Fue sacrificio, voluntad, amor propio y máxima efectividad. Con esos ingredientes, Sportivo Balloffet encontró la llave del triunfo y se quedó con las tres unidades en su duelo frente a uno de los grandes candidatos: Estudiantes de Río Cuarto. El único tanto del encuentro fue marcado por Basualdo a los 46’ del capítulo inicial.
De movida, la visita impuso sus condiciones con buen juego, toque corto y mostrando sus credenciales de candidato serio. Así fue como se llevo por delante al local, que lució impreciso, sin ideas y apostando a morder en todos los sectores del campo para equilibrar el juego.
En esos minutos, el conjunto riocuartense contó con chances para abrir el marcador, aunque falló en la definición y lo terminó pagando caro. Encima, el juez Carlos Lugea no dio dos claros penales en favor de la visita.
El primero tras una clara mano de Basualdo y el segundo por agarrón de Archambaulf.
Sin embargo, el destino le hizo un guiño cómplice a Balloffet, que encontró en un córner el desequilibrio necesario. Fue el propio Basualdo quien alcanzó a desviar el balón y desató el delirio local.
En el complemento, Estudiantes volvió a repetir lo expuesto en la primera mitad, con el mismo resultado: ninguno.
Pelayes, acción tras acción, se fue convirtiendo en la gran figura del partido. Su equipo fue arrinconado por Estudiantes y no tuvo claridad para salir. Por ello, decidió agazaparse y defender la ventaja con uñas y dientes.
El triunfo le permite soñar con un futuro lleno de alegrías, pero deberá mejorar. Ayer sufrió más de la cuenta.