigo sobre las bandas. Parecía el momento del Lobo; parecía... Porque un centro al área visitante encontró a Mc Coubrey bien posicionado y el balón terminó en el arco de Viola.
Otra vez se caía a pedazos la estantería blanquinegra. Otra vez había que remar desde atrás. Y lo que llegó fue peor. El Lobo perdió decididamente la línea en pos de encontrar el empate y Deportivo Madryn lo aprovechó para sellar un triunfo que lo deja bien parado para el segundo partido. Mientras, Gimnasia deberá aprender la lección; atacar y defender, la esencia del fútbol.
