Bajar el riesgo de incendios forestales

Bajar el riesgo de incendios forestales
Bajar el riesgo de incendios forestales

En el territorio de Mendoza estamos atravesando una temporada de mucho riesgo frente a la posibilidad de incendios forestales, debido a la extrema sequedad de los campos, la falta en general de lluvias y la proliferación de basura en sitios donde no debería estar.

Todos estos factores más otros en los que están involucradas distintas causas, incluidas las meramente accidentales, nos ponen frente a una situación de emergencia y alerta.

Se tiene por dato cierto que ocho de cada 10 incendios forestales, en la jurisdicción que habitamos, son causados por seres humanos y que el resto corresponde a fenómenos naturales derivados de eventos meteorológicos.

Por eso para que esta amenaza disminuya, las personas que frecuentan la montaña y las serranías bajas por distintas razones, como también los ámbitos de nuestras amplias llanuras, deberían extremar las precauciones para bajar las posibilidades de siniestros en los vastos ambientes naturales.

Es precisamente lo que no ocurrió con un incendio provocado en las proximidades del arroyo Las Tunas del departamento de Tupungato, donde un puestero encendió fuego para hacer limpieza y, sin que fuera su intención, por supuesto, las llamas se propagaron por una superficie de aproximadamente 50 hectáreas. Afortunadamente fueron combatidas y sofocadas por brigadistas y el avión hidrante Airtractor 802 del Sistema Nacional de Manejo del Fuego, con base en el Aeroclub Mendoza, en La Puntilla.

Los trabajos terrestres de contención estuvieron a cargo de personal del Plan Provincial de Manejo del Fuego, guardaparques del Área Natural Protegida Manzano Histórico, Defensa Civil de Tupungato y pobladores.

La coordinación de guardaparques de Valle de Uco realizó las actuaciones pertinentes para multar a los responsables, según informaron desde la Dirección de Recursos Naturales Renovables del gobierno de Mendoza.

Pero ése no es el caso: la sanción económica no alcanza a compensar los ingentes gastos y esfuerzos que se aplican en un operativo de combate contra un siniestro forestal como el descripto.

Los saldos de los incendios forestales son muy gravosos. Cada vez que se inicia un incendio de este tipo se pone en juego la biodiversidad y el patrimonio ambiental de la provincia. Una de las razones por las que estos episodios se generan es por el uso ilegal de fuego para limpieza de acequias, canales y lotes, pese a que la utilización de fuego como herramienta apta para eliminar yuyos y maleza está prohibida por las leyes  6.099 (provincial) y 26.815 (nacional).

La Dirección de Recursos Naturales Renovables reitera permanentemente que está prohibida la quema controlada de campos sin la autorización y supervisión del personal del Plan Provincial de Manejo del Fuego. Además, la población debería abstenerse de prender fuego, sin importar su fin, en zonas que no están debidamente preparadas. También se exige a los productores tener las picadas cortafuego perimetrales limpias a suelo mineral y de no menos de 6 metros de ancho, según lo establecido por la resolución 221/18 de la Dirección de Recursos Naturales Renovables, ya que de lo contrario se hacen pasibles a multas o quita de subsidios por no cumplir esta normativa.

Con respecto a la legislación que pena las acciones incendiarias que ponen en riesgo al ambiente y a las personas, el Código de Contravenciones establece multas de entre $ 7.600 y $ 47.500 o arresto de 8 a 50 días para aquellos que, sin querer causar un incendio, encendieran fuego en zona urbana o rural en los caminos y en zonas de esparcimiento (públicas o privadas), en calles, acequias, puentes, banquinas o basurales, ya sea quemando hojas, ramas, madera, basura o cualquier otro material susceptible de ser incinerado, sin observar las precauciones necesarias para evitar su propagación. El Código Penal prevé entre 3 y 20 años de prisión dependiendo de los daños ocasionados por incendios, pero no se conoce la aplicación de estas penas, por los menos respecto de los graves incendios que se produjeron en los últimos tiempos, siendo uno de los más perjudiciales el que azotó el piedemonte de El Challao, en octubre de 2018 y en julio de 2019, y cuyas causas fueron la quema de basura y brasas mal apagadas, respectivamente.

Hay muchas otras zonas que están en riesgo y por eso la población debe extremar las precauciones al incursionar en ellas, incluso no estaría de más consultar periódicamente el Pronóstico de Índice Meteorológico de peligro para incendios forestales en la provincia de Mendoza, que está a cargo del Plan Provincial de Manejo del Fuego. Estos índices de peligro ayudan a evaluar la facilidad de ignición, la velocidad de propagación posible de las llamas, la dificultad de control y el impacto del fuego, en función de los factores fijos y variables que lo afectan (vegetación, topografía, meteorología, etc).

Como se ve hay un conjunto de medidas y acciones para impedir el fuego en los terrenos descampados de nuestro territorio. Asimismo, se cuenta con equipamiento y el respaldo de personal apto para la lucha en los niveles privados y estatales.

Lo que hace falta ahora, como ocurre con el consumo de agua, es que la población actúe con mucha responsabilidad y cuidado al desplazarse en los espacios naturales que caracterizan a la provincia por los riesgos de incendios.

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