El festival del aire realizado ayer en la IV Brigada Aérea se constituyó en récord de público, con una asistencia estimada en más de 70 mil personas.
En las adyacencias a las instalaciones del aeropuerto y la pista militar, hubo durante todo el día extensas colas de vehículos; los estacionamientos quedaron desbordados.
Nadie se quiso perder la exhibición de material estático y el vuelo de distintas máquinas de la brigada y de otros asientos de aeronaves del país. Por la tarde, no pocos viajeros a San Juan tuvieron que esperar largos minutos para proseguir viaje debido a la congestión vehicular producida frente a las instalaciones militares.
La multitudinaria reunión se llamó jornada de puertas abiertas "Héroes de Nuestras Islas Malvinas", y se desarrolló bajo un sol generoso y una leve brisa.
Las operaciones comerciales del vecino aeropuerto internacional de Mendoza no se interrumpieron.
Las mayores atracciones del festival lo constituyeron los vuelos rasantes efectuados por diversas aeronaves.
Los primeros pasajes estuvieron a cargo de un enorme Hércules C 130 Hércules, avión de transporte, y de un Fokker F 28, ambas máquinas de la I Brigada Aérea de El Palomar, y un Fokker F-27, de la II Brigada Aérea de Paraná.
Estas aeronaves hicieron más de una pasada por encima de la pista y donde se encontraba la mayor cantidad de asistentes. Fueron vuelos rasantes, a velocidad moderada y, en una de las ocasiones, con las luces encendidas.
Antes de esta actividad, 2 helicópteros del Escuadrón Lama, de la IV Brigada Aérea, hicieron desplazamientos. Comandados por el mayor Gustavo Pugin y el primer teniente Enzo Velárdez, la acción consistió en mostrar cómo se traslada una carga: por ejemplo, un abastecimiento a la zona de Plaza de Mulas (Cerro Aconcagua).
Por entonces, los locutores del acto estaban señalando una concurrencia de 50.000 personas, pero en el exterior había largas colas esperando el ingreso a las instalaciones aeronáuticas. Luego la cifra subió considerablemente.
Cuando no había aviones volando, el público tenía diferentes ofertas para entretenerse. Por ejemplo, con las actividades desplegadas por el Club de Aeromodelismo de Mendoza, que opera en la base Cóndor de la Policía de Mendoza. Este grupo hizo el debut de la mañana con el desplazamiento de un aeromodelo Cessna de 3 metros de ala, a cargo de Rubén Rodríguez.
Rodolfo Campillay y su familia contaron que era la primera vez que asistían a un encuentro de este tipo. Su hija Violeta(13), contó que quería familiarizarse con el lugar, ya que el año que viene cursará el secundario en la escuela técnica IV Brigada Aérea.
En el amplio hangar Escuadrón de Control, distintas unidades instalaron puestos de promoción de sus tareas e inclusive de venta de artículos. En el stand del escuadrón Pampa el personal destinado allí no daba abasto vendiendo gorras, escudos, pañoletas, fotos de aeronaves y remeras, estas últimas a $ 80 (para mayores) y $ 70 las de los niños, además de las camperas de aviadores.
Algunos integrantes de la brigada aprovecharon para traer a sus allegados al sitio de trabajo diario. Uno de ellos fue el suboficial mayor Juan Alberto Luna (54), encargado del escuadrón Abastecimiento, ex combatiente de Malvinas. Lo acompañaban su esposa Adriana Cabello, una hija y su nieto.
"En la guerra de 1982 me desempeñé como mecánico de armamento de la escuadrilla Douglas A-4 Skyhawk", contó.
Muchos de los asistentes a la fiesta eran jóvenes, algunos con planes de enrolarse en la fuerza. Es el caso de Agustín Eyzaguirre (13), de El Bermejo, quien quiere ser piloto de aviones de combate.
Si la mañana fue atractiva, la tarde no le fue en zaga. Surcaron el aire otras vez los Lama y se añadieron el versátil IA 63 Pampa, de fabricación nacional; los cazabombarderos Douglas A-4AR, de Villa Reynolds (San Luis), y los Mirage M3 y M5, estos últimos de la VI Brigada Aérea, de Tandil.
En las losas de la pista estaban estacionadas las "viejas" glorias de la aviación y de la IV Brigada: Morane Saulnier MS-760 París, el caza F-86 Sabre y el Douglas A-4C, para las cuales muchos tuvieron miradas nostálgicas.