Avena: un recurso forrajero de calidad

Por lo general, es utilizado en el período invernal cuando las pasturas perennes disminuyen. Cómo manejar esta gramínea.

Avena: un recurso forrajero de calidad
Avena: un recurso forrajero de calidad

La avena es el verdeo invernal más cultivado en Argentina, con 1.000.000 de hectáreas cultivadas anualmente. Se trata de una planta herbácea anual perteneciente a la familia de las gramíneas. Las mayores áreas productivas, en el mundo, se localizan en regiones de clima templado y templado frío, aunque posee una menor resistencia al frío que otros verdeos invernales (cebada y centeno).

Es un cultivo exigente en agua. Las necesidades hídricas de la avena son las más elevadas de todos los verdeos de invierno. Se estima un requerimiento de al menos unos 400 mm durante el ciclo del cultivo.

Es una planta que se adapta a terrenos muy diversos; prefiere los suelos profundos y que retengan humedad, pero sin que el agua quede estancada.

Principales usos o destinos 

El pastoreo directo es el principal destino de la avena, constituyendo un importante recurso forrajero de alta calidad, utilizado en el período invernal cuando las pasturas perennes disminuyen su producción y calidad. Dependiendo de la fecha de siembra, y el cultivar, ofrece forraje desde mediados de marzo hasta noviembre. El nivel de producción varía entre 3.000 y 7.000 kilos de materia seca por hectárea por año (MS/ha/año), dependiendo de la calidad del suelo, temperatura ambiente, disponibilidad de agua (precipitaciones y/o riego) y manejo. Su calidad forrajera permite en categorías ganaderas exigentes, como recría y terminación, aumentos diarios de peso entre los 700 y 1.000 gramos, o en vacas lecheras, junto a algún concentrado, cubrir los requerimientos en lactancia.

Un segundo producto que se puede obtener en el mismo cultivo que se utiliza para pastorear, son los rollos. Consecuentemente, sin dejar de producir pasto para consumo directo, el productor obtendría heno a bajo costo.

Además, es factible ensilar avena debido a los altos niveles de producción de materia seca y a su alta calidad.

Implantación y manejo del cultivo 

La avena suele sembrarse desde el mes de febrero hasta el mes de abril. La densidad recomendada de siembra es de entre 80 y 120 kg de semilla/hectárea aproximadamente, este valor se debe corregir en función del peso de mil semillas, el % de germinación, % de pureza y eficiencia de siembra.

Antes del primer pastoreo debemos asegurarnos que las plantas tengan el crecimiento suficiente y se encuentren arraigadas al suelo. Durante el ciclo de producción se pueden realizar de 2 a 4 pastoreos. Es importante dejar un remanente de forraje, es decir no pastorear hasta el suelo, ya que el rebrote de estas especies depende de la fotosíntesis que estas hojas realizan. Por lo tanto a mayor remanente menor es el tiempo para que el cultivo esté nuevamente en condiciones de ser pastoreado.

Algunos resultados en el oasis norte de Mendoza 

Debido a las consultas permanentes por parte de los productores sobre el comportamiento en los verdeos invernales en Mendoza, en la Facultad de Ciencias Agrarias estamos realizando ensayos. Se probaron 2 fechas de siembra: 21 de marzo de 2019 y 29 de abril del mismo año. Los resultados del primer año de experiencias, muestran que la avena de siembra temprana produce 7650 kg/MS al año, mientras que la de segunda fecha alcanza 6220 kg/MS al año, es decir casi un 20% menos. Además, los días desde siembra a pastoreo (o primer uso de la pastura) son de 68 días en la primera siembra y de 155 días en la segunda.

Los datos obtenidos nos permiten decir que las siembras tempranas de avena favorecen la producción de forraje.

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