Ayer volví a pasar por ahí.
En la casa cuatro vi a ese perro saltar tres veces sobre la sombra.
Más adelante las luces que se apagan y se prenden, o se prenden y se apagan (no recuerdo bien el orden); terminan apagadas.
Me dio miedo ese árbol cerca de la casa siete y una mujer gritó.
Juraría que algo casi me tumba después de ver esa ventana.
…no se si era un anciano, pero me sonrió…y luego ese olor, un perfume azul.
Algo de luz salpicaba mis ojos y escuchaba al agua correr, podía escuchar al agua escapar rápido sobre base de hierro frío.
Alguien pronunció mi nombre y alguien calló conmigo.
Más tarde, aire húmedo parecido a una brisa de rocío cerca de la diez; y un hombre que espera el pasado… casi miro hacia atrás.
Al final -dicen que esa esquina no siempre termina- recordé que no me impresioné con aquella joven y que todavía le hacía la contra al sueño.