El secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, reiteró hoy que "es una decisión tomada" la de transformar en movible al feriado por el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, 24 de marzo, y consideró "una ganancia" para la sociedad que ese día "todas las instituciones funcionen a pleno, consagradas a homenajear la lucha por los derechos humanos".
"Es una decisión tomada. Entendemos que el 24 es una jornada de profunda reflexión, un ejercicio de memoria y de educación. Creemos que es una ganancia que todas las instituciones funcionen a pleno y que estén consagradas a homenajear la lucha por los derechos humanos", afirmó esta mañana el funcionario en diálogo con radio El Mundo.
Con estas declaraciones, el funcionario ratificó que no habrá marcha atrás del gobierno con la decisión de que el feriado por el 24 de marzo sea movible, pese a las críticas de representantes de organizaciones de derechos humanos, y de algunos sectores políticos y gremiales.
La decisión de transformar en un feriado trasladable al Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia formó parte de un nuevo esquema de feriados dispuesto por el Poder Ejecutivo a través de un decreto de Necesidad y Urgencia publicado este lunes en el Boletín Oficial.
Una de las primeras voces en contra de esa medida fue la de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, quien calificó la determinación como "una provocación, un insulto y un agravio".
Por su parte, Graciela Fernández Meijide, ex integrante de la Conadep, le aconsejó al presidente Mauricio Macri "no tocar" el 24.
También se opuso en duros términos a la medida la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini.
Ricardo Alfonsín y el Consejo Directivo de la CGT fueron otras de las voces que cuestionaron al Gobierno por el cambio de estatus del 24 de marzo.
Avruj admitió que "es muy difícil contentar a todo el mundo" y destacó: "El 24 de marzo gana más con las escuelas abiertas que con la gente en las playas".
El secretario de Derechos Humanos se refirió también a las modificaciones en la política migratoria del país, con la creación de la Comisión Nacional de Fronteras y la puesta en marcha del sistema de Información Anticipada de Pasajeros (API).
"Trabajar más en los controles no implica xenofobia, ni discriminación", dijo Avruj. "La Argentina ha sufrido, en los últimos años, un avance del narcotráfico, la trata de personas, el lavado de activos, delitos transnacionales", completó.
El funcionario aclaró que el país seguirá "dando la bienvenida a todo aquel que venga a trabajar, a invertir, a estudiar" y que "los controles tienen que ver con aquellos que tienen causas penales, que consideran que la Argentina es un lugar fácil para delinquir".