Una publicación en Facebook buscando alguien que adopte a dos perras medio moribundas que se encontraban en un basural fue el puntapié para iniciar Doble Rescate, una organización sin fines de lucro que justamente rescata perros callejeros y los entrena para ser animales de asistencia o servicio.
Así nació la entidad hace más de un año, uniendo el amor por los animales y la pasión de hacer cosas para ayudar a los demás de dos mujeres, María Celia Barba Arizu y Analía Blariza de Salde. Si bien la primera es adiestradora y trabajó mucho tiempo en una escuela de equitación no era esta actividad su trabajo habitual, mientras que Analía es abogada jubilada.
Con las primeras perras que rescataron del basural, que se encontraban lastimadas, casi muertas de hambre, comenzaron a tejer el sueño de recuperarlas y que ellas pudieran ser reinsertadas en la comunidad. “La idea de que fueran perros de servicio no surgió inmediatamente. Estuvimos mucho tiempo para recuperarlas físicamente y mentalmente, ya que habían sido golpeadas o utilizadas para carreras, no sabían jugar ni demostrar cariño”, recordó María Celia.
De forma paulatina empezaron a enseñarles y, según las características de cada animal, fueron destinándolos a diferentes actividades. “Rescatamos los perros, los evaluamos y les enseñamos a ser perros de asistencia según sus características. Tenemos perros de terapia, perros de servicio, perros de visitas”, explicó Analía.
El grupo -o la familia- creció: a las dos perras se sumaron cuatro cachorros, luego un galguito, llegó otro perro mestizo que estaba muy golpeado y rescataron un galgo que era utilizado en carreras. Así, de repente se encontraron con ocho perros a los que cuidan a diario, preparan y enseñan para ayudar, los hacen atender en forma permanente con el veterinario y les brindan uno de los principales elementos en esta tarea de rescatarlos y prepararlos: el cariño.
Mara, Lupita, Lala, Mía, Zar, Trueno, Braco y Kiara, casi todos perros mestizos, devuelven el afecto que les han dado en ayudar a quienes más lo necesitan. “Ellos asisten a personas con discapacidad, o con diferentes enfermedades como diabetes, depresión, ataques de pánico, por ejemplo”, contaron.
Y verlos interactuar es la mayor gratificación. “Braco y Kiara asisten a Aisha, que tiene 13 años de edad, con un diagnóstico de parálisis cerebral. Aisha con los perros se siente motivada a caminar, así que apenas llega se toma de las correas de los dos y camina”, relataron. “Es increíble cómo los perros actúan, a Braco le gusta correr, sin embargo es como que comprendiera la situación y espera a Aisha”, agregaron.
Ya llevan un año adiestrando a los canes para lograr que sean perros de asistencia, de terapia, de servicio o de visita. Muy rápido van aprendiendo y demostrando cómo ayudan tanto a los chicos con problemas motrices como a niños autistas. Y ahora comenzarán a llevarlos a un geriátrico a brindarles afecto a los abuelos. “Un perro modifica el ambiente apenas llega, y a veces los ancianos están tristes o solos”, dijo María Celia.
Por la tarea de Braco y Kiara con Aisha, este año asistirán a la escuela donde concurre la niña para que los perros colaboren con las docentes. Se trata de la Dante Gicolini, donde notaron importantes cambios en la pequeña alumna.
Para llegar a esto, además del corazón o la dedicación que ponen cada día, María Celia y Analía se capacitaron en Buenos Aires y concurrirán a otro curso en Mar del Plata. Junto a ellas trabajan muchas colaboradoras que forman parte de Doble Rescate y que hacen posible cumplir con el cuidado de los animales, como también con los compromisos cuando van a asistir a alguien.
“El 2 de abril haremos una demostración con el Centro de Autismo y con escuelas de chicos especiales, para que puedan ver cómo aprenden y de qué manera brindan ayuda a quienes más los necesitan”, concluyeron María Celia y Analía.
Hoy estarán en acción en el Parque Yrigoyen
Los perros que buscan en Doble Rescate no son cachorros. Deben tener entre un año y medio y dos de vida, así son más estables y además puede evaluarse y establecerse para qué asistencia son más útiles.
Y aunque la tarea con los perros es muy grande -están muy bien alimentados, aseados, vacunados y con control profesional-, las dos fundadoras señalan que “ver que un niño sonríe, se relaciona con el perro, camina o que recibe la ayuda para apagar la luz, abrir una puerta o sacarse la ropa realmente hace que uno se olvide del cansancio y quiera seguir adelante”.
Hoy, a partir de las 15.30, en el parque Hipólito Yrigoyen (frente al teatro griego y al predio del gaucho), participarán del desfile de “Valientes”. Y mientras Braco y Kiara asisten a Aisha, y Mara ayuda a Jesús, los otros cinco perros harán juegos de integración.